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El emblemático sacerdote de la lucha social en Paraguay habla de la pobreza y de los políticos

Entrevista de Jean Georges Almendras, Sonia Tabita Bongiovanni y Matias Gufanti desde Asunción, Paraguay-9 de octubre de 2019

A los 91 años de edad, el sacerdote jesuita español Francisco Oliva, más conocido en el Paraguay como "Pai" Oliva, nos recibió en el Centro de Formación Integral "Solidario Rapé" de la calle Proyectada 635, del barrio Bañados del Sur de la capital del Paraguay. A paso lento, apoyado en un bastón, el religioso se ubicó en una silla y nos miró a los ojos. Estábamos allí, por segunda vez, redactores de Antimafia Dos Mil y un grupo de jóvenes del Movimiento militante, liderados por su fundadora Sonia Tabita Bongiovanni. Estábamos allí, sentados en media luna, en sillas escolares de un salón de clase, modesto, pero confortable. Estábamos allí, ante un hombre emblemático de la lucha social en el Paraguay y en América Latina. Un incansable activista social y defensor de pobres y perseguidos (además de docente universitario y periodista) que (bajo la premisa de que siendo sacerdote tiene la obligación de amar al prójimo| desde comienzos de los sesenta se instaló en el Paraguay para llevar adelante obras sociales, para ser educador y para ser perseguido primero y expulsado después por la dictadura de Alfredo Stroesner, para finalmente regresar al país de las tierras coloradas, para llevar adelante desde el año 1998 y hasta nuestros días, una inmensa obra social. Una obra social firme y pujante que él personalmente coordina con un equipo de trabajo, en una zona donde la pobreza (fue) y es, el marco vivencial de un sector de la población paraguaya, sobrada en carencias de vivienda, de trabajo, de educación, de atención médica y de calidad de vida. °Pai Oliva° es conocido en la región y en el mundo, por su magisterio como educador (propulsor de la educación popular) y además, como un firme defensor de los excluidos.

Los excluidos de una sociedad en connivencia con un devorador consumismo (forjado dentro de un capitalismo no menos dañino) instalado en el país. Un país gobernado por un poder político que se precia de impoluto y honesto (y democrático) cuando en realidad, por la gestión pública a la vista de todos, estaría gravemente contaminado por la corrupción y por el crimen organizado instalado en filas del mismísimo Estado y del mismísimo gobierno. Un gobierno, que por si fuera poco, es insensible a raja tabla, de todo lo relacionado con la distribución de tierras a los campesinos, un derecho postergado por los latifundistas y los poderosos de turno. °Pai Oliva°, nacionalizado paraguayo no obstante haber nacido en Sevilla, es un actor social muy influyente en los secfores populares, que ama al pueblo paraguayo y al país en el que reside. "Pai Oliva" es respetado por muchos, especialmente por su compromiso con las causas sociales. Pero °Pai Oliva° también es blanco de críticas y de intolerancias (y de incomprensiones) en particular por quienes (por su ideología y por su posición económica) están distantes (muy distantes) de los valores y de la ética del sacerdote, quien a comienzos de este año fue agasajado y reconocido por la Cámara de Senadores, a la cual respondió en estos términos, en oportunidad de la distinción: ”Acepto esta distinción no por mérito propio sino en nombre del pueblo paraguayo. Él fue mi maestro y con él, estoy buscando una sociedad mejor”. “Pai Oliva” habló con Antimafia Dos Mil y los jovenes sin mordazas, y en los minutos que corrieron que no fueron pocos, pero que igualmente resultaron escasos, no dejó en el tintero los temas más controvertidos del Paraguay de hoy, siendo uno de ellos el del narcotráfico. Sus palabras fueron una denuncia. Una confrontación al sistema. Una confrontación al Estado. Una reflexión sincera sobre su vida misma, sobre sus ideas y sobre el futuro mismo. Una entrevista que nos permitió conocer en profundidad al sacerdote y al militante de las causas justas y de las causas sociales, y al ser humano en su faceta más sensible y más confidente. Porque fue confidente con nosotros, sus interlocutores, y especialmente con los jóvenes de Our Voices a quienes recomendó expresamente y con insistencia a “formarse” para finalmente sentenciarles: “Ustedes son el futuro, y el presente”.

-¿Cómo es su historia?

“Yo llegué al Paraguay como una persona muy bien formada pero como una página en blanco, de buen papel pero que había que escribirla. Y eso me lo enseñaron en Paraguay jóvenes como ustedes. Me pusieron de asesor del último curso de bachillerato y ellos me enseñaron lo que era, en Paraguay, una dictadura mucho más seria, sumado a lo que era lo social, lo político y el miedo que había. Cosas que a mí en España nadie me había enseñado en 17 años de estudio y formación académica y de espiritualidad, en el noviciado. Y cambié. Volví como a nacer en pensamiento, en el Paraguay. A los cinco años me expulsaron, y estuve fuera 27 años: nue“ves años en Buenos Aires, ocho meses en Ecuador, ocho o nueve meses en Nicaragua, en la revolución Sandinista, que ese era otro mundo distinto para mí, y después diez años en España, pero ya en la España del bienestar, porque ya estaba en la época esa anterior a la crisis. En esa época, a nadie le interesaba nada de lo que yo sabía; y sin embargo llegó a interesarle. La primera vez que yo hablé a jóvenes como ustedes en esos diez años, y les hablé en un sentido social, que ser cristiano era comprometerse para mejorar a la gente, fue imposible, se levantaron todos y dijeron “eso es mentira. Entonces, la formación como persona, me la dieron en España y la formación social, empezó en Paraguay en esos cinco años. Me hice paraguayo también; a pesar que Stroessner no quería, pero pude hacerme paraguayo. Un mes después me expulsó. Siguió la formación social en Buenos Aires, un poquito en Ecuador, muchísimo en Nicaragua. Me puse en contacto con la España del bienestar de entonces, pero me faltaba un post grado, irme a vivir a un sitio muy pobre”.

-¿Así comienza su obra social?

“Sí. Cuando yo llegué aquí, a un barrio que se llama Chacharitas tenía un amigo que me estaba haciendo una pieza en el fondo de su casa para irme vivir, pero después la conducta de la dictadura se endureció, conmigo y con otros, y tuvimos que parar la construcción por seguridad de vida. Y cuando volví a Paraguay, en el 96, quise hacer ese post grado y me vine a vivir al Bañado Sur. Si ustedes van allí ahora, se van a encontrar con mucha pobreza, pero en el Bañado la disimulan. Estos mismos bañadenses con la inundación han estado viviendo en las calles cuatro o cinco meses. Todavía en algunas zonas quedan algunas casas pero antes eran diez o quince mil personas, viviendo cada familia en un trocito, sin electricidad, sin baño, sin agua, cinco o seis meses.Todo eso se arregló en cinco o seis meses, la vida era horrible”

-¿Y usted siguió viviendo allí hasta hoy?

“Estuve allí viviendo veinte y tantos años, y ahora estoy aquí haciendo el trabajo de todo paraguayo, lo cual es muy duro, muy duro. Estamos pasando una gran crisis. Esta mañana me acaban de decir que la única fábrica de acero que teníamos está en bancarrota. Yo la seguía, porque saqué de morir al jefe del sindicato, que para que mejorara esa acería, hacía huelga de hambre hasta la muerte. Y esa noche se moría, ya no aguantaba más. Llevaba setenta y tantos días, ya era algo horrible. Yo he aprendido aquí, que cuando una persona hace huelga de hambre hasta el final, nunca le digas que la deje, sino encuéntrale razones para dejarla, porque en huelga de hambre se sufre mucho como para que alguien venga y le diga que es inútil; porque lo hundes. Tienes que decirle “tranquilo y piensa si esta es la mejor forma de luchar, es decir que te que mueras”- Y lo salvamos, con una chica de aquí de Paraguay que me llevaba a Villa Hayes, esa noche, porque ese hombre ya se moría”

-Ahora está en este Centro, luchando día a día…

“Y ahora estoy aquí, trabajo con la juventud, en un momento en el que hay crisis en el Paraguay. Esa es la vida; un momento difícil en el Paraguay. Cada vez hay más jóvenes y personas mayores que abren los ojos y se dan cuenta, pero de los siete millones de personas, dos o tres millones no ven nada. ¿Por qué? En parte porque el consumismo se los ha ganado ya, entonces son la capa más alta de la clase media que es chiquitita, acá, con los profesionales… Y en segundo lugar porque hay mucha pobreza. De los siete millones, dos millones y un poquito más son pobres, casi pobres o “pobres”. Y ellos no tienen capacidad todavía porque la pobreza afecta mentalmente también-“

-¿Cómo ve al Paraguay de hoy?

“Paraguay es un país inédito. Después de la independencia tuvo un empuje grande, con sus defectos pero grande. Vino una guerra y lo planchó, y quedaron 250 mil paraguayos, entre los cuales cada veinte mujeres un hombre; lisiados, o muy jóvenes; desde esa guerra hace un poco más de cien años, hasta ahora hemos tenido gobiernos que confunden su partido con la patria. La patria para ellos es su partido.Llevan cincuenta años de gobierno y el resultado es que estamos como encajonados. Paraguay ahora es como un terreno grande, con tres y pico de millones de habitantes rodeados del partido, que es el único que da trabajo; no trabajan, pero es lo único que da trabajo; de los bancos, las multinacionales, de algún nuevo rico que tiene montones de supermercados, por ejemplo, El ochenta por ciento de la tierra está en manos del dos por ciento, de muchos extranjeros, brasileños, de grandes latifundios, de ganadería. Somos siete millones y hay quince o dieciséis millones de vacas en manos de grandes latifundistas, de gente inútil como la secta Moon, que tiene un millón de hectáreas que antes eran de un argentino; y no hacen nada en ella y la gente se queda sin tierra, allí. Ahora Paraguay está que da pena; un país tan hermoso, tan acogedor, con gente tan buena… pero entre la pobreza, el gobierno, los vecinos Argentina y Brasil, no el pueblo sino los gobiernos que han tenido”.

-¿Padre qué opina de la democracia paraguaya?

“No hay democracia; en Argentina tampoco; ni en Brasil, desde el gobierno no hay democracia; desde el pueblo sí. Desde el gobierno cada uno actúa desde su partido, eso confunde y lo malo es que crean unos fanatismos y unos patriotismos falsos, horribles.”

- ¿Cómo es el tema del narcotráfico en estos barrios?

“Mira, en el Bañado Sur, que es lo que conozco, lo metió la policía, hace veinte años. Hace veinte años, un chofer de policía fue el que metió el narcotráfico. Tenemos una cancha grande de futbol y hace veinte años él pasaba con su coche y metía o daba permiso mediante dinero para que metieran droga. Eso sigue. Hace veinte años logramos sacar a uno. Estaba vigilado, pero me lo encontré metiéndole droga a un niño, y me acerqué al único teléfono público que teníamos; llamé y les dije, “ahora mismo están repartiendo esto” y vinieron por él y lo llevaron, estuvo preso varios años, después quedo en libertad; él quería ser capo, pero había otros capos en su tiempo, entonces lo mataron”

-Padre ¿Usted cree que el Estado está involucrado en el crimen organizado, en el narcotráfico?

“No creo que todos los políticos sean narcotraficantes, pero ya hay diputados y senadores que la gente sabe que apoyan a los narcos. Y los narcos procuran hacer lo que quieren porque ya tienen defensores. O sea que ahora al narcotraficante hay que darle un poco más de importancia que antes. Siempre los ha habido pero no tocaban a la sociedad. Paraguay era un lugar de tránsito, hay muchísimas pistas en los campos donde se cultivaba o guardaba la que venía de otra parte y se repartía luego. Algunos militares se hicieron ricos guardando esa droga, millonarios. A Stroessner lo sacaron al parecer, porque era el rey del contrabando – aunque para él no era contrabando- pero sus ayudantes querían meterse más en el tema de la droga, y en su cabeza no entraba tanto. Entonces lo sacaron. Pero en un sitio como el Bañado Sur ha sido un daño terrible, desde chiquititos”

-¿Por qué el padre Oliva es un comprometido con estas causas y estas luchas sociales?

“No sé el sentido religioso de ustedes, yo quiero que ustedes sepan el mío; a mí la gente me pregunta por qué se mete usted en estos líos que son un fracaso; por dos razones: una porque soy cristiano y ser cristiano es amar al prójimo, amar al prójimo no solamente dando cosas, sino ayudándolo a que viva mejor, esa es una razón, la razón religiosa; y después la razón humana es que el que es profundamente humano no aguanta eso, aunque no tenga fe, no importa. Yo vivo aquí en Asunción, trabajo, asisto a reuniones en que todos son ateos, pero en la acción es lo mismo que yo hago; tal vez a mí la fe me exige más, ciertas cosas. Pero en un 90 por ciento la acción es la misma, solo la motivación es distinta”

-Padre, un mensaje a los jóvenes del mundo y del Paraguay…

“¿Cuántos años tienen ustedes en promedio? ¿Veinte y tantos? Vamos a suponer que tuvieran veinticinco, yo tengo 91… si yo tuviera esos veinte por favor, por favor… Bueno, yo hasta los 37 no empecé a actuar así como ustedes, sino hasta que llegué a Paraguay. Pero… fórmense por lo menos, como ellos me formaron, que eso es algo que agradezco a los jesuitas; me formaron como persona, a eso me refiero. ¿Que tiene sus inconvenientes? claro, los tiene; ¿que al final, a los 91 años estas “reventado”?, es la verdad, pero vale la pena. Por favor, si no cámbiense uno conmigo y armamos algo grande, hay que trabajar mucho, pero es difícil.”

-¿Siente que le queda algo pendiente?

“Yo no miro hacia atrás lo que he hecho. Hay mucho que hacer; y en esta lucha a veces perdemos humanidad, no digo que perdemos la fe, perdemos humanidad, eso que todos tenemos lo perdemos.

- ¿Qué haría si tuviera veinte años hoy?

“Bueno con veinte años nada, me formaría. Yo insisto mucho en eso, en la formación. A lo mejor yo estudie demasiado tiempo, pero no importa, no me hizo daño; pero a los treinta sí. Nos faltan líderes, y nos faltan no porque los líderes nos vayan a sacar de la crisis en que estamos. Esta crisis es tan grande que un hombre no puede sacarnos de ella. Un ejemplo: todas las balas tiene aquí plomo, la pólvora, y ahí cuando apretas sale la bala, y esto es importante: esa chapita de metal que hay donde pega el golpe. Da el empuje. El líder es un tipo que debe meter empuje a la gente. La gente lo elegirá después, por supuesto, pero el ideal suyo no es ser elegido, es que el país, progrese”

-¿Qué reflexión le merece a usted un personaje que suscita tanta admiración en los jóvenes: el Che Guevara?

“A mí cuando me sale la figura del che Guevara, la idea positiva del él que más me llama la atención es la del Hombre Nuevo. El luchó mucho por el Hombre Nuevo. Es lo que estabamos hablando ahora justamente, que un político tiene que ser no un cántaro roto, sino que tiene ser coherente total ¿Fue el Che coherente total? Bueno, eso no lo sé. En algunas cosas parece que sí, en otras parece que no. Me dicen que el Che era un bandido, que mató gente, pero el Che Guevara estuvo en una lucha, en una guerra en la cual se mata gente mutuamente, y si los cubanos fueron capaces de conquistar el poder fue porque lucharon igual que los sandinistas. Porque lucharon y lucharon con las armas. ¿Qué mataron gente? Sí, pero es que un una guerra se mata gente. Por eso es que no quiero yo una guerra. Pero cuando hay esa desesperación total, y no hay otro medio, a veces algunos pueblos han decidido que de esa manera se hacían libres. El fallo no es ese, el fallo es que después cuando son gente, no están preparados para eso. El ideal es muy grande, pero no están preparados y cometen muchos errores. En consecuencia, Todas las personas tenemos las fallas y los valores, nadie es totalmente malo; pero un gobernante tiene que tener una coherencia radical muy grande, y a veces quien tiene la culpa de que no tenga esa coherencia fundamental es el pueblo, porque se opone a él, que tiene la razón, pero se opone”

-¿Cómo nació la idea de este centro solidario y como lo llevan adelante, qué actividades hacen?.

“Este centro nació estando yo en el Bañado, me daba cuenta que había que organizarlo, eran 19 mil personas en la parroquia, había que organizarla, concientizarlas. Y a la vez también les conviene a los bañadenses salir un poco hacia afuera, del bañado, para perderle el miedo a Asunción, porque el trabajo no lo encuentran en el bañado, sino en Asunción. Aquí hemos tenido durante veinte años hasta 500 muchachos formándose. O sea, ellos van a su colegio, pero nosotros le damos un apoyo escolar y vigilamos que en el colegio ellos aprueben; pero a la vez les damos formación; sexual, política, religiosa, incluso hay evangélicos y católicos, hay de todo; y está perfecto, tenemos la suerte de que hubo una persona que durante veinte años me ayudó solventar los gastos de todo esto; pero al cabo de veinte años se cansó. Entonces este año lo hemos pasado. Si el año pasado cada mes gastábamos 130 millones en todo esto, este año, en un año, quiero llegar a los 130 millones, entonces no hay nada… Ahora ustedes van a ver mucha gente aquí, o muchas sillas y todo eso. Es que en la inundación abrimos hasta tres escuelas y a otras organizaciones que tienen sus cosas aquí, porque tuvieron que salir del bañado. Entonces hay ahora mucha gente pero dentro de un mes estaremos solos nosotros aquí. La influencia del Ministerio de Educación no se ve en las clases más pobres del Paraguay; les da escuela a todos; pero los mejores profesores no van a las escuelas y a las universidades a las que va la gente que no tiene mucha conciencia. ¿El resultado cuál es? ES que la universidad, exceptuando dos facultades, en todas las demás tiene un examen de ingreso sobre el bachillerato, pero no sobre el bachillerato que hay en los colegios. Sino sobre el ideal del bachillerato; y para la gente pobre es muy difícil entrar en la Universidad Nacional; todos caen, todos caen… Entonces hay lo que llamamos “Universidad de garaje”, que al comienzo hay que pagar 300 mil, el segundo año 400 mil, el tercero 500, y así va aumentando. Y la educación que se da allí no es válida, la llamamos “garaje” porque tiene unos títulos muy grandes, pero tu entras al local y es como un garaje, y unas dos o tres habitaciones. La calidad es tal que cuando aquí te preguntan dónde estudiaste y dices que ahí, no te quieren. Este tipo de gobierno que tenemos no favorece a los que tienen menos. Aquí hay dos Paraguay: el Paraguay de los sojeros, de los ganaderos, de los supermercadistas, de las multinacionales, de los grandes centros de salud privados, colegios privados, alguna universidad privada. Ese es un Paraguay. El otro Paraguay son los bañados, los sitios donde personas y familias buscando unos metros para vivir han ocupado un baldío y después los echan. Son dos Paraguay distintos. Eso se podría solucionar con políticas públicas pero no les interesa”

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