MARIO D’IGNAZIO RECIBE LOS ESTIGMAS
LOS TESTIGOS DISPUESTOS A JURAR: ERAN HERIDAS AUTENTICAS
LOS TESTIGOS DISPUESTOS A JURAR: ERAN HERIDAS AUTENTICAS
Brindisi – Sangre en las manos de Mario D’Ignazio, la aparición de Jesús y después la de la Virgen: ayer los fieles de la calle Santa Teresa han vivido una tarde llena de emociones. Antes de empezar el rito che precede el momento de la aparición de la Virgen al joven de Brindisi, las palmas de sus manos se han llenado de sangre.
En ese preciso momento ha visto a Jesús: “Me ha preguntado si quería participar de su sufrimiento, he contestado que si y después he sentido un dolor lacerante en las manos. Después he recibido el mensaje”.
Un milagro solo para pocas personas. Efectivamente, todo ha sucedido cuando la casa de campo de la familia D’Ignazio estaba casi vacía. Los fieles que cada viernes invaden el espacio abierto debajo del olivo bautizado como “El árbol de las apariciones” no eran muchos a esa hora. La cita, normalmente, es a las cinco. La aparición de Jesús ha ocurrido media hora antes. Ha dejado sin palabras a los que estaban presentes.
Mario estaba por tomar posición en frente de la pequeña gruta donde se encuentra la estatua de la Virgen para empezar a rezar el rosario, cuando de repente se ha arrodillado, ha entrado en trance y ha aparecido sangre en sus manos. En ese mismo instante todos los presentes le han imitado, enseguida han pensado en los estigmas y empezaron a rezar intensamente. Estupefactos y temblorosos. Nadie podía creer que estaba viviendo “en directo” una manifestación divina.
5 de Junio de 2010
Fuente: Senzacolonne
Un milagro solo para pocas personas. Efectivamente, todo ha sucedido cuando la casa de campo de la familia D’Ignazio estaba casi vacía. Los fieles que cada viernes invaden el espacio abierto debajo del olivo bautizado como “El árbol de las apariciones” no eran muchos a esa hora. La cita, normalmente, es a las cinco. La aparición de Jesús ha ocurrido media hora antes. Ha dejado sin palabras a los que estaban presentes.
Mario estaba por tomar posición en frente de la pequeña gruta donde se encuentra la estatua de la Virgen para empezar a rezar el rosario, cuando de repente se ha arrodillado, ha entrado en trance y ha aparecido sangre en sus manos. En ese mismo instante todos los presentes le han imitado, enseguida han pensado en los estigmas y empezaron a rezar intensamente. Estupefactos y temblorosos. Nadie podía creer que estaba viviendo “en directo” una manifestación divina.
5 de Junio de 2010
Fuente: Senzacolonne