ADONIESIS A LOS JÓVENES ESTUDIANTES LLAMADOS AL CONTACTO CON LOS EXTRATERRESTRES

Pintura de Bruce Pennington

DEL CIELO A LA TIERRA

EL PERSONAJE QUE MARCO MARSILI HA ENCONTRADO SOBRE LA LUNA ES EL COMANDANTE MACLERO. LA INDUMENTARIA ERA SOLO SIMBÓLICA PARA FAMILIARIZAR CON LA MENTE ACTUAL QUE EL JOVEN MARCO POSEE EN ESTA ENCARNACIÓN.
LOS ESTUDIANTES COLEGAS ERAN TODOS JÓVENES QUE VIVEN SOBRE LA TIERRA, PERO NO SON DE VUESTRO MUNDO.
EL ESCRIBIENTE ES MI PLUMA, MI VOZ, MI VERBO. ESCUCHADLO. ESCUCHADME.
SOY ADONIESIS Y SOY SERVIDOR, PADRE Y AMIGO VUESTRO.
¡PAZ!

PLANETA TIERRA
6 de Enero 2023. 23:31 horas

SIMPOSIO LUNAR
6 de enero de 2023. 5 a. m.
Experiencia de Marco Marsili

Me encuentro en la luna, sobre el suelo lunar, fuera de una gran base que parece un edificio institucional o una academia, un conjunto de edificios unidos en un estilo arquitectónico "ultramoderno"; los muros de color blanco lechoso tienen una estructura compuesta por líneas rectas que se alternan con amplias curvas verticales similares a velas. A unos pasos de mí hay un pequeño grupo de personas hablando entre sí. Visten delicados trajes de una pieza, idénticos entre sí pero de diferentes colores, en tonos pastel. Es gente extraterrestre, son siete hermosos muchachos, atléticos, las facciones del rostro son afinadas y el cabello cae suave hasta los hombros.
Están observando el cielo esperando algo. Mientras hablan entre ellos, una pequeña nave desciende del cielo, aterriza despacio y se abre lentamente. Del objeto emerge un hombre de porte vigoroso. Viste un uniforme de estilo militar color negro brillante, tipo látex con ribetes blancos, hombreras prominentes y un cuello muy ancho; Sobre el pecho se destacan varias placas doradas, tal vez insignias o condecoraciones. Tiene un par de botas a juego con el uniforme que muestra en la parte superior una gran solapa blanca. Lleva unas gafas oscuras con pequeños cristales ovalados, y en la cabeza tiene un casco que también es de color negro brillante, es como un casco de ciclista pero se entiende que es un objeto tecnológico.

Hay otras naves que se mueven por encima de la base, unas ascienden hacia el cielo, otras descienden a lo lejos, pero la del recién llegado viene de muy lejos: no sé cómo pero tengo constancia de que su nave salió de una gran nave-madre que viene de lejos, no sé de dónde pero de muy lejos. De hecho enseguida me doy cuenta de que la fisonomía de este huésped es muy diferente a la nuestra, por su complexión y la forma de moverse queda claro que “no es de por aquí”. Sus rasgos son diferentes a los nuestros. La piel se siente gomosa, es verdosa y está cubierta de pequeños pliegues suaves que se superponen entre sí.
¡Perdóname si, para explicarme mejor, comparo su piel con la del perro de raza Shar Pei! Pero lo que más me llama la atención es su nariz: ¡parece una pequeña trompa arrugada y se mueve! Se da cuenta de mi asombro, se vuelve hacia mí y sonríe amablemente. Veo que la boca es parecida a la nuestra pero los dientes tienen algo raro que no sabría decir, son como una especie de dentaduras postizas y son tan perfectos y tersos que parecen falsos.
La acogida es nada menos que cálida: los muchachos que lo esperaban son muy, muy extrovertidos y prestan al huésped una infinidad de atenciones afectuosas y joviales. Luego, todos juntos se toman de la mano y forman un círculo con él, sonríen e intercambian miradas amorosas y felices, y tomados de la mano ¡comienzan a saltar alegremente! ¡Es muy extraño ver a estos personajes de aspecto noble jugando como niños!

La ronda dura unos segundos, no es un ritual, no hay formalidad, ¡es simplemente una expresión espontánea de amor! En ese momento me invitan a unirme al grupo, pero siento cierta vergüenza porque me siento un poco extraño. Noto que a unas decenas de metros de mí hay un hombre rubio que me resulta familiar, creo que es mi “guardián” en esta increíble experiencia lunar, y su presencia me tranquiliza. Así que acepto la invitación y me uno al grupo, que me recibe con extrema amabilidad en un abrazo coral, siempre saltando en círculo, al unísono, un abrazo muy apretado y alegre como un juego de niños.
Debo admitir que sentí vergüenza porque no conocía a nadie en el grupo y porque desde mi "punto de vista terrestre" ¡la situación era absurda! Pero justo cuando formulo estos pensamientos, los demás me hacen darme cuenta de que ninguno de ellos se conocía hasta hoy, ¡todos son "extraños" que se encuentran por primera vez! El concepto telepático que me fue transmitido es este: “¡Somos hermanos! ¡Es lindo abrazar! ¿Qué importa si no nos conocemos? ¡Somos hijos del mismo Padre Cósmico! ¡Amémonos unos a otros!" Así se desvaneció mi vergüenza y me abandoné en este extraordinario abrazo fraterno y festivo, que nunca olvidaré. Al final de este abrazo impactante para mí, el recién llegado fue acompañado al interior de la base, donde pasaría unas horas “adaptándose” a las condiciones ambientales de la Luna. Mientras tanto, una suave y maravillosa luminiscencia se liberaba de las paredes de la base, tal vez para dar la bienvenida al invitado.

Si no me equivoco, llegó como exponente de su pueblo (con el que se mantiene en contacto a través del equipo del casco), para participar en una especie de conferencia que se está realizando en la Luna en estos días. Me dan a entender que la conferencia está conectada (o coincide) de alguna manera con un evento astronómico que ocurre en estas horas: la "luna llena en Capricornio" (según la astronomía terrestre el Sol estará en el grado 17 de la constelación de Capricornio y la Luna opuesta estará en el grado 17 de la constelación de Cáncer), coincidiendo con el aniversario de la Epifanía.
Como no soy un experto en el tema, me gustaría que algún experto me explicara qué significa esta convergencia en términos astrológicos. Si tienes información, escríbeme a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Cuando el invitado fue llevado a la base me quedé solo, aunque desde lejos mi rubio "guardián" seguía observándome impasible. Pude observar de cerca la nave espacial, una cabina en forma de "lágrima" (horizontalmente) ovalada de un solo asiento con la parte superior más plana que la inferior, que es muy abovedada. El material parece un extraño metal con reflejos iridiscentes; mide cuatro o cinco metros de largo, dos o tres metros de ancho y quizás un par de metros de alto. Sin tocar este hermoso medio de transporte, dije mentalmente:

“Levántate”, y se levantó del suelo flotando lentamente y deteniéndose perfectamente inmóvil frente a mí. Caminé a su alrededor para admirarlo mejor y luego expresé mi deseo de ver el interior. ¡Al instante, la nave espacial se abrió como una concha marina! El interior es de color beige claro y parece de goma, no tiene costuras ni soldaduras, es de una sola pieza tanto por dentro como por fuera, pero toda la superficie interior de goma está atravesada por unas finísimas líneas verticales, unas líneas de color oscuro que acentúan la redondez de la cabina. En el centro hay un asiento grande, parece muy cómodo, es del mismo material negro que el uniforme del piloto.

En el frente hay un panel de control simple (pero indescifrable) que parece acero satinado, del que sobresalen una veintena de "botones" de colores, cada uno de los cuales mide unos 10 cm de diámetro, y están alineados en filas paralelas dispuestas una encima de la otra. También hay otros "botones" más pequeños y en el centro del panel hay un monitor (supongo), idéntico a una tableta de 10 pulgadas. Esta descripción mía, meramente estética es equívoca e infantil, y no hace justicia a la tecnología que he podido admirar.
La experiencia lunar termina con la mirada de mi rubio acompañante, quien me hace comprender que ha llegado el momento de irnos de allí. Creo que yo también entré a la base, tal vez para asistir a la conferencia. Y estoy seguro de que el tema de la conferencia se refiere a la situación geopolítica y ambiental del planeta Tierra. Pero esta información ha sido completamente borrada de mi memoria... por ahora. Mientras tanto, quiero agradecer a los hermanos del Espacio por permitirme recordar esta experiencia que siempre llevaré en mi corazón. Espero sinceramente que sea útil para todos los lectores.

Con afecto fraterno,
Marco Marsili

Adjuntos:

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28-05-16 ¡Nosotros existimos!
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21-12-17 Ovni la visita extraterrestre
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