De Erika Pais
Padre, Padre mio, Padre
Padre de todo lo tangible y esencias.
Perdona mi verbo carente de Gracia, absuelve mi culpa de querer hablarte.
Cierro los ojos y Eres.
Padre
Padre que me has dado la Gracia del Conocimiento de las cosas y entonces temo terriblemente al fuego ardiente de Tu Justicia y a tu mirada severa que me atraviesa el alma cuando intento engañarme de que no me has visto en el error o que ya me has perdonado.
Padre..
mi cuerpo putrefacto y mi mente marchita y desahuciada, complotan astutamente contra mi espiritu, sediento de lo eterno, inyectandole el veneno de la incertidumbre y la desoladora certeza de que jamás lograré que en mi puedas agradarte.
Padre,
con desespero te busco, te miro, te imploro y con la desazón mas profunda que criatura humana pudiera tener caigo una y mil veces en las sutiles y amargamente dulces tentaciones del maligno que me alejan de Ti.
Padre...
¿que hago escribiéndote estas palabras? si se que has sido Tu quien las ha concebido, dibujandolas yo en mis hipócritas deseos de tocarte para seguir convencida de que de Verdad existes.
Padre,
Padre mío te necesito. Te necesito con la mente y con la piel. Te necesito con el alma y el espiritu. Te necesito Padre.
Te necesito profundamente, obsecadamente, eternamente.
Te necesito tanto como cuando te necesitaba en mis tiempos oscuros en los que pretendía justificar tu inexistencia, pero más que en aquel momento exacto en el que, por Tu Divina Bondad me permitiste respirar Tu Perfume por un instante y fui tuya para siempre.
Te necesito Padre más que nunca.
Que osadía la mía el pedirte perdón, como si saborear el infinito sea cosa de insistir obstinadamente en el desacierto.
Que arrogancia la mía, pretender que manifiestes tu Luz en las sombras de mi oscura noche atraído por el sonido melancolico de mi espíritu que indignamente te llama.
Así es mi amor por Ti Padre, te Amo rota en mil pedazos, luchando por armarme e intentar ser digna de desear servirte.
Caminando a tientas hacia ti desconfiando de mis verdaderas intenciones. ¿Camino hacia Ti esperando Salvarme?
¿O camino con Vos para que Justicia sea y Tú fuego consuma cada parte de mí que aún no quiera pertenecerte?
Solo se que Tu Potencia me embriaga, me arrastra y no puedo soltarte.
Entonces camino y camino y camino. Ya no está en mi esencia elegir detenerme.
Y Tus Señales son prueba y certeza, claridad y tentación, amonestación y consuelo.
¿Quien soy yo para amarte?
Pero igual te amo, aunque aun no sepa Que Eres y no posea el permiso de realizar Aquello que manifiestas.
Siento el vacio de la vergüenza, cierro los ojos y lloro por dentro.
El silencio, la nada, el todo. Entonces lo veo.
¡Necesitarte también es Servirte!
¡Escuchar el silencio de tu Ausencia es Amarte eterna e indivisiblemente!
Gracias Padre.
Erika Pais
