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MEXICO: CUANDO GANA EL TERROR
Los narcos han aprendido en México a manejar los tiempos y el pulso del terror. La población de las zonas fronterizas vive con miedo.
Mediante rumores vía mensajes de texto, sorpresivos ataques en lugares públicos, granadas lanzadas a las autoridades, o enfrentamientos armados a la hora de los noticieros centrales, los narcos han logrado expandir su mensaje de pánico. Mientras el Estado se muestra incapaz de contrarrestar el miedo en la gente, el ciudadano promedio no se hace oír. A excepción de Ciudad Juárez, donde la población le espetó en la cara al presidente Calderón por su ineficacia, todo se reduce a silencio, miedo y muerte.
Los mensajes de texto en los celulares y en los correos electrónicos señalaban con precisión “toque de queda” en el estado de Morelos. Llamaban a ajustar relojes, “a partir de las 20 horas”. La razón de la medida de recluirse en casa era contundente: sería ese “el fin de semana más violento de México”.
El miedo apaleó a los morelenses. Fue el sábado 16 de abril, suficiente para que en la ciudad de Cuernavaca -un paraíso primaveral todo el año y a donde llegan miles de habitantes del Distrito Federal a pasar su fin de semana-, cada habitante se encerrara en sus casas y las calles se vaciaran al atardecer.
Estrategias de pánico como éstas se repiten en México. Han ocurrido en Tampico (noreste) durante la Semana Santa pasada, y en Chihuahua (norte), mucho antes, en 2008, mensajes idénticos que ponen en situación de pánico a poblaciones numerosas de ciudades con más de un millón de habitantes, y donde las autoridades no hallan respuestas para frenar la ola de rumores.
Mensajes intimidatorios como “cuida a tus hijos” y “no salgan porque esto va estar peor que Irak", acompañados de otros que anunciaban enfrentamientos armados en barrios de ciudades, lograron el 24 de febrero pasado que hubiese un ausentismo escolar en primarias y secundarias de hasta el 90 por ciento en ciudades fronterizas como Nuevo Laredo, Reynosa y Río Bravo.
La zozobra que provoca para los habitantes el cierre de escuelas o de comercios a plena luz del día, y los recluye en sus casas, manifiesta a su vez la ausencia de credibilidad en las autoridades policiales o militares como fuerzas de un Estado incapaz de contrarrestar el miedo en la gente.
Los narcotraficantes ya no necesitan a los medios de comunicación tradicionales para generar el terror. En un video casero alojado en Youtube, una mujer relataba en marzo pasado balaceras ocurridas en la madrugada en la ciudad de Camargo (Tamaulipas), que los medios de comunicación no habían registrado por temor a represalias.
Youtube ha sido un aliado y masificador de mensajes, ideal para los narcotraficantes. Desde utilizar narcocorridos que ensalzan la violencia de capos y sicarios, hasta convertirse en un medio para generar mensajes de advertencia entre los grupos, denunciar a supuestas autoridades corruptas y negocios ilícitos como el tráfico de indocumentados, o mostrar a rivales capturados y torturados en un interrogatorio –antes de desaparecerlos o arrojarlos muertos a la calle con un disparo en la cabeza- e incluso asesinados ante las cámaras.
Las imágenes de hombres atados y golpeados rodeados de otros encapuchados y con armas han tenido un masivo impacto por su alto grado de violencia y sangre que llega en algunos casos a alcanzar casi tres millones de entradas al sitio como el caso del denominado “Confesión y ejecución de los Zetas”.
La televisión y los sitios web de periódicos que difunden videos han sido en muchos casos legitimadores con la reproducción de la información que dan a conocer los grupos mafiosos, generalmente identificados como parte del Cártel de Los Zetas (conocidos por su alto grado de violencia), el Cártel del Golfo (un desprendimiento del anterior) y el Cártel de Sinaloa, perteneciente al Chapo Guzmán, el más popular de los narcotraficantes que la revista Forbes llegó a ubicar entre los hombres más ricos del mundo.
Y como si fueran los mejores especialistas en política comunicacional, usan los horarios centrales de los noticieros para matar. Porque saben que los rating de televisión se duplican cuando un reportero informa en vivo que narcotraficantes acaban de generar una balacera en la avenida más transitada de Ciudad Juárez.
LA POLÍTICA, CON SELLO NARCO
El contexto electoral de renovación de legislaturas o elecciones de gobernadores en algunos estados ha servido este año para lanzar acusaciones en videos donde sus detenidos vinculan a políticos y funcionarios policiales con grupos de narcotraficantes.
La narcopolítica, de la que se comienza a hablar en estados como Sinaloa –cuna de narcotraficantes-, igual se denuncia en videos en el estado de Nuevo León, aunque desde el gobierno se apresura en negar. ¿Resultados de investigaciones? Ninguno.
La estrategia del terror movida por el balance previo de costos y beneficios –como explica Franciso Alonso-Fernández en “Psicología del Terrorismo”-, se hace con un aspecto de irracionalidad e imprevisibilidad para generar efectos perturbadores en la población. Pero en el caso mexicano se va modificando y adquiere nuevos ribetes de espectacularidad.
A la violencia sádica en Youtube le han seguido los cuerpos decapitados o trozados, y colgados de puentes, mantas con mensajes colocadas en cuerpos de las víctimas o distribuidas en 11 ciudades al mismo tiempo con exigencias para el gobierno de Felipe Calderón. El caso más espectacular de esa estrategia ha sido durante abril colocar barricadas con traileres, camiones y automóviles que cortan autopistas en lugares densamente poblados como Monterrey (la ciudad industrial del país) para realizar operaciones criminales.
A estos se suman las matanzas de jóvenes en bares (Torreón) y de adolescentes en fiestas (Ciudad Juárez), los patrullajes intimidatorios en poblaciones con veintenas de camionetas y decenas de sicarios sin que la policía se les acerque, atentados con granadas a edificios públicos destinados a atemorizar a las autoridades, escapes espectaculares de prisiones, extorsiones a comerciantes o la provocación de éxodos de poblaciones rurales.
Como si fuera poco, pueden atacar sin pudor el consulado estadounidense en Nuevo Laredo y hasta asesinar a funcionarios de ese país en Ciudad Juárez a un paso de la línea fronteriza.
EN LA LÍNEA DE FUEGO
Un efecto multiplicador forma parte de la estrategia. La movilidad es constante. Se abren frentes de batalla con acciones de ese tipo en ciudades distantes, difícil de contrarrestar para militares y fuerzas policiales, alcanzando un alto grado de sincronía y organización.
¿Cómo responden los ciudadanos ante el yugo de esta estrategia? Hasta ahora los rumores de toque de queda manifiestan la paranoia, de la cual alertaba en 2007 el escritor Juan Villoro. Y también la pasividad, como lo adelantaba entonces el Premio Internacional de Periodismo Rey de España 2010.
Hasta ahora el mexicano no se hace oír. A excepción del caso de Ciudad Juárez, donde la población le espetó en la cara al Presidente Felipe Calderón por su ineficacia en la estrategia antinarcóticos, y algunas protestas aisladas de estudiantes que han perdido a compañeros –en algún caso con la certeza que ha sido el Ejército-, todo se reduce a silencio.
La estrategia de terror rinde sus frutos. El trasiego de droga está asegurado y el negocio… intacto.
observadorglobal.com
por Darío Fritz - Desde México | 12.05.10

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