Por Ignazio Castellana
El universo está lleno de líneas de fuerza magnética que constituyen la base de su estructura y de su evolución. Estas líneas de fuerza son energía-luz en forma de corpúsculos y de ondas.
LA LUZ
La luz es una corriente de corpúsculos de energía con movimiento ondulatorio.
Si la velocidad de la corriente corpuscular aumenta, disminuye la longitud de onda. Eso quiere decir que en la luz se tendrá otra forma de movimiento ondulatorio y una diferente forma de corriente corpuscular.
El Sol, en el contexto galáctico, es un acumulador-transformador-distribuidor de la energía-luz que estructura el universo. El, por lo tanto, tiene su propio campo de fuerza del cual dependen los campos de fuerza de cada planeta que gira a su alrededor.
La energía luminosa emitida por el Sol tiene una frecuencia bien determinada, de la que dependen las varias formas de vida de cada planeta.
Cada uno de los soles del universo tiene su propia frecuencia de luz. Esta frecuencia está determinada por la rotación del mismo sol y, además, por la rotación del sistema planetario completo en el contexto galáctico. El planeta Tierra, por lo tanto, recibe una frecuencia de energía-luz, que depende, en relación directa, de la velocidad de rotación del Sol.
¿Qué pasaría en la Tierra, y al hombre en particular, si aumentara la frecuencia de la luz solar? ¿Es posible que esto suceda?
EL HOMBRE
El hombre es un conglomerado biofisico-molecular cuya forma material está estructurada por un determinada campo de fuerza, estrechamente vinculada con el campo de fuerza creado por la velocidad de rotación del sol. Si esta velocidad de rotación aumentara, mutaría la frecuencia de luz emitida por el sol; y entonces resultaría lo siguiente:
La Tierra recibiría una luz con un nivel superior de frecuencia. Este aumento de intensidad de frecuencia de la energía, produciría una vida distinta que sería vivida de forma diferente de la que actualmente conocemos. Esto quiere decir que el ciclo de la vida sobre la Tierra sería total y completamente distinto porque, a causa de las inevitables transformaciones que se producirían a nivel electroquímico molecular, los reinos vegetal y animal adoptarían otra forma de vida.
-El hombre, por los mismos motivos indicados, sufriría una transformación del campo de fuerza que lo estructura. Debido a que la materia es influenciada por la energía-luz, el sistema celular de su organismo estaría expuesto a la influencia de la energía renovada
¿E1 hombre de hoy está en grado de adaptarse a la nueva frecuencia emitida por el Sol?
Decididamente, no.
El hombre, no habiendo tomado todavía real conocimiento (por cuestión de evolución, sobre todo) del mecanismo del sistema solar, no está en condición de controlar estos cambios. Cuando logre controlar la energía-luz, sabría también controlar el aumento de frecuencia de la misma, capaz de variar la estructura de la materia.
Cuando una humanidad alcanza un punto de evolución en el cual, de forma puramente científica, puede experimentar el aumento de la energía del universo, puede calcular también nuevas formas de aumento de energía. Es indispensable, sin embargo, para que esta humanidad pueda alcanzar este punto, que haya adquirido una conciencia tal por la que nunca interfiera en la marcha del universo y, además, armonice con las energías que lo estructuran y que actúan con amor y sabiamente. Esto porque, tales energías, son movidas por aquella inconmensurable Energía Cósmica cuya Causa Principal de la Vida en todas sus formas y dimensiones, es amor y comprensión por excelencia: DIOS.
LA NUEVA CONCIENCIA
Ahora ha llegado el momento en que a la humanidad de la Tierra se le dará un nuevo conocimiento, a fin de que tenga una nueva comprensión de los acontecimientos que van a acaecerle; para que en el futuro el desarrollo de la vida pueda continuar en paz y armonía.
El hombre ahora está por verse inundado por una energía renovada, que a él mismo renovará. De tal forma que, en un futuro próximo, el hombre tendrá conocimiento justo y la comprensión necesaria para modificar la energía del universo a su propia ventaja y para el bien de todos. El, entonces, conocerá que la estructura del universo y la energía que lo mueve no tienen nada que ver con las interpretaciones teosóficas, ni con el misticismo devoto de las religiones de la Tierra, que ahora han cumplido su tiempo y deben ser sustituidas por una nueva forma de búsqueda y conocimiento a nivel científico.
NAVE CORPUSCULAR
He dicho que la luz es una corriente de corpúsculos de energía con movimiento ondulatorio. Si la velocidad de la corriente corpuscular aumenta, la longitud de onda disminuye. Esto significa que la luz tendrá otra forma de movimiento y una diferente forma de corriente corpuscular. Pero esto también, quiere decir, que se tiene un diferente tiempo, porque "tiempo" y "movimiento" van ligados.
O sea: debido a que el espacio está en movimiento, es necesario que el tiempo esté en relación con el espacio. Por lo cual:
El espacio es al movimiento como el tiempo es al espacio.
Me explicaré mejor tomando como ejemplo el llamado "platillo volante". Ya he dicho que el universo está lleno de líneas de fuerza magnéticas que constituyen la base de su estructura y de su evolución. Lo que nosotros llamamos hoy "platillo volante", no es otra cosa que un TRAZADOR MAGNETICO, o sea una nave espacial concebida y construida según los principios de la mecánica celeste por lo cual puede navegar siguiendo la ruta trazada por una línea de fuerza magnética.
(Un cierto estudioso llamado Aimé Michel, debe haber intuido bien este principio si tuvo la paciencia de estudiar el fenómeno de la ola de alistamiento U.F.O y declarar que estos misteriosos objetos en sus movimientos seguían rigurosamente determinadas líneas que el ha llamado “ortotecnicas"
Un trazador magnético pues, por los motivos mencionados, se comporta como una verdadera nave corpuscular; de hecho, emplea energía en forma de luz, por lo cual está en condiciones de 'variar y modificar' las líneas de fuerza del universo, en perfecta sintonía con las leyes de la mecánica celeste.
¿Por qué, pues, "nave corpuscular"?
Porque la luz que ella emite (y que nosotros conocemos bien, por haber visto su destello muchas veces en nuestros cielos, en una amplia gama de colores), está creada por una corriente de corpúsculos energéticos con determinada frecuencia de longitud de onda.
Cuando los pilotos de la nave espacial deciden aumentar la velocidad de la corriente corpuscular, provocan una disminución de la frecuencia de longitud de onda de la luz.
Sucede entonces que la luz adquiere otra forma de movimiento ondulatorio y una forma distinta de corriente corpuscular. Esto provoca un potenciamiento del campo magnético que envuelve la nave, cuya energía, además de mantener continuamente en un estado de imponderabilidad al medio, produce una excitación de los elementos atómicos perennemente presentes en los espacios interplanetarios y extragalácticos.
Con impulsos oportunos, obtenidos por medio de instrumentos a propósito, los pilotos de la nave pueden alcanzar la velocidad deseada. Esto quiere decir que el medio puede alcanzar un desplazamiento más rápido que la luz. Cuando esto sucede, la nave corpuscular entra en un "nuevo tiempo"; y es por esto que desaparece de nuestra vista: porque "entra" en otra frecuencia de tiempo, donde existe otra forma de movimiento de la longitud de onda de la luz.
Aquí está e1 porqué antes he dicho que el espacio es al movimiento lo que el tiempo es al espacio: porque la nueva frecuencia determinada por el aumento de la velocidad de la corriente corpuscular, proyecta la nave en una diferente dimensión espacio-temporal, distinta de aquella a la cual estamos sujetos nosotros, los hombres de la Tierra, provistos de órganos de visión que están "ajustados" para captar únicamente la frecuencia del espacio luminoso de nuestro Sol.
Es evidente, en este punto, que en la nave corpuscular deben viajar seres cuyos cuerpos, por la evolución de la conciencia colectiva, están estructurados por un campo de fuerza que se halla al mismo nivel de aquel que, normalmente va con la superior forma, de movimiento y con la diferente, forma de frecuencia. De otra manera estos seres no podrían hallarse en otra frecuencia de tiempo, donde existe otra forma de movimiento.
EL CAMPO DE FUERZA DEL HOMBRE
Los campos de fuerza, de los cuales está lleno el universo, son creados por el Espíritu de Dios. Estos campos de fuerza, por tanto, no son materia, sino Espíritu, o sea energía. Son estos campos de fuerza los que crean el movimiento, la rotación y el pulso del universo.
Ahora, está claro que cada hombre, como materia vivificada por la energía, tiene un determinado campo de fuerza propio. Este campo de fuerza es el cuerpo etéreo, mejor dicho, el alma; o sea, la energía psíquica que estructura la forma material. (La misma que la Ciencia Parapsicológica define como "Campo Estructurador de Forma".)
Si este campo de fuerza del hombre está en armonía y equilibrio con las leyes de la creatividad, también las células de su cuerpo estarán en consecuencia en armonía y equilibrio; asimismo, la pulsación del corazón, la respiración y el movimiento de la sangre; debido a que el campo de fuerza del hombre forma parte del campo de fuerza divino, que pone en movimiento la pulsación del corazón, la respiración y, por tanto, la vida. Y así mismo sucede en el Cosmos: exactamente de la misma forma.
Esta es la razón por la cual, en la nave corpuscular, debe de haber seres en condición de poder pasar de una frecuencia de tiempo a otra, sin que la estructura celular de su organismo se resienta lo más mínimo. Esto es posible sólo en el caso de que la energía psíquica (o campo de fuerza) que estructura el cuerpo, posea las cualidades necesarias para la repentina sintonía con los 'campos de fuerza de las formas de movimiento superiores que crean una diferente frecuencia de tiempo.
LOS VALORES DEL ESPIRITU BAJO LA FORMA DE LA ENERGIA
El organismo humano es una construcción ideal que manifiesta las capacidades creativas de la Inteligencia Cósmica: DIOS, el Espíritu Cósmico, que es armonía y equilibrio por excelencia. Si este organismo es un perfecto subordinado a los estímulos reales (amor, espontaneidad, lealtad, comprensión y respeto fraterno, etc.) que les llegan desde el Espíritu Cósmico, en este caso está perfectamente sintonizado con la energía del campo superior de fuerza universal. Esto quiere decir que la "buena calidad" del campo de fuerza del hombre está en condición de soportar, sin menoscabo alguno por la materia, cualquier cambio en la frecuencia de la energía, que determina un "nuevo tiempo" en el cual existen diferentes valores. Pero si el organismo es un vibrador caótico de efectos exteriores, emanados por una excesiva emotividad humana (odio, rencor, envidia, egoísmo, hipocresía, miedo, etc.) entonces la sintonía con los valores del campo de fuerza universal superior queda notablemente distorsionada; distorsionada de tal forma que cualquier variación del poder de la energía no podría ser soportado a nivel celular.
Ahora ya no puede haber dudas, el hombre de la Tierra es, todavía, como es, y los valores que actualmente manifiesta no son tales como para poder permitirle el pasar impunemente desde una a otra frecuencia de energía desde un valor a otro de tiempo, desde una dimensión espacial a otra. El, como hombre, es todavía aquel imperfecto aparato psicobiofísico que expresa valores para los cuales puede y debe recibir de un solo "canal" de emisión: el Sol, con su actual y bien determinada
frecuencia de luz.
¿Pero qué pasaría si el Sol aumentara su velocidad de rotación con el consiguiente aumento de la intensidad de su luz?
1) Los hombres se quedarían "ciegos", sus órganos visuales no estarían en condiciones de recibir la diferente variación del nuevo espectro luminoso, en cuanto el aumento de la velocidad corpuscular disminuiría la frecuencia de longitud de onda de luz. Esta nueva frecuencia no podría ser captada por los ojos humanos que estén "ajustados" para una frecuencia distinta.
2) La vida misma, sobre la Tierra cambiaría radicalmente, porque también los órganos sensoriales de los reinos vegetal y animal resultarían "fuera de banda".
DE LA LLAMADA 'DESMATERIALIZACION' DEL PLATILLO VOLANTE
Repito: una nave corpuscular está construida, hasta en los más mínimos detalles, conforme a las leyes del Cosmos; ella por tanto, emplea energía en forma de luz. Ahora bien, si la luz que mueve la nave, está en sintonía con los órganos visuales humanos, el platillo volante es observable; pero si la frecuencia cambia y se sintoniza sobre los valores del infrarrojo o del ultravioleta, cambia el espectro luminoso y los humanos no pueden captarlo. ¿E1 platillo volante se ha desmaterializado? Digamos, más propiamente, que ha desaparecido de nuestra vista porque la luz que lo envuelve ha asumido otra forma de movimiento ondulatorio, no perceptible para nuestros sentidos.
Y aunque la nave espacial, permanezca inmóvil ante la puerta de nuestra casa, si conserva su máxima frecuencia molecular, nosotros no la veremos. A medida que la frecuencia vaya siendo reducida, la luz que la envuelve asumirá diferentes coloraciones, hasta el punto de poder ser vista como un objeto sólido.
En definitiva: nosotros no podemos entrever una nave espacial en máxima frecuencia molecular, por el simple hecho que esta se encuentra en otro factor tiempo, en otra dimensión espacial, porque es activada por una frecuencia diferente de la emitida por nuestro Sol.
DE LOS CAMPOS DE FUERZA SUPERIORES-CONSECUENCIAS
Entrar en contacto con una nave espacial significa, antes que nada, ser influenciado por la energía que emana, y circundado por el poder de aquella energía. En otras palabras, el mayor campo de fuerza que circunda el platillo volante hace posible el influir en el campo de fuerza propio del hombre que se encuentre en sus cercanías.
Para que no sucedan estos trastornos de traumas psíquicos y físicos, que pueden llegar a tener consecuencias letales (caso del Capitan Mantell), es necesario que el menor campo de fuerzas del hombre esté en condición de soportar la variación de la frecuencia ocasionada por el mayor campo de fuerza del platillo volante; y esto sólo es posible para quienes estén mentalmente en equilibrio con el propio Espíritu y manifiesten un campo de fuerza bastante cercano al que emana el platillo volante. Si no es así, la sobrevivencia es imposible a nivel celular.
Esto, para comprender el criterio de la separación que se está efectuando en la Tierra, ahora que para la humanidad se aproxima el tiempo de la profecía. Aquel que sea saturado del 'ESPIRITU DEL SERVIDOR', tendrá la fuerza necesaria para que el poder de la energía, renovada desde el exterior, no desintegre la molécula y la proteína de su propio cuerpo; y esto, porque su campo de fuerza se encuentra en un nivel donde esta forma de aumento de energía podrá acumularse sin que la célula y la proteína se vean notablemente disturbadas por ella.
La supervivencia es, pues, para aquellos que, por evolución espiritual, han alcanzado una estructura física y una frecuencia psíquica que armonizan con el campo superior de fuerza que viene desde el exterior en forma de energía. Estos podrán dar el último paso hacia el encuentro con la nave espacial y en los últimos tiempos, que ya se aproximan, serán "portadores de luz" para sus semejantes, en forma de energía y de luz intensificadas.
Hay que decir, además, que el aumento del poder de la energía, proveniente del exterior, producirá un cierto efecto en los campos mentales humanos: lo negativo se volverá más negativo, y lo positivo adquirirá una mayor sintonía: porque el aumento del poder de la energía actuará por medio de la energía existente en el mismo hombre.
Cuando esta energía (que es espiritual) está en desacuerdo con la mente, se produce un "cortocircuito" en el organismo; y entonces, saltan determinados "fusibles"...
Asistiremos pues, en un futuro muy próximo, a una exasperación de la violencia y del mal en general, además de un progresivo derrumbamiento de los restos de los valores morales, éticos, sociales, religiosos y espirituales sobre los cuales todavía se estructura la sociedad humana.
Aquellos pocos, cuyo campo de fuerza individual está en sintonía con los valores del campo de fuerza universal, deberán luchar no poco para quedar al margen de las solicitaciones negativas exteriorizadas por la masa humana, absorbida en el loco remolino del delirio destructivo incontrolable e imparable.
Y si el Señor no hubiera abreviado estos días, ninguna carne se salvara; mas para los elegidos, el Señor los ha abreviado...' (Marcos 13,20)
Ignazio Castellana
1970
Extraído de los Opúsculos del Centro Estudios Fraternidad Cósmica de Eugenio Siragusa.