FRA NAZARENO - FRAILE FRANCISCANO
Por Anna, Francesco, Giusy y Giuseppe
Queridos hermanos,
queremos compartir con vosotros un día especial que hemos transcurrido Francesco, Giusy, Giuseppe, un primo de Francesco y yo mientras estábamos en Cerdeña y la enseñanza que ha dejado en cada uno de nosotros.
El sábado 19 de agosto al atardecer Giusy nos ha llevado a visitar el centro y la iglesia construidas alrededor de la figura de Fra Nazareno, un fraile franciscano que gracias a un guante que le había regalado Padre Pio era capaz de hacer milagros.
Giusy es particularmente devota a la figura de este fraile, fallecido en el 1992, porque Giuseppe se curó completamente de un cálculo renal grande por el que habría tenido que ser operado. Con gran contrariedad de los médicos en cambio la operación no fue necesaria.
Antes de partir, mientras hablamos de Fra Nazareno con Ausilia, también ella me contó que una prima suya, a quien le fueron diagnosticados pocos meses de vida, fue curada completamente por este fraile.
Impulsados por estos relatos y empujados del fuerte deseo de Giusy, que va a esta iglesia todas las semanas a rezar por Ausilia y por todos nosotros, hemos visitado este lugar, ordenado, limpio, para nada afectado por el fanatismo o la exasperación típicos de los santuarios.
Cuando llegamos estaban oficiando la misa, para no molestar, nos pusimos a visitar en silencio el lugar donde el fraile solía rezar. Una gruta minúscula que hospeda una estatuita de la Virgen de Fátima y un pequeño altar de piedra sobre la que estaba posada un biblia abierta en la página del profeta Daniele, capítulo 12.
Me acerqué y mi mirada fue atraída por estos versículos:
1) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran Príncipe que está del lado de los hijos de tu pueblo. Será tiempo de angustia, como nunca fue desde que existen las naciones hasta entonces. Pero en aquel tiempo tu pueblo será librado, todos aquellos que se encuentren inscritos en el libro.
2) Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra Serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y eterno horror.
3) Los sabios resplandecerán con el resplandor del firmamento; y los que enseñan justicia a la multitud, como las estrellas, por toda la eternidad.
4) Pero Tú, oh Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de un lado para otro, y se incrementará el conocimiento.
5) Yo, Daniel, miré, y he aquí que dos estaban de pie, uno de este lado en la orilla del río, y el otro al otro lado en la orilla del río.
6) Entonces dije al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: --¿Cuándo será el final de estas cosas sorprendentes?
7) Escuché al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río, quien alzó su mano derecha y su mano izquierda al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. Todas estas cosas se cumplirán cuando se acabe el quebrantamiento de la fuerza del pueblo santo.
8) Yo escuché, pero no entendí. Y dije: --Señor mío, ¿Cuál será el final de estas cosas?
9) Y él dijo: --Anda, Daniel; estas cosas están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
10) Muchos serán limpiados, emblanquecidos y purificados; pero los impíos obrarán impíamente, y ninguno de ellos entenderá. Pero los sabios, sí entenderán.
11) Desde el tiempo en que sea quitado el sacrificio continuo hasta la abominación desoladora, habrá 1.290 días.
12) ¡Bienaventurado el que espere y llegue hasta 1.335 días!
13) Pero tú, continúa hasta el fin, y descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
No me gustan en particular los lugares de culto, pero en ese momento algo dentro de mi me decía que no estaba en un sitio cualquiera y la vibración de aquellas piedras y de todo lo que estaba alrededor ha empezado a descender a mi corazón y a llamarme de nuevo la atención.
Me he dejado por lo tanto llevar por mi interior y por el fuerte sentimento de Giusy por aquellos lugares, quedamos absortos en oración dentro de la iglesia dónde el fraile ha sido enterrado en un sobrio ataúd de mármol blanco y hemos encendido velas concentrando nuestro pensamiento en nuestra querida Ausilia, para que su espíritu esté listo y sereno; en Luca, Diego y Piero por el sacrificio que están ofreciendo por todos, en Giorgio para que nosotros pequeños cireneos hagan que tu calvario sea más soportable, en todos nosotros para que seamos siempre guiados por la Fe y el Discernimiento.
Como siguiendo el hilo de un discurso entramos en la celdilla que hospedó al Fraile y en la pequeña habitación donde recibía a las personas necesitadas. Ha tenido que ser de verdad un sacerdote fuera de lo normal este Fra Nazareno si entre las muchas imágenes eligió poner una gran foto del Papa Luciani, el papa víctima de las tramas oscuras del Vaticano.
Giusy me ha explicado que todo alrededor había estatuas que recordaban las estaciones de la via crucis, pero en la única donde hemos sentido interiormente de entrar fue en la que representaba el huerto del Getsemani.
Yo creo que no tengo bastantes palabras para explicar lo que hemos sentido todos al ver a este Jesús de bronce, de dimensiones naturales, apoyado sobre la roca dentro de su desesperación humana y con el coraje divino de aceptar la voluntad del Padre.
Las fotos aquí bajo quizás puedan dar una idea de la magnitud y de la fuerza que expresan ese cuerpo no obstante el momento de miedo.
A sus espaldas un ángel blanco con una semblante femenino que lleva en seno un cáliz grande, el cáliz amargo. Pero a mi me hizo pensar en nosotros, porque es el símbolo del don más precioso que tenemos: la unión, la amistad, el amor y el respeto que nos unen entre nosotros y alrededor de Giorgio, cáliz viviente en el huerto del Getsemani.
Hemos pensado en todos vosotros, en ese momento, y todos vosotros estabais allí observando con nosotros, testigos de un tiempo pasado y presente, denso de preguntas y de angustiosas turbaciones, que se detiene a los pies del potente cuerpo de aquel hombre. Se puede sólo extender los brazos y tomar conciencia en Su presencia de nuestra pequeñez y con humildad aceptar llevar nuestra minúscula cruz, a lo mejor incluso con una sonrisa.
Yo siento que hoy nosotros estamos todos un poco en un huerto del Getsemani, llenos de miedos y de incertidumbres, pero aquel Jesús arrodillado de esa manera, y al mismo tiempo tan majestuoso y aristocrático en el dolor, pareciera querer decirnos que todos podemos logorarlo, dentro de nuestros límites podemos lograr aceptar y hacer la voluntad del Padre que está por encima y más allá de nosotros.
Puede ayudarnos siempre tenerle a El presente en nuestra mente, al Maestro, justo cuando llega el anochecer que tanto nos asusta.
Con todos estos pensamientos en la mente y en el corazón salimos fuera. Giusy me recuerda que ha tomado un pañuelo de Fra Nazareno bendito que debía llevar a Ausilia a la que quiere y siente como una hermana carnal.
Nada más volver por lo tanto quiero cumplir esta pequeña misión, pero Ausilia está en el hospital, me propongo por lo tanto de volver al día siguiente.
El viernes 26 vamos con Francesco a saludarla, exactamente una semana después de la visita al fraile.
Nada más entrar en su habitación, Ausilia me dice que ha soñado conmigo. Me cuenta que en el sueño yo intentaba aliviarle el dolor de la espalda y no sabía cómo hacer. Y me sentía muy angustiada por ello.
Me quedo sin palabras porque aún siendo bien consciente de no poder hacer nada tengo sin embargo conmigo algo que quizás puede ayudarla. Le entrego el pañuelito bendito, lo apoyamos sobre la parte izquierda de la espalda y ambas nos emocionamos.
Yo no sé cuál sea la razón profunda del sufrimiento de Ausilia ni pretendo saberla, pero pienso que cuando alguien de nosotros se sacrifica en la carne es para despertarnos una vez más a la Fe y a la conciencia de nuestro camino, difícil, pero al final glorioso porque el Maestro acompaña cada paso nuestro y usa todos los medios para hacer sentir su presencia y hacer de manera que no salgamos de su rebaño.
Gracias a cada uno de vosotros por todos estos años compartidos juntos, intentamos estar unidos y de ayudarnos unos con otros.
Está anocheciendo de nuevo, quédate con nosotros Señor.
Anna, Francesco, Giusy y Giuseppe
Pula, Cagliari
29 de agosto 2011