ONCEAVO MANDAMIENTO: HONRA A TUS HIJOS, HONRA A LOS NIÑOS
Por Francesca Bianchin
Honra a tus hijos, éste tendría que ser el onceavo mandamiento, o mejor dicho, honra a los niños.
Quién sabe porqué Dios no introdujo este precepto en los mandamientos, cómo decir que los niños y los hijos no tenían el derecho a ser honrados, en cambio el padre y la madre si.
Si pensamos en nuestros hijos, en cómo ha evolucionado la sociedad, este mandamiento tendría que estar en el primer lugar de nuestros valores, parece algo obvio, porque puede ocurrir que los hijos no honren a sus padres, pero por lo general siempre honran a sus hijos, ésta es la mentalidad que cada uno de nosotros tiene.
Pero no siempre es así, hay padres que no honran a sus hijos de la misma forma que los hijos honran a sus padres.
Son aquellos padres que gritan constantemente e incluso se levantan la mano entre ellos sin tener en cuenta los traumas que les pueden causar a sus hijos.
No honran a sus hijos cuando los desilusionan haciendo promesas que saben que no podrán cumplir,
cuando pelean de la noche a la mañana y no se dan cuenta de los miedos que crecen en ellos y que llevarán consigo dentro de su alma hasta cuando sean adultos,
cuando no les dan la posibilidad de estudiar si así lo desean.
No honran a sus hijos cuando los usan para sus propios intereses en contra del cónyuge del cual se han separado,
no honran a sus hijos cuando los golpean hasta lastimarlos o les quitan la vida a causa de su locura mental.
No basta con amar a los niños, es necesario además saber honrarles, respetarles, de la forma más justa y equilibrada, lo cual no significa hacerles caprichosos, significa educarles, sabiendo que lo que tienes frente a ti es un ser humano con su propia alma individual, con su propio espíritu, y no un objeto de tu pertenencia, que no tiene sentimientos ni miedos.
Honra a tus hijos, honra a los niños,
porqué no está este mandamiento que al día de hoy no es para nada trivial.
Cuando hay lugares en el mundo en los que hay padres que por un plato de lentejas venden a sus propios hijos a quienes les esclavizarán para su propio provecho.
Cuando incluso en occidente hay madres que venden el cuerpo de sus propias hijas a cambio de 50 – 100 euros a pervertidos viejos enfermos mentalmente, porque quienes tienen una mente sana no hacen cierto tipo de cosas.
Cuando hay padres que abusan de sus propias niñas.
¿Acaso eso es honrar a los propios hijos?
Honra a los niños, los primeros en saberlo tendrían que ser esos curas que utilizan la violencia con pequeños inermes e indefensos, cachorros de hombre.
Honra a los niños, es algo que tendrían que cincelar en sus frentes esos cobardes que tienen el valor de asesinarles para vender sus órganos.
Honra a los niños, tendría que estar escrito a fuego en el corazón de cada ser humano, que se considere cómo tal.
Honrar a los hijos, a los nuestros y a los ajenos, significa honrarnos a nosotros mismos, porque quien no los honra, no se honra a sí mismo frente a Dios.
Bianchin Francesca
23 de Julio de 2011