Por Claudio Rojas
El día 3 de junio recién pasado, durante la entrevista que realizara Marco Marsilli al estigmatizado Giorgio Bongiovanni, hubo un hecho que me partió el corazón en mil pedazos; y fue el momento cuando el entrevistado se quebró de emoción y dolor por su impotencia, al darse cuenta que, aunque haga esfuerzos sobrehumanos, por eso digo “Divinos”, por tratar de despertar nuestras mentes estructuradas y destruidas por el control mental, junto a la comodidad que nos ofrece el mundo material, y nuestros corazones llenos de “yo” que no nos permite vaciarnos y negarnos, ni menos entregarnos al alfarero para que nos modele a partir de la nada; a esto sumamos la apatía y la indiferencia, que a veces nos caracteriza.
Entonces, no somos capaces de ver que Jesucristo está entre nosotros, viviendo un calvario de casi 34 años, que sangra en nuestras narices a ver si nos conmovemos y despertamos, a ver si nos damos cuenta quien camina junto a nosotros.
En los años que llevo en esta maravillosa obra, nunca recibí un mensaje tan fuerte y directo, que me hizo sentir minúsculo; mi corazón explotó y me recordé del primer mensaje que dio la Virgen en la Aparición de Peñablanca- Villa Alemana- Chile en el año 1983, donde dijo: “He venido a salvar almas que están siendo llevadas a la perdición”. La pregunta es …¿quién las está llevando a la perdición a esas almas?, la respuesta es obvia, los falsos pastores de Cristo, vale decir los sacerdotes y los pastores evangélicos, que representan un cristianismo sesgado, incorrecto, incompleto y por tanto, falso. Tanto es así, que se ha convertido desde hace 1.700 años en un “falso profeta”. Jesucristo, cuando habló del final de los tiempos, pudo mucho énfasis en el tener “cuidado con los falsos profetas”, quienes dirán “mirad, el Cristo está aquí” (Mateo 24:23. Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.). En cambio, tenemos al verdadero Cristo caminando y hablando todos los días con nosotros, y no lo queremos aceptar ni ver.
Cuando llegue la iluminación de nuestras conciencias (Hechos 2:17 “Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños”), nos arrastraremos como gusanos buscando el perdón, por no haber querido ver el rostro de Cristo, cuando se nos mostró; y le dimos la espalda.
La Virgen en sus numerosas apariciones, especialmente en los últimos siglos, también habló de las almas que iban a la perdición, y también mencionó el comportamiento de los sacerdotes que se habían convertido en “cloacas de impureza”, salvo muy poquísimas excepciones.
Luego, la Virgen en Fátima, estigmatizó el 2 de septiembre de 1989 a Giorgio Bongiovanni, un siervo de Cristo, el mensajero de los tiempos del fin, la “voz que grita del desierto”, es el Elías (Malaquías 4:5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6 Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición), el Consolador prometido (Juan 16: 7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber), la voz del Padre…
¡LA VOZ DEL MI SIERVO GRITA JUSTICIA! ¡JUSTICIA!
ESTA VOZ QUE ACUSA Y CONDENA A LA SEGUNDA MUERTE A LOS TIRANOS Y A LOS ASESINOS POSEÍDOS POR EL MALIGNO ES LA VOZ DE MI PADRE, QUE PREPARA PARA EL JUICIO FINAL A TODOS LOS HOMBRES PERVERSOS DE LA TIERRA.
LA VOZ PROFÉTICA QUE GRITA EN EL DESIERTO DEL CORAZÓN DE LOS HOMBRES ES LA PRESENCIA DE LA POTENCIA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL MUNDO.
UNÍOS A ESTA VOZ, ASÍ EL JUICIO DEL PADRE HACIA VOSOTROS SERÁ CLEMENTE Y TOLERANTE. SI HARÍAIS ASÍ, EL PADRE PERDONARÁ TODOS VUESTROS PECADOS GRACIAS A VUESTRA FE Y A VUESTRO CORAJE.
ASÍ ES, YO OS HE HABLADO, PARA LA ALEGRÍA DE VUESTROS ESPÍRITUS LOS QUE, SI PERSEVERARÁN EN LA FE, CORRERÁN HACIA LA TIERRA PROMETIDA: EL REINO DE DIOS Y LA CORONA DE LA VIDA ETERNA.
¡MI PAZ ESTÉ CON VOSOTROS!
POR BOCA DEL MI SIERVO.
CON AMOR UNIVERSAL.
¡EL GENIO SOLAR CRÍSTICO, VUESTRO MAESTRO Y REY!
PLANETA TIERRA
14 de febrero de 2019. 1:07 horas
G. B.
Él, encarnado como hombre es un instrumento humano de Dios, que al ser de carne y hueso, espera que llegue a más almas como la última esperanza para la humanidad. Vivimos un tiempo en que casi nadie cree en Dios, porque es más cómodo no creer, es más la gente ya no cree ni siquiera lo que ve, y lo cuestiona sin lógica ni raciocinio.
La gente ha tenido la oportunidad y la posibilidad de ver una señal que como dijo la Virgen “todo el mundo puede ver”, pero nadie con discernimiento elemental se permite darse cuenta de que se trata de un fenómeno sobrenatural y por tanto de origen Divino; prefieren cuestionar y criticar sin base, no ver o mirar para el lado, ni siquiera ponerse a pensar quien está detrás de la señal porque les da miedo. Yo me pregunto a veces…¡¿es que queremos creer en otro Cristo?...en el falso Cristo misericordioso que no ofrecen las Iglesias, es quizás más cómodo porque nadie nos molesta ni persigue?. Acaso la luz del verdadero Cristo que ya está entre nosotros, nos encandila, es muy fuerte para nuestra vista, entonces es mejor mirar para otro lado?.
Lo que debemos entender todos, los que miran para el lado o los que se han ido, es que el Cristo es uno sólo, no hay otro.
Claudio Rojas
7 de junio del 2023
