LOS AFILIADOS AL CRISTO

chiara 1 De Chiara Linguanotto

Hermes Trismegisto afirmó en una de sus leyes:

"Todo tiene dos polos, todo tiene su par de opuestos. Igual y diferente son iguales, los opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grado. Los extremos se tocan, todas las verdades son medias verdades y todas las paradojas pueden reconciliarse". Leyendo y releyendo esta ley, no puedo dejar de pensar en la dualidad existente entre el bien y el mal y en particular entre el sistema integrado mafioso internacional y los justos y quienes los apoyan, que tratan por todos los medios de combatirlo.

Pensando en estas dos caras diametralmente opuestas, pero juntas formando una misma moneda y observándolas un poco más de cerca, me doy cuenta de que son más parecidas de lo que parece.

Tanto los mafiosos como los justos continúan con su causa, haciendo de ella su misión de vida, haciéndose uno con ella, algo inseparable, como si te separaras de ella perderías tu identidad, ya no te reconocerías en el espejo, serías un caparazón biológico vacío que deambula sin un propósito específico.

Según cómo cada uno de nosotros ejerza su libre albedrío, es decir, según elijamos seguir el camino de la luz o el de las tinieblas, el camino es cualquier cosa menos trivial. Es una carrera de obstáculos continua, para ver tu grado de resistencia, resistencia en condiciones de estrés, es un camino insidioso, duro, de sacrificio y tienes que demostrar constantemente que estás a la altura de la elección realizada, demostrando lealtad, honor, fuerza y ética.

Evidentemente todos estos valores se basan para ambos polos en códigos diametralmente opuestos, pero quienes los persiguen están absolutamente convencidos de que van por el único camino correcto.
Esta convicción es el motor que lleva a ambas partes a dedicarle toda la vida, entregándose totalmente a la causa elegida, hasta participar en los propios ritos de afiliación.

Las estaciones pasan, pero el rito de afiliación a la Cosa Nostra continúa alimentando la santidad de los aspirantes a criminales. El rito de iniciación todavía marca la entrada en la organización, y el primero en explicarlo fue el pentito Tommaso Buscetta.
"Que mi carne arda como esta estampa si no cumplo mi juramento".

Es la llamada PUNCIUTA, ceremonia que se realiza en presencia de un padrino que tiene el deber de presentar al aspirante a “hombre de honor” a los demás miembros de la familia.

Que puedo decir... creo que no hay nada que agregar, ya que es claro que despues de un juramento asi solo se puede salir de la mafia de una manera, que es dentro de un ataud.
En cuanto a la afiliación al ejército de Cristo en la tierra, los "afiliados de Cristo" no tienen que someterse a ritos particulares, no se necesitan padrinos, esmóquines, pines, imágenes santas, porque el Padre en su inmensa grandeza es sencillo, le basta con cumplir la promesa que le hizo cuando le dijeron espontáneamente que sí en la intimidad de una habitación silenciosa. El Padre no necesita efectos especiales, mira la sustancia, los hechos, el cumplimiento de la palabra dada. Ese es su código de honor. Decirle que sí es suficiente para que él lo anote en su agenda personal.

Incluso los afiliados a Cristo deben demostrar con el tiempo que superan ciertas pruebas, pruebas generadas por el mismo Padre y hechas de manera personalizada y a la medida de los puntos débiles de cada aspirante a soldado, para fortalecerse cada vez más en el espíritu.

El Padre no es un sádico torturador de almas, las pruebas que pone ante cada uno de sus soldados son siempre preparatorias para la evolución espiritual y su fortalecimiento.

Ya que se superan ciertas pruebas, pequeñas o grandes, y ya que se cree que has entendido lo que significa ser parte del ejército de Cristo, te conviertes en Su soldado y te pones a Su disposición para ser parte activa en la lucha contra el sistema mafioso, identificado por la Santísima Madre como el mal absoluto en la tierra.

Este ejército es dirigido por vuestro mensajero y contactado con Giorgio Bongiovanni, quien recibiendo directivas del cielo organiza lo que debe hacerse en el plano terrenal humano.

Esta filiación termina luego en el tiempo con la entrega de la estrella de 7 puntas, el símbolo cósmico por excelencia que debe establecer el vínculo indisoluble entre el ejército de Cristo en la tierra y el celestial.

La estrella representa el símbolo de pertenencia a la única gran Verdad cósmica, esa gran familia celestial que busca desesperadamente restablecer el equilibrio donde falta, entregando conocimiento con inmenso amor a través de una voz que clama desde hace 70 años en el desierto.

Quien acepta recibir este estandarte declara que ha entendido, aceptado la Verdad y quiere ser testigo de ella.

Digo debería porque muy a menudo esto no sucede, ya que muy a menudo las debilidades y fragilidades humanas toman el control, y los hermanos que no pueden entender que están siendo probados, se pierden.

Al comparar el bien y el mal, me parece que el mal demuestra más convicción y fuerza en creer en la causa de uno, ya que tanto los que están dentro de la mafia como los que salen de ella haciéndose colaborador de la justicia expresan mucha fuerza y convicción en el ideal que persiguen. Los que están en las celdas muchas veces prefieren ir a la cárcel a que los consideren infames”, y los que se hacen colaboradores lo hacen porque se han dado cuenta de que se han equivocado de camino, de que se han equivocado y de querer reconciliarse. para ello, intentan colaborar a pesar de darse cuenta de que se está condenando a muerte.

Entonces como dice mi general aquí en la tierra Giorgio Bongiovanni, "aplausos" por la fuerza que expresan estas personas cuando asumen una posición bien definida en la vida, sin término medio, una posición clara y sin matices de gris.

¿Y quién está del lado de Cristo demuestra toda esta determinación?

Como en todas las cosas no podemos generalizar, pero si miramos los hechos y retrocedemos en el tiempo desde los tiempos de Eugenio Siragusa hasta nuestros días, está claro que muchas personas han aterrizado en este refugio seguro pero a pesar de todo han preferido fijar navegar hacia orillas más ilusorias guiñando un ojo. Sin embargo, la mayoría de estas personas habían hecho una promesa al Padre diciendo que sí y aceptando llevar el estandarte cósmico de la estrella.

Así que me pregunto, ¿cómo es que el mal traiciona menos que el bien? Analicemos lo que ambas partes tienen que perder....
En el caso de los mafiosos, quienes traicionan saben que sobre su cabeza pende una sentencia de muerte que les costará la vida física.
En el caso de los que traicionan a Cristo, traicionan al Padre mismo, Aquel que tiene poder de vida y muerte sobre todo y sobre todos, y me pregunto cómo no se puede tener miedo de Él... no tener miedo de Dios. .

Los mafiosos a lo sumo perderán la vida física, pero el que traicione a Cristo perderá por mucho tiempo la verdadera vida eterna a través de la segunda muerte ya que decir Sí al Padre significa firmar un contrato sin cláusulas de desistimiento. Entonces, ¿cómo no temes esto? Probablemente todavía estamos lejos de darnos cuenta verdaderamente de la Verdad y tendemos a estar todavía demasiado proyectados en la materia, perdiendo de vista todo lo que no es percibido por nuestros sentidos. Deberíamos aprender a confiar más en el sexto sentido, ese sentido que no ve nada, nada oye, nada huele, nada toca, nada prueba, es ese sentido que no se puede demostrar pero existe y está conectado con todo es ese sentido que si escucharlo da sentido a todo, da sentido a la verdadera vida, y aunque seamos polvo podemos alquimizarnos en polvo cósmico transformándonos así de la nada en todo.