Por AMDuemila - 21 de Abril de 2016
Ha pasado poco más de un año y medio de aquel triste día en el que Pablo Medina, periodista paraguayo y colaborador de AntimafiaDuemila encontró la muerte mientras regresaba de hacer un servicio periodístico y recorría con su camioneta la zona rural de Villa Ygatimí, departamento de Canindeyú, Paraguay, acompañado por su joven asistente Antonia Almada, quien también fue asesinada. La única sobreviviente fue la hermana de esta última, Ruth, que viajaba en el asiento posterior del vehículo.
Era el 16 de octubre de 2014, por la tarde, cuando algunos sicarios -que posteriormente fueron identificados como Wilson Acosta y Flavio Acosta-, vestidos con uniformes militares, tendieron una emboscada al periodista, obligándolo a detenerse. Las últimas palabras de Pablo, mirando cara a cara a sus asesinos que le apuntaban con sus armas, fueron: “¡Anína she ra à!” que en idioma guaraní significa “¡No, amigo mío!”.
La muerte de Pablo y Antonia tuvo una enorme repercusión en la opinión pública de Paraguay y de otros lugares. Las sospechas sobre el ideólogo del homicidio recayeron instantáneamente sobre el Alcalde de Ypejhú, Vilmar Acosta, más conocido con el nombre de “Neneco”, que se dio a la fuga inmediatamente después de la muerte del periodista.Pablo Medina era un personaje incómodo para los intereses de los narcos de la zona, que controlan el tráfico de droga a lo largo de la frontera de Paraguay con Brasil.
Antes de ser asesinado tenía en manos una investigación en la que se encontraban involucrados personajes poderosos de su país, incluso pertenecientes a la política, que tenían que ver con el narcotráfico.
Ni bien ocurrió el crimen se comenzaron a realizar requisas y rastrillajes que desembocaron en un operativo policial en la estancia “Dos Naciones”, propiedad de “Neneco”, en la que había un laboratorio de droga y donde encontraron más de tres toneladas de marihuana.
El primero en caer en manos de las autoridades, el 4 de diciembre de 2014, fue Arnaldo Javier Cabrera, capturado en su guarida ubicada en las colinas, aproximadamente a 15 km de la estancia “Dos Naciones”. Cabrera confesó que quien había decidido que el periodista tenía que ser asesinado era Vilmar Acosta porque: “Se sentía cansado de la persecución de Pablo Medina y tanto él como su familia sentían un odio visceral contra Medina especialmente después de que 'Neneco' y su padre, Vidal Acosta, terminaron en la cárcel de Coronel Oviedo, en febrero de 2011, después de que en la estancia 'Dos Naciones' de la familia se encontraran restos humanos, probablemente de víctimas del clan”. Precisamente en estos días, el 28 de marzo del corriente año, Cabrera fue condenado a cinco años de cárcel, aunque no se encontrara presente en el momento de la emboscada, estaba al tanto del plan de ejecución.
Por varios meses la búsqueda del prófugo “Neneco” no dio resultado, a pesar de que el círculo se cerrara cada vez más entre los países limítrofes Paraguay y Brasil, considerando que Vilmar podría haberse refugiado ni más ni menos que en este último, ya que gozaba de doble nacionalidad: tanto la paraguaya como la brasileña. Pero finalmente, la colaboración entre las autoridades de ambas naciones llevó al arresto de Vilmar Acosta, el 4 de marzo de 2015, en el Estado brasileño de Mato Grosso del Sur, aproximadamente a 300 km del Departamento de Canindeyú. Inmediatamente la justicia paraguaya solicitó su extradición pero durante algunos meses los meandros de los trámites burocráticos, sobre la supuesta doble nacionalidad del ex Alcalde, no hicieron más que retrasar la llegada de Acosta a manos de la ley de su país de origen. Finalmente, la extradición de “Neneco” Acosta se concretó el 17 de noviembre de 2015, momento en el que fue encarcelado. Vilmar Acosta, ni bien llegó al Paraguay se negó a prestar declaraciones ante la Fiscal Sandra Quiñónez.
El pasado 9 de enero le llegó el turno a Flavio Acosta, uno de los autores materiales del homicidio, quien cayó en manos de la justicia en la ciudad de Pato Branco (Brasil). En este momento se encuentra detenido en Foz de Iguazú (Brasil) y se está tramitando su extradición para que pueda ser juzgado en Paraguay. El 8 de abril fue interrogado y en la oportunidad negó su parentesco con Vilmar Acosta afirmando que su nacionalidad es brasileña para evitar la extradición a su país. La misma estrategia utilizada por su tío “Neneco”.
Recientemente, el martes 19 de abril, Vilmar Acosta, fue llamado a comparecer nuevamente ante los Jueces pero repitió el mismo gesto que había tenido durante su primer interrogatorio: sonriente, optó por el silencio.
Los fiscales del caso, informaron sobre el cambio de la calificación jurídica de “autor” a “instigador” del doble crimen, pero explicaron que esto no varía la expectativa de pena que le podría llegar a ser aplicada, que sería de hasta 30 años de cárcel.
Para cerrar el círculo queda pendiente el arresto de Wilson Acosta, hermano de Vilmar, que aún está prófugo.
*Foto portada : www.ultimahora.com
¿Ya extraditado Vilmar Acosta, quedarán impunes los crímenes de Pablo y Antonia?
Por Jean Georges Almendras
Día soleado en Asunción. ¿Será porque el clima se hizo cómplice del operativo de extradición del autor intelectual del asesinato del periodista Pablo Medina y su asistente Antonia Almada?. Quizás. Como se recordará, el doble crimen se cometió el 16 de octubre de 2014, en horas del mediodía. Y la extradición desde el Brasil, del ex intendente de Ypehjú, Vilmar “Neneco” Acosta se materializó, en horas del mediodía del 17 de noviembre, de este 2015. Exactamente, un año y treinta y un días después, de la trágica jornada. Pero, de los dos asesinos que accionaron los gatillos de sus armas cortas y largas, Flavio y Wilson Acosta (parientes directos de “Neneco”) no hay ni rastros.
La comitiva de policías y fiscales que acudieron hoy temprano al Brasil, vía aérea, para transportar a “Neneco” al Paraguay hizo realidad una de las etapas más importantes en relación al caso Medina-Almada. El ideólogo ya está en manos de la Justicia. Así literalmente. Ahora solo resta el juicio oral y público, y por ende, la sentencia.
Quedaron atrás las idas y las contramarchas que se fueron dando no bien se lo capturó en el mercado del municipio de Naviraí, el pasado 5 de marzo del corriente año. Ahora, su futuro, exclusivamente está en manos de los jueces y fiscales paraguayos, los que seguramente evaluarán todos los detalles de los hechos ocurridos. Y en consecuencia se le aplicará todo el peso de la ley. ¿Pero se le aplicará verdaderamente?. Una pregunta inevitable porque el fantasma de la impunidad sigue presente, ya que la narco política no ha sido desmantelada. Y como algo muy natural, en el Paraguay, los temores de que no se haga justicia están muy presentes. O mejor dicho corren de boca en boca, avanzando kilómetros y kilómetros.
Con “Neneco” entre rejas, y en suelo paraguayo, las esperanzas para ver que de una buena vez, las injusticias se aparten de la vida democrática de esa tierra sudamericana, parecerían afianzarse en el sentir ciudadano. Pero no todo está dicho. La historia recién da comienzo. Recién se abren las posibilidades para que el criminal opte por el arrepentimiento, o por el silencio. Con su presencia y sus declaraciones, recién se abren las puertas que podrían aclarar, no solo las muertes de Medina y de Almada, sino además otras muertes más. Otras corrupciones más. Y todo el entramado del delito en vínculo con el narcotráfico, dentro del sistema político paraguayo, podría perfectamente colapsar. Derrumbarse.
Habrá que esperar el curso de los acontecimientos. Habrá que esperar la captura de los sicarios del clan Acosta, que ultimaron a Pablo y Antonia, ya que todavía permanecen prófugos. Habrá que esperar (y confiar) en que las corrupciones y las impunidades no se hagan presentes. Habrá que esperar que todo lo legal siga avanzando por los caminos del Estado de Derecho. Y lo que es más, habrá que asegurarse muy bien de que la vida del detenido no sea objeto de atentado. Porque está muy claro, que su presencia en Paraguay debe incomodar y bastante, a ciertas personas y a ciertos poderes.
Entonces habrá que seguir atentamente, desde el periodismo y desde el hogar paraguayo, todas las instancias futuras de este momento inédito para los paraguayos. Porque no siempre ocurrieron estos episodios. Porque de todos los periodistas que el narcotráfico asesinó, de sus asesinos materiales y de sus asesinos intelectuales, poco se supo en los años democráticos que siguieron a la dictadura del general Strossner.
Vilmar “Neneco” Acosta, ya está en Asunción. En buena hora, claro que sí. Una buena señal para nosotros. Una muy mala señal para sus cómplices, y para quienes lo apañaron en todos estos años. Pero así son las cosas. O al menos así están planteadas.
Desde el mediodía del 17 de noviembre el ideólogo del doble crimen ya está bajo la tutela de la Justicia paraguaya. El traslado de “Neneco” Acosta se hizo realidad.
A poco de abordar el avión que lo transportaría al Paraguay, el ex intendente tuvo el descaro de protagonizar un diálogo insólito con uno de los jerarcas de la fiscalía que tuvo a mano.
-Señor Fiscal, akyhyje, ani pe juga che reche (“tengo miedo de que se juegue conmigo”) – dijo en guaraní Vilmar Acosta, agregando que temía por su integridad física.
El Fiscal General del Estado paraguayo, Javier Díaz Verón le respondió que se le garantizarían todas las garantías de seguridad y de juicio justo.
Esposado con las manos a la espalda, luciendo un chaleco antibalas por encima de una remera deportiva roja de rayas azules, con un gorro deportivo, con el rostro afeitado dándole un aspecto aniñado y con una cara de circunstancia, Vilmar “Neneco” Acosta , ascendió a un avión pequeño en el Brasil y poco lapso después, descendió en tierra paraguaya. Todo un dispositivo de seguridad, con custodias de elite y francotiradores apostados estratégicamente, fue montado para preservar su vida y evitar su fuga.
“Neneco” Acosta, vivió así su camino a la cárcel. Nosotros, desde acá y desde allá, vivimos uno de los triunfos de la justicia. Pero para decir que llegó el triunfo pleno, aún queda mucho camino por andar. Lo sabemos. Por esa razón seguiremos en pié de lucha y que le quede bien claro, al ex intendente Acosta, que la sociedad paraguaya no jugará con él. Porque en el buen romance, el que jugó –y bastante- con la vida, la ley y la confianza que se le depositó para llegar a intendente -un cargo político- fue él.
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*Foto de Portada: ABC COLOR
La historia paraguaya, sudamericana y porque no decirlo mundial está llena de acontecimientos históricos: que dieron nombre a una plaza o que se desarrollaron en una plaza. También está llena de héroes cuyas hazañas o proezas dieron nombre a una plaza.
La gran manifestación pública del 16 de octubre del corriente año en Curuguaty para recordar un año del asesinato del periodista Pablo Medina y su asistente Antonia Almada por sicarios del narcotráfico al servicio de la mafia y para exigir justicia justamente fue realizada en una plaza. El espacio público denominado “Cap. Troche y sus 34 Curuguateños” en homenaje al joven curuguateño capitán Mauricio José Troche -uno de los próceres de la independencia- quien junto a un destacamento de 34 hombres hacía la guardia en el Cuartel de la Plaza de Asunción y que tuvo un decisivo papel para el triunfo de la revolución, ya que en momentos en que existió el mayor peligro de fracaso del levantamiento, tomo el mencionado Cuartel que constituía el principal centro de apoyo del gobierno español.
El denominado Marzo Paraguayo: los hechos ocurridos del 23 al 28 de marzo de 1999 luego del supuesto asesinato del Vicepresidente Luis María Argaña, donde fueron asesinados 8 jóvenes y hubo cientos de heridos se desarrolló en la plaza del Congreso y sirvió de fuente de inspiración para que el periodista y escritor Andrés Colman Gutiérrez escribiera la novela “El País en una Plaza. La novela del Marzo Paraguayo “.
La gran movilización ciudadana realizada el 18 de noviembre de 2014 en Asunción en repudio de la muerte de Pablo Medina, exigiendo justicia para él y todos los periodistas asesinados por la narco política fue realizada en la Plaza de la Democracia: que ha sido durante la democracia lugar de encuentro de diversas organizaciones sociales, civiles y políticas para pronunciarse contra la corrupción, exigir mayor calidad de la educación, acceso a la salud, y últimamente contra el crimen organizado y la mafia del narcotráfico.
El 16 de octubre del corriente año, durante la manifestación realizada en Curuguaty en memoria de Pablo Medina y Antonia Almada, exactamente a un año en que las balas asesinas de los mafiosos acabaron con la vida física de estos justos, la Junta Municipal de Curuguaty resolvió nominar a la plaza del barrio industrial con el nombre de Pablo Medina Velásquez, y grande fue la alegría de todos los periodistas antimafia presentes de Uruguay, Argentina y Paraguay, ya que recibimos de manos de los propios concejales la resolución y la leímos ante la concurrencia presente, constituyendo este acto en un hecho histórico.
Una plaza que se proyecta a ser emblemática en el futuro del Paraguay entre todas las plazas del mundo.
Una plaza que será testigo de grandes manifestaciones contra el crimen organizado y la mafia, encuentros, reuniones culturales, festividades históricas y religiosas.
Una plaza que estará imbuida por los ideales, pensamientos, y el espíritu de Pablo: periodista, humanista, ecologista, amante de la verdad, la justicia, la libertad y sobre todo del amor a la vida.
Esta no será un palacio de justicia de piedras muertas, un mausoleo inerte conteniendo huesos putrefactos. Esta plaza será siempre vital, activa, rodeada de una exuberante belleza natural, un símbolo de la lucha contra la mafia donde un mártir entrego la vida por la Justicia, por todos nosotros, por las futuras generaciones. Será la plaza de una nueva civilización que resurgirá de las cenizas de la vieja humanidad violenta, asesina y criminal. Será la plaza donde prevalecerá la justicia, la paz y el amor. Será la plaza de Pablo, un adelantado arquitecto de este nuevo mundo que él supo construir durante su vida aquí en la tierra con pasión, lucha, coraje , resistencia y sobre todo mucho amor.
Si hacemos una clasificación rápida y a la ligera de los diferentes tipos de Seres Humanos que forman parte de la especie nos encontraríamos con que existen Seres Humanos Pensantes, Seres Humanos Sintientes y los otros, los Seres Humanos Sentipensantes.
Y de estos existen muy pocos.
Los Sentipensantes son aquellos que tienden puentes cuando los otros ladean las riberas de los ríos. Son los que construyen caminos donde algunos ponen piedras y que reparan emociones donde los demás las destruyen.
Son aquellos que siempre estarán combatiendo cuando la guerra parece perdida, utilizando su última bala para entablillar la patita de algún pájaro herido.
Son quienes descubren los colores en los sabores, que el silencio tiene sonidos melodiosos y que los olores transforman los espíritus.
Son quienes se detienen a observar una puesta de Sol, mientras escriben contra el Poder que aprisiona a la sociedad o cavando un pozo donde plantará un árbol frutal.
Son quienes irremediablemente y absolutamente estarán al lado de los intelectuales justos, de los campesinos pobres y honestos, de la sociedad martirizada por el sistema y de los magistrados o periodistas que empuñan su pluma contra la mafia.
Hace exactamente un año que en el Paraguay, en un paraje cercano a la frontera con Brasil, más precisamente en Villa Ygatimí fueron asesinados el periodista Pablo Medina y su joven ayudante Antonia Almada.
Pablo Medina era un sentipensante que había transformado su profesión de periodista en un arma letal contra las bandas de narcotraficantes y de políticos descaradamente corruptos que chupan sin cesar la sangre de jóvenes y campesinos que habitan en la región. Y desde donde inundan el planeta entero de marihuana, muerte y destrucción.
Un periodista del diario ABC COLOR paraguayo que se había ganado el respeto y la amistad de toda la redacción de Antimafiadosmil, para la que escribía desde las tierras rojas y olvidadas de Curuguaty.
Un sentipensante al que ya le habían asesinado a dos de su hermanos.
Un periodista que se amaba a si mismo menos que a su profesión y su condición de hombre libre. Porque comprendía que la tierra que pisaba era roja sangre y que el aroma que respiraba en su amada región era el olor de la muerte, del tráfico de drogas y esperanzas.
Y estaba dispuesto a combatirlo.
Estaba dispuesto a tender un puente, a construir un camino y a reparar las emociones destruídas
“Entendemos que asumimos una posición que tiene sus riesgos. Pero hasta la vida intrascendente y opaca es riesgosa. Y correr riesgos por la libertad es algo que se acerca a lo sublime. Y es porque anhelamos ser mejores, porque deseamos trascender, porque buscamos ese más allá que mueve y motiva los avances y los logros, es que nos lanzamos a esta suerte de cruzada”
Así era nuestro compañero Pablo Medina y en honor a su persona y cerrando filas alrededor de su trascendencia, un grupo de colaboradores y periodistas de antimafiadosmil viajamos a su hermosa y martirizada tierra Curuguateña.
Se cumplía un año de su asesinato a sangre fría en manos de sicarios del clan Acosta, respondiendo a una orden del Intendente de Ypeju, Wilmar Acosta Marquez.
Al año volvíamos al lugar donde la libertad de expresión fué cerzenada y donde el color rojo de la sangre se mezclaron con el de la tierra.
Recordando a Pablo Medina, periodista paraguayo asesinado el 16 de octubre de 2014
Por Giorgio Bongiovanni
Hace un año Pablo Medina, periodista de Asunción (Paraguay), además de colega y amigo personal, fue asesinado con varios disparos junto a su joven asistente Antonia Almada. En recuerdo de su coraje, de su firmeza en llevar adelante investigaciones arriesgadas sobre mafia, política y narcotráfico, publicamos la carta de Francesca Panfili, que tomó parte en la manifestación en Paraguay para reclamar verdad y justicia sobre el asesinato del periodista.
Querido Pablo,
Ha pasado un año desde que tu cuerpo dejó este planeta. Ha pasado un año desde aquel día en el que asistimos al llanto de un hombre que nos hablaba de ti, nos contaba tu historia, nos hacía soñar tus ideas y nos hacía anhelar tu ejemplo.
Querido Pablo no he podido conocerte personalmente, pero he conocido tu obra en pos de la verdad y la justicia que llevabas adelante en la tierra roja paraguaya. Te he conocido en el rostro de tu valentísima hija que después de tu muerte ha heredado una nueva familia que la ama y la apoya, y un padre y una madre que con su ejemplo saben darle amor y esperanza aunque tú no estés. Una hija maravillosa que ha sabido gritar con fuerza contra tus asesinos e iniciar una batalla de denuncia y verdad para sostener tus ideas y combatir contra quién ha querido matarlas.
Ha pasado casi un año desde que estuve en Paraguay y hasta hoy todavía no he sido capaz de escribir bien lo que viví a través de tu sacrificio… Rostros, palabras, gritos, ojos profundos, velocidad, lucha, olor de muerte, un paradigma de vida que se disuelve entre el asfalto caliente de octubre-noviembre y la capa del cielo en un ambiente en el que el tiempo transcurre de otra forma, al ritmo de una vibración de fondo que aquí no comprenderemos.
Por Jean Georges Almendras-Agosto 26 de 2015
A mediados de setiembre o quizás un poco más –y si no se cruza contratiempo alguno- estaría en territorio paraguayo el ex intendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta luego de que el Supremo Tribunal del Brasil por unanimidad, este 25 de agosto, resolvió conceder su extradición.
Todos los diarios y medios de comunicación paraguayos dieron cuenta de la noticia, a los pocos minutos de conocerse el dictamen de las autoridades brasileñas. En el ámbito de los periodistas del diario ABC Color, donde trabajaba el colega Pablo Medina, los ecos sobre la novedad tuvo ribetes de manifestación. Los funcionarios de ese medio de comunicación se concentraron frente a la sede del diario, tal como lo hicieron en la tarde de octubre en la que criminales acabaran con la vida del colega y con la de la joven Antonia Almada.
Apenas cometido el doble crimen los ciudadanos paraguayos y las autoridades definieron los rostros de los asesinos: autores materiales y autores ideológicos. Los primeros fueron el hermano de Vilmar Acosta y su sobrino, vale decir: Wilson Acosta y Flavio Acosta, hoy por hoy prófugos. Los segundos: se definió oportunamente la identidad del ex intendente de la ciudad de Ypejhú, Vilmar Acosta, alias “Neneco”, aunque no se descarta que otros personajes del hampa y del sistema político pudieron haber tomado parte en la decisión de asesinar al periodista. Ejecución que se concretó en las primeras horas de la tarde del día 16 de octubre del pasado 2014, en una zona rural de de Villa Ygatimí, en el departamento de Canindeyú.
Desde esa trágica jornada y hasta el momento de redactarse estas líneas, mucha agua corrió bajo el puente. Las aguas trajeron, entre otras cosas, la captura del ex intendente, el día 4 de marzo en Mato Grosso do Sul, Brasil. En los días posteriores un juez brasileño decretó su prisión con fines de deportación y luego la máxima instancia judicial le dictó prisión con fines exclusivamente de extradición.
Cabe consignar que la Fiscalía del Paraguay insistió ante las autoridades del Brasil en la deportación por considerarse que se trataba de una vía administrativa más rápida, para que Acosta fuera juzgado en territorio paraguayo. No obstante las autoridades brasileñas cerraron definitivamente –por aquellos días, la puerta a la deportación optando por la puerta de la extradición, la que finalmente se concretó.
En ese marco, luego de idas y venidas de tenor jurídico, restaba una instancia final que estaba prevista para este pasado 25 de agosto. Una vez concretada la misma, en sesión del Supremo Tribunal del Brasil, por unanimidad -cuatro votos, y solo una ausencia- se resolvió a favor de la extradición.
A propósito de esta resolución debemos señalar que con el fallo se demostró que “Neneco” fue considerado ciudadano paraguayo y no ciudadano brasileño, como pretendía el imputado. Asimismo trascendió que para el fallo en cuestión se consideró también que las evidencias que se presentaron respecto a la responsabilidad de Vilmar Acosta en el crimen de Medina y de Almada, tenían la solvencia y la fuerza necesarias para concederse la extradición.
¿Qué queda por hacer ahora para que de una buena vez Vilmar Acosta descienda esposado y custodiado de un avión, en Asunción, Paraguay?. El canciller nacional Eladio Loizaga dijo a los periodistas que le consultaron que la decisión del Tribunal brasileño será elevada a la presidenta del Brasil Dilma Rousseff, para que rubrique la resolución, pero aclaró que sería una formalidad de rigor pero inevitable.
En consecuencia, y a juzgar por los acontecimientos, seguramente ya en Asunción deben estar preparando una celda para el ex intendente. Una buena nueva, por cierto, para los periodistas paraguayos y para los familiares de Pablo Medina y de Antonia Almada.
¿Habremos ganado una batalla a la impunidad?. Como primera cosa, me animaré recién a pensar en esos términos, solo cuando veamos a “Neneco” llegar a la capital paraguaya, como solo puede llegar un asesino de su calaña: esposado y sometido a la Justicia; y cuando se concrete la captura de los autores materiales de los dos crímenes. Recién con ese panorama todos comenzaran a dar el puntapié inicial para dibujar un acto de justicia y para ir desmantelando la impunidad en el Paraguay. Solo recién. Por ahora solo se está a medio pelo en ese sentido.
*Foto de portada: Jagua.paraguay.com