Rosario, 17 de agosto del año 2011

Querido Matías:

Hola Mati, ¿cómo andan por allá?
Te cuento que acá estamos todos muy ansiosos esperando la llegada de Giorgio, organizando y preparando todo para que su estancia sea reconfortable. Es un honor poder contar esta vez con la presencia de Pier Giorgio, Lorella  y las siempre amadísimas Sonia y Sonietta.
Si bien son momentos difíciles para todos y aunque cada día parece más difícil que el anterior, el amor a los hermanos y hacia Cristo, la fe en El y en su próximo retorno y la unión que hemos logrados, hace que todo sea más llevadero.  Me pone muy feliz contarte que los jóvenes del grupo crecen cada vez más. Los que antes eran niños ahora son jóvenes fuertes y dispuestos a dedicar su vida al Señor, ya sea realizando las tareas diarias que se necesitan para mantener nuestra casa, estudiar, trabajar y hacer las investigaciones, las entrevistas y la producción de los programas de radio. Así también, los que antes eran adolescentes venidos de un mundo que no los había comprendido, que los empujaba hacia la autodestrucción del cuerpo y el alma, ahora se han convertido en jóvenes-adultos, en hombres y mujeres responsables, trabajadores y dedicados, dispuestos a crecer, aprender y  a desarrollar la mente y el espíritu para que un futuro cercano y si el Padre así lo quiere, puedan ser los guías de una nueva generación de jóvenes y puedan encauzar el fuego que se esconda en el interior de cada uno de ellos.
Estamos atentos a todos los hechos que pasan en el mundo, nos preocupamos por la situación en la que se encuentra nuestro planeta, las atrocidades que el hombre le hace a la Madre Tierra y a sí mismo. Toda esa maldad y ese odio demoníaco nos causan mucho dolor y por momentos sentimos que no podemos más, pero al instante recordamos todo el trabajo que ustedes hacen, recordamos su devoción y su completa e incondicional dedicación hacia la Obra y lo más importante de todo es que recordamos que no estamos solos.
Esto que te escribo es simplemente para que sepas como estamos, como nos sentimos, que estamos haciendo y para que esta amistad que se formó entre hermanos de diferentes partes del mundo no se pierda.
Soñamos con que algún día podamos volver a vernos y volvamos a compartir una tarde todos juntos, los extrañamos y los amamos mucho. Son y serán siempre nuestros “hermanos a larga distancia”. 
Damos gracias al Señor por permitirnos estar junto a ustedes en estos momentos y a Giorgio por todo Su infinito amor y Sus sagradas enseñanzas que son los pilares de la nueva era, del nuevo mundo formado por una sociedad justa, edificada con amor y paz en la que la juventud tenga un verdadero futuro.
Que el amor del Cristo los mantenga siempre unidos, firmes y dignos, luchando como los guerreros que son. Tienen nuestro amor y nuestras bendiciones. Rezamos por ustedes y le pedimos al Señor que algún día vuelva a cruzar nuestros caminos en esta guerra o después de ella. Nos comprometemos de nuestra parte a no bajar los brazos, a estar unidos y a ser el escudo que Giorgio tanto necesita.
Cuentan con nosotros para lo que sea y sabemos bien que hay una fuerza infinita que nos une, que nos hace sentir y pensar de la misma manera, que nos ayuda a pelear contra el mal y que nos enseña que las distancias, las fronteras y los límites son humanos, que en Dios todos somos Uno.

Con amor fraterno
Patricio Cesar Alod, en nombre de todos jóvenes del Arca “Lily Mariposa”
Rosario, Santa Fe, Argentina, 17/08/11