De Alicia Zampatti
La Paz no debe ser apreciada en el sentido limitado de cese de guerra y resolución de conflicto entre naciones sin recurrir a la violencia. Paz no es sinónimo de cese de guerra. Cese de guerra podría ser sinónimo de cese de combate. Si seguimos los acontecimientos a lo largo de la historia de la humanidad, los hechos demuestran que el ser humano no ha logrado establecer la Paz mundial permanente, y no lo logrará mientras intente triunfar en función de egoístas objetivos de guerra.
Una acotada configuración, vinculada a los lugares de los que formamos parte en esta historia, muestra que las víctimas, los inocentes y vencidos son forzados a seguir padeciendo, y los perpetradores, tras la apropiación de territorios y sumisión de seres humanos conquistados por dominación, indiferentes al sufrimiento y a vitales necesidades humanas, erróneamente festejan victoria.
La Paz jamás sobrevendrá inmediatamente al triunfo de los objetivos de dominación o por ataque sangriento defensivo. El combate y el cese de combate generan destrucción, hambre, mutilación, dolor, contaminación, exterminio de la vida, sufrimiento. Esto no debe recibir el nombre de Paz.
El ser humano hostiga a la creación al considerarse amo, dueño y señor de lo creado. Y por haber ganado una guerra alardea tener derechos luego de haber realizado la mayor destrucción.
La Paz no se asegura por el cese de guerra. Se cimenta en el establecimiento de una sociedad humana basada en una ciencia que integre la ciencia de la materia con la ciencia del espíritu, y no en una ciencia especializada para crear tecnología armamentista. Este orden armónico, equilibrado, tiene su potencial en el mismo ser humano.
Es tarea de la Educación hacer surgir del ser humano el potencial humano para la Paz. Las leyes locales, nacionales y los tratados internacionales, aunque necesarios, no han sido suficientes.
La Educación para establecer la Paz mundial debe acompañar el desarrollo humano de forma integral con integralidad; abocarse a hacer surgir y desarrollar su inteligencia con profundos y elevados valores en vista de una organización de seres humanos que conformen una sociedad con plena consciencia de su presente, de su pasado y de su destino. Este objetivo implica emprender una gran inversión de energía, tiempo y dinero. Un gran trabajo, no mayor al que se emplea para pensar cómo hacer y ganar guerras.
Parte de la realidad, incitada por el Banco Mundial, es que millones de niños, niñas, jóvenes y adultos han escuchado hablar de la Educación como el medio ideal para mejorar la economía personal, local, nacional e internacional, y esta situación ha provocado que se coloque el esfuerzo personal en obtener altas calificaciones en instituciones escolares y universitarias, compitiendo unos contra otros. Falsa creencia instalada que supone garantizar la obtención de empleos bien remunerados y lograr lo necesario en sociedades llamadas civilizadas.
Tomar a la Educación como medio para proporcionar a los jóvenes un trabajo y algunas nociones elementales de cultura es degradante.
La Educación tiene su tarea para desarrollar con la energía creativa-constructiva estructurante que crea, ordena y sostiene la vida. Ésta vive en el ser humano y está presente aún sin su existencia. Nacemos de ella, morimos en ella. Un ciclo inevitable en la tercera dimensión. Por lo tanto, la primera línea de defensa contra la guerra se encuentra en el mismo ser humano. Crear obstáculos y desviar el camino para el desarrollo de esta energía inteligente es condenar a la humanidad a la ignorancia. En los intersticios de la ignorancia se introduce la guerra.
Una vez más existe la posibilidad de que nuestra civilización evolucione o desaparezca. Depende del ser humano. La meta debe ser construir una sociedad basada en principios de Justicia, Paz, Amor y Confraternidad. Esta meta no forma parte en la mente de los potentes. Esta meta se encuentra presente y activa en el corazón de seres humanos justos, humildes, pacíficos, en activistas sociales, niños, niñas y jóvenes como los que conforman el movimiento Our Voice, estos últimos guiados por un corazón sensible y por la mente brillante, sabia y humanitaria de un Gran Educador: Giorgio Bongiovanni.
Los niños, las niñas, los jóvenes y los justos son nuestra esperanza de una sociedad mejor. Tesoros de Paz y Amor en una humanidad que vive al borde del abismo, con amenaza de catástrofe total.
Los adultos, aún cansados y ocupados en actividades diarias de subsistencia, debemos cooperar en tal tarea. Servirles con prontitud. Si no apreciamos sus esfuerzos y la situación global en toda su magnitud, pronto nos encontraremos formando parte de un cataclismo global, viviendo todas las profecías del Apocalipsis.
La próxima guerra no traerá Paz, y dadas las actuales circunstancias es razonable pensar que ni siquiera logremos sobrevivir para ser testigos del cese de combate.
¡A todos los chicos de Our Voice, GRACIAS!
¡A ti Giorgio, Maestro, Gran Educador, GRACIAS!
Alicia Zampatti Maida - Arca Blazquez
El Cadilo – Córdoba - Argentina
25 de abril 2021
Adjuntos:
18-08-20 ¿Sabías que los bebes son genios?
https://www.thebongiovannifamily.com/cronicas-de-las-arcas-2020/9153-sabias-que-los-bebes-son-genios.html
19-05-17 ¿Cuando sino ahora?
https://www.thebongiovannifamily.com/cronicas-de-las-arcas-2017/7857-cuando-si-no-ahora.html
