DEL CIELO A LA TIERRA
HE ESCRITO EL 17 DE FEBRERO DE 2019:
He hecho un largo viaje en los pliegues del tiempo. He escalado montañas tortuosas antes de llegar a la meta pero ahora estoy todavía aquí, entre vosotros.
Me siento sabio después de años de espera y de batallas, sin embargo por dentro soy un joven como vosotros porque mi espíritu renace en todos los cuerpos de aquellos que danzan en el viento de la verdad y cruzan el infinito con su imaginación y con la esperanza de un abrazo con quién desde lo alto viene para enseñarnos a existir y rapta nuestro corazón.
Mi Dios me manda para hablaros de amor y de justicia y yo obedezco porque es una invitación a que nos amemos.
Estoy cansado. Mi cuerpo lleva las señales de las luchas que combato cotidianamente y de las cruces silenciosas que cargo en la oscuridad lejos de vuestras miradas.
Renazco cada día.
Cada día me renuevo en el amor de Aquél que guía mis pasos en este viaje que es la vida. Mi dimensión es demasiado intensa para que pueda ser comprendida por vosotros y también mi forma de obrar, pero vosotros sois mis hermanos, mis amigos y yo estoy aquí para serviros y ayudaros, acompañándoos uno a uno hacia la meta.
Quisiera transmitiros un poco del cielo que mis ojos pueden ver y llevaros conmigo hacia las cumbres de los universos sin confines que me muestran aquellos a quienes yo sirvo para tenerme vivo ahora que estoy lejos de mi patria que se llama amor y eternidad, sin embargo día a día veo morir y nacer la vida en el infierno interior con el que el hombre de este mundo juega.
Me quedo aquí entre el olor de los muertos y los sufrimientos de los vivos para aliviar una mirada y sostener a quién ha dedicado su existencia a la verdad, que los hombres han dejado solo pero que lucha al lado de los dioses para dar una respuesta al grito de justicia de quien se ha quedado en este mundo falso.
Estoy aquí para despertaros de la ilusión en la que os perdéis.
Mi espíritu os conoce a todos.
Con cada uno de vosotros hablo lenguas diferentes y os digo palabras que resuenan como piedras o como perlas suaves que componen el collar de la evolución.
Llevo conmigo vuestros pesos sin que vosotros os deis cuenta. Están dentro de mi, impresos en mi cuerpo, aunque no siempre los veáis.
Estoy cansado pero resisto.
El mismo entusiasmo que me animaba de pequeño cuando escuchaba a un antiguo anciano que despertaba en mí la antigua llama sigue envolviéndome y arde en mi corazón como un fuego que nunca he dejado de avivar mediante las enseñanzas, las pruebas, las lecciones y las palabras que los padres de la vida me han concedido escuchar.
Yo vivo la esencia de todo aquello que vosotros solo podéis imaginar lejanamente y a la cual algunos de vosotros se acercan en punta de pié con amor y miedo, como hijos asustados en tierras desconocidas pero de encanto.
Soy un hermano, soy un hombre como vosotros sin embargo no soy de aquí. Mi morada es una estrella lejana de vuestra mirada. Yo vivo allí pero también resido en cada átomo que anima la vida porque he comprendido que todo el universo se refleja en mi y danza volviéndose música preciosa que vivo en mi ser y que dona nuevos matices a mi alma.
Un día cuando mi espíritu haya alcanzado su morada, por fin entenderéis quien soy yo y entonces de vuestros ojos brotarán lágrimas que despertarán estupor y se volverán aguas seguras y nutriente para nuevos jardines de seda donde las flores más perfumadas animarán las melodías del universo. Esas gotas de desesperación se transformarán en flores que cuidar y preservar con la enseñanza que habéis recibido.
En ese instante cuando los brotes estén a punto de abrirse al amanecer comprenderéis mi esencia y me honraréis con vuestra vida. En ese momento pedireis a las montañas y a las nubes que os puedan contar el encuentro con mi mirada pero yo ya estaré más allá yendo hacia una estrella brillante. Sentiréis lejanía, desesperación, nostalgia, separación y deseo pero un soplo de viento impregnado del abrazo más profundo envolverá vuestra alma y en ese instante vuestro espíritu vivirá nuevamente la intensidad de mi beso. Allí nos reencontraremos para fundirnos en el todo.
Por primera vez seréis conscientes de resurgir a la vida porque os uniréis al soplido que os ha generado en la mente del Padre. Nuestras emociones se fundirán y yo estaré para siempre dentro de vosotros y vosotros os convertiréis en seres superiores listos para renacer en mundos evolucionados sintiendo dentro el deseo de amor y de ayudar que sigue inspirándome en la misión universal que cumplo desde cuando la mente del Creador me pensó.
Y entonces las lágrimas dejarán espacio al respiro que engendrará mundos y creaciones solo por amor. Estaremos cerca en los Soles y pintaremos nuevas estrellas. La fuerza del pensamiento derribará las distancias. Continuaréis aprendiendo y amando. La ley de Dios guiará todos vuestros pasos y el uso sabio del libre albedrío caracterizará vuestra esencia.
Ahí entenderéis que mi sonrisa no os ha abandonado nunca y seréis felices y conscientes de vuestra eternidad.
Aprenderéis a renovaros en cada amanecer y en cada ocaso.
Las imágenes que os transmitiré inspirarán vuestra vida.
Mirando al sol me encontraréis y yo me proyectaré en vuestros corazones con todo mi amor.
Os tomaré por la mano como niños y surcaremos el cielo, el universo será nuestra morada y cada día descubriréis nuevos mundos y cantaréis las canciones de los pueblos que encontraréis y comprenderéis las expresiones y las enseñanzas que el espíritu de verdad os hará encontrar. Admiraréis los mares lejanos, cada sinuosidad de la creación y cada morada de la mente de Dios.
Viajaréis, aprenderéis, amaréis y respetaréis la Ley.
Seréis puro amor.
Ya no seréis más los que érais antes.
Estaréis vestidos con un vestido blanco que resistirá por la eternidad.
Serán vuestras proezas las que adornarán vuestra vida y el conocimiento marcará los latidos de vuestro existir.
Escucharéis la música de los astros que atravesaréis y os reconoceréis en ella y en cada hermano y hermana que encontraréis por el camino.
Yo los sostendré silenciosamente por la mano y a cada uno donaré un pedazo de mi corazón.
Recordaos siempre estas palabras y estas imágenes cuando vuestros ojos ya no recuerden la forma de mi rostro ya que yo ya habré volado hacia el infinito para renacer en el cuerpo de un amante de Dios.
Acordaos de mí y no dejéis que la tristeza tome el lugar del amor y de la enseñanza recibida.
Renovaos a vosotros mismos y edificad las moradas del espíritu invirtiendo todo vuestro ser para erigir el templo de la sabiduría que el Padre os ha reservado y para seguir la enseñanza que os he donado.
Es grande la responsabilidad de quien ha conocido el amor y que ha decidido perderse en él para renovar su vida y convertirse en un hombre nuevo e iniciar a amar.
Os buscaré donde quiera que estéis.
Hablaré vuestro lenguaje donde quiera que vayáis.
Me reconoceréis porque en vuestro corazón está impresa la mirada fugaz de quien os ha elegido uno a uno.
Sabré reconduciros en las olas del mar que nos hemos prometido de surcar aquella vez que en un instante os mostré el infinito universo en mis ojos.
Seremos una cosa sola y derribaremos las distancias.
DEL CIELO A LA TIERRA
DEL CIELO A LA TIERRA
¿ACASO NO OS HA SIDO DICHO QUE ESTÁIS EN EL MUNDO PERO NO SOIS DEL MUNDO?
DAL CIELO ALLA TERRA
ALI PARA EUGENIO
SI IRÉIS HASTA EL FONDO DE LA PERDICIÓN, REHAREMOS UNA NUEVA GENERACIÓN DE PACÍFICOS INMUNES DE CORRUPTIBILIDAD.
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