Por Claudio Rojas G.
Tras haber sostenido varias conversaciones con nuestra hermana Carmen Alegre (a quien todos llamamos Carmencita), miembro de nuestro grupo, se nos ocurrió plantearle que valdría dar a conocer lo que ella hace en su trabajo, pues también es obrar, de una forma un tanto distinta, pero con resultados concretos; y de paso nos sirve para reivindicar el poder de la oración, que si bien por sí sola no basta, en estos tiempos donde la oscuridad arrecia y se acerca el mayor engaño que alguna vez hubo en este mundo; y la oración en ese momento será absolutamente fundamental, tanto es así que quien no la practique, sencillamente no logrará pasar la prueba.
Ella me contó:
“Todo empezó cuando llegué de Italia y me enteré que un compañero de trabajo había sufrido un desmayo y estaba en exámenes y controles médicos, al transcurrir unos 3 días el jefe nos llama a reunión y nos informa, que el diagnóstico de Pablo es lapidario, se le encontró un tumor cerebral ubicado en el hipotálamo imposible de operar, por tanto esperaríamos lo peor, un hombre de 45 años andinista, naturista, de una vida totalmente natural, todos los fines de semana estaba en el Cajón del Maipo disfrutando del aire, su alimentación era impecable. Al salir de la oficina del jefe en ese momento fue cuando se me ocurrió hacer una cadena de oración entre sus compañeros que somos 20 mas el jefe y el gerente todos unidos, rezamos por nuestro compañero amigo, al hacer esto unas 2 no lo hicieron añadiendo que "tenia lo que se merecía". Pero lo más emocionante que en el piso donde yo trabajo, existen 3 departamentos de riesgo con distintos jefes, (unos 45 en total en el piso), cuando rezamos todos ellos nos miraron y al rato llegaron a mi escritorio y me pidieron participar hoy, terminamos orando unos 30 incluyendo jefes y al gerente, no solo pedimos por la salud de nuestro compañero sino por todos los enfermos, por nuestras familias, por nuestro cansancio, por nuestra penas, terminamos con la lectura de un salmo, ahora todos hacen peticiones especiales, se acercan a mi y me piden si podemos rezar y encomendar en este día por su familiar “x” o por cualquiera otro, etc., todos andan distintos, se abrazan entre ellos, su rostro y sus ojos son mas brillantes. Tengo por ejemplo el caso de una compañera que era muy negativa se llama Magdalena, sus compañeros le decían Maldalena (por maldad), era de rostro ajado y oscuro y el ceño fruncido y siempre estaba a la defensiva, hoy es una persona alegre, cariñosa, su rostro transluciente y muy bella persona. Nuestro compañero al día de hoy se encuentra con radioterapia y con quimioterapia totalmente suspendida, está caminando, hablando y sus extremidades están volviendo a la normalidad. Es decir el Señor ha hecho su milagro de manera de demostrarnos que es el más grande, el más omnipotente, el más omnisciente, el más omnipresente, el es Rey y la Madre La Reina y seguiremos orando en la casa del demonio, porque él incluso puede transformarlos.”
Tengo que destacar algo que es digno de ser destacado: cuando empezamos a hacer oraciones (que continuamos periódicamente) hubo un compañero de trabajo que se burlaba diciendo epítetos despectivos y siempre molestando a los que lo hacían; pues bien este señor tuvo un pre-infarto, y cuando se estaba recuperando con mucho miedo en su casa, a tal punto llegó su miedo que recurrió a su compañero más cercano, lo llamó por teléfono y le pidió que este último dijera a los orantes que pidieran por él, a lo que por cierto se accedió con mucho gusto.
Me pareció que toda esta historia no podía quedar en el olvido y sin conocerse pues nos sirve para reforzar nuestra fe que a veces se debilita con tantas vicisitudes negativas a nuestro alrededor y por eso quise mencionarla. La oración por sí sola no es suficiente, lo sabemos, tenemos que hacer obras; pero no podemos dejar de orar ahora en los tiempos que vivimos, y menos aún en los tiempos que vendrán, (recordemos que el mismísimo Jesús se apartaba de sus discípulos a orar) pues si no lo hacemos, sencillamente no lo lograremos.
Con amor
Claudio Rojas G.
12.11.2012