DEL CIELO A LA TIERRA
FRANCESCA Y MARCO:
EN VUESTRO PLEXO SOLAR ARDE LA ANTIGUA LLAMA DE LOS SEÑORES DE LA LUZ CRÍSTICA Y ARCÁNGELES DEL ALTÍSIMO ADONAY.
LA ALEGRÍA DE VIVIR EN EL UNIVERSO DEL AMOR INVADE VUESTRO SER Y POR LO TANTO PARA LA GNOSIS NO ES DIFÍCIL PERSONIFICAR VUESTRO ESPÍRITU.
AMAOS ASÍ COMO OS AMAIS AHORA, SED EJEMPLO, COMO YA LO SOIS, DE UNIÓN, ARMONÍA Y CONOCIMIENTO ENTRE LOS HERMANOS. YO OS AMO TIERNAMENTE EN EL ESPÍRITU, PERO SOBRE TODO OS AMA AQUEL QUE ES EL REY DE REYES Y NUESTRO SEÑOR JESÚS CRISTO.
CON AMOR UNIVERSAL VUESTRO
GIORGIO - NIBIRU ARAT RA.
Palermo (Italia)
11 de Junio de 2013
Querido Giorgio, queridos Hermanos y Hermanas:
Hace mucho que medito sobre lo que estoy a punto de escribir. Ruego al Padre Santísimo que me conceda por gracia un poco de Su infinita Luz vivificante, para que mi espíritu tenga la posibilidad de expresarse dignamente.
Ahora bien Giorgio, a menudo la vida nos lleva por caminos inaccesibles, al límite de las dificultades, que por lo general es más espiritual que material. Este mundo nos empuja a una mundanidad ilusoria, haciendo que olvidemos lo que Buddha llama el Dharma, la Ley. ¿Cuál es la Ley que mueve nuestras vidas y los universos y mundos? A menudo ocurre que nuestra naturaleza humana, sumida en esta dimensión de infierno terrenal, independientemente de las profundas razones por las cuales se ve llevada a esto, alinea su sentir con armonías demasiado terrestres y viscerales, que nos absorben y nos violan interiormente, haciendo que olvidemos quienes somos realmente y, sobre todo, ofuscando la decisión tomada, que en cambio tiene que ser reafirmada, como un Juramento guerrero, al amanecer del Sol de cada día. Y por lo tanto esta naturaleza humana, si bien de procedencia divina, pero falaz y caduca en este plano, olvida la Música cósmica y la Armonía de las Esferas de las cuales viene todo. Y si bien este discurso parece repetitivo o para nada nuevo respecto a los mandamientos divinos que, a través tuyo, el Cielo nos brinda, la Comprensión de dichos conceptos no es fácil o inmediata. Provocatoriamente mi espíritu siente que tiene que escribir, para suscitar una esperada reacción, no en ti que has comprendido, más de lo que creemos o intuimos que has comprendido, sino en los Hermanos que el Cielo nos ha regalado y a quienes amo. Provocatoriamente, escribiré estas cosas con la consciencia de que puedan prestarse al juego fácil del engaño, comenzando por nuestro ser, por el mío, que igualmente cae cada día en los límites de la materia, aunque crea haber comprendido al menos una parte de la Verdad del Cielo. Y con esta pretensión, procediendo en las horas del día y la noche, la duda, la incertidumbre y la arrogancia monta en nuestros pequeños espíritus que se sienten discípulos de la Verdad cósmica y portadores de un nuevo Renacimiento sobre esta Tierra. Y me viene a la mente cuando un eterno Mutante hablaba de esto, provocando a las multitudes y arengando, descubriendo las bajezas humanas para causar reacciones y estímulos siempre actuales en mundos como este. Frases que ayudan, de las cuales hoy se tiene una infinita necesidad. Y sin pretensiones o incluso pensamientos de imitación o emulación de un maestro del Cielo, sino con profunda humildad y consciencia de ser y de querer ser la última de los Hermanos, ya sea porque temporalmente he llegado después, o por el enorme deseo, que es alegría cósmica, de poder serviros uno a uno con respeto y amor, siento muchas contradicciones y dudas. En mi corazón la unidad es gran alegría y júbilo. Esta enorme emoción y fuerza choca con lo que nos rodea. Y no hablo de las fuerzas que se desatan en la sociedad vil de esta Tierra, sino que hablo de nosotros, de la Tribu que es seguida por los Ángeles y a la que le prestan mucha atención los más grandes Espíritus que las bóvedas celestes puedan esperar contemplar alguna vez. Ahora bien, cuando escucho que hay Hermanos que quieren dejar la Obra divina, que tu manifiestas, por incomprensiones humanas, mi corazón se hace añicos y mi espíritu se daña. Me viene aún más el deseo de dejar este mundo cuando las incomprensiones no tienen que ver con el carácter de cada uno ni con las tendencias derivadas de factores externos. Cuando las incomprensiones y las amarguras de los Hermanos no están relacionadas con el sentimiento humano sino que tienen que ver directamente con el espíritu, la falta de Espiritualidad y de Unión Crística espiritual, es allí que mi espíritu se quiere dejar morir. ¿Cómo poder pensar que un Guerrero pueda vivir por la orden impuesta en batalla, o bien el simple hecho de luchar y desafiar en el campo al adversario, omitiendo lo que es la motivación que lo lleva al enfrentamiento? ¿Cómo puede el Soldado de una poderosa Milicia Celeste vivir en el campo de batalla y por el campo de batalla, ofuscando su mente y su ánimo y creyendo que el terreno de lucha es la verdadera Vida? ¿Cómo puede un Guerrero caer en la asimilación ilusoria del campo de batalla con la Vida real? Y más aún ¿Cómo puede un Guerrero volverse partícipe del Cumplimiento de los efectos, si su espíritu, su alma y su cuerpo olvidan, aunque sea por un instante, la verdadera Causa que provoca el dinamismo, la Causa Primordial, la Razón Primordial de lo no manifestado que se ha vuelto manifiesto en este plano existencial? Confundir la Causa con el efecto y el efecto con la Causa seguramente no favorecerá al Guerrero que quiere alcanzar la Meta, porque en la batalla se encontrará débil y a pesar de que luchará para manifestar su esencia y la razón de la batalla, su espíritu comenzará a enfermarse, debilitando al mismo tiempo su acción que se volverá menos consciente o, aún peor, un intento de revancha momentánea que no ayudará a aplastar la cabeza de la serpiente, porque falta la Voluntad primordial. ¿Y acaso esta Voluntad no es más que un ejercicio constante, una práctica que dirige a cada segundo el pensamiento hacia la Meta tan esperada? Por lo tanto ¿acaso no es más que una Disciplina, un entrenamiento que ordena al simple sentimiento para transformar toda acción, potenciándola, a través de métodos y ejercicios escritos en la memoria más feliz y alta de este Planeta, que son ejercicios y Disciplina del pasado? Los más variados y diferentes, próximos cada uno de ellos al sentimiento y al ser de cada Hermano, pero que de todos modos manifiestan una Disciplina, un adiestramiento que si es continuo prepara al Guerrero para el enfrentamiento, potenciando la acción sin perder completamente la energía acumulada; fortaleciendo al mismo tiempo el cuerpo, pero sobre todo el espíritu.
Deseo humildemente continuar con este razonamiento, que más que un pensamiento, representa un impulso de mi espíritu que desde hace días se manifiesta cada vez más, condicionado también por los acontecimientos y por las Señales estimulantes que llegan a mi desde el exterior como un despertador y una diana de trompeta, que me invita a escribir estas palabras. Y ruego a Dios que no sean malinterpretadas sino que provoquen, que escandalicen nuestros espíritus para que de una reacción exasperada pueda nacer un Arrepentimiento al que el Cielo nos está invitando. La Meta final que hay que alcanzar es de enorme importancia para este Planeta y para el Cosmos. No podemos dar lugar a las debilidades humanas, pero sobre todo, no podemos perder Guerreros ni Espíritus, a causa de nuestra carencia, a causa de no querer comprender espiritualmente al prójimo. Y quizás este sea el paso que se nos está pidiendo, porque nuestra Tribu es espiritual en su esencia y tiene que serlo en su sustancia. No tenemos que olvidar nunca nuestros Orígenes, que están colmados de Espíritu, es más, SON Espíritu. El nacimiento de esta Familia es Espíritu, la Iniciación cósmica es la Raíz. No nos enredemos en este mundo de tinieblas olvidándonos del Espíritu y de la comprensión espiritual de los Hermanos. La simple acción, en la inconsciencia de la Causa Primordial, corre el riesgo de convertirse para nosotros, que a pesar de ser conscientes mentalmente del dinamismo de la batalla, falaz, caduca, torpe al manifestarse. Cada Hermano perteneciente a la Tribu de Juan que perdemos a lo largo del camino de esta ilusoria existencia, perfilada de maya, es un fragmento del Cuerpo Místico que se va. Y esto crea una herida, una ausencia que no se cura tan fácilmente en el Espíritu. Un órgano o una parte del cuerpo que falta causa dolores e incapacidades en todo el organismo humano. Y así es para un Hermano que quiere dejar su Casa, quizás obligado por la incapacidad del otro de ofrecerle comprensión espiritual y no solo acción. A ciertas almas, quizás a todas las almas, no les es suficiente la simple acción, por más grande que sea. Muchas almas sienten muy fuerte la necesidad de una conexión constante con el Cielo para realizar una acción más fuerte. Y es muy grande la ignorancia humana que nos hace pensar que solo la pura y simple acción permite el cambio. Si el Templo está marchito y en malas condiciones ¿cómo podemos creer que podemos dar consuelo y calmar la sed de quienes tienen necesidad del Agua de la Verdad? Si los Médicos del Espíritu son los primeros en estar gravemente enfermos o en mostrar los achaques de la velocidad de este tiempo ¿cómo harán para poner las vendas, coser las heridas, preparar los Medicamentos espirituales? La Verdad es La Medicina, pero los instrumentos que luchan para hacer que Ésta despierte están enfermos. Y esta internación y enfermedad espiritual llevará algún día a que la Tribu pierda algunas partes; a que seamos la mitad los que se presenten ante el Ser más Grande que está por regresar. El Consuelo espiritual que entre los Hermanos es primordial es algo que no puede faltar. Seremos cómplices de una derrota que no nos podemos permitir. Y que no se crea que estas palabras representan una actitud de superioridad. Dios sabe que soy la primera de los pecadores y que Le pido que me vuelva la última de este mundo para servir.
¿Por qué hemos decidido quedar afuera de este sistema? La decisión, si lo pensamos bien, es primero que nada espiritual. ¿Cómo podemos pensar que existe una separación entre los planos? ¿Cómo podemos pensar que la operatividad material no da tiempo para vivir espiritualmente? ¿Acaso el Espíritu es un juego, una broma, algo a lo que dedicar los momentos del tiempo libre? ¿En qué nos diferenciamos de los muertos que caminan alrededor nuestro cada día? Quizás asumiendo sus costumbres, pero pensando en ser diferentes porque realizamos acciones distintas de las suyas? La diferencia se encuentra en la Elección espiritual. Cuanto más nos alejamos de la Fuente más aún perderemos la Chispa del impulso original. Cuanto más peso demos a esta realidad ilusoria, que no es más que un sueño que vivimos para evolucionar, mayores serán las palizas materiales que recibiremos, incluso a nivel económico y financiero. Lejos de querer provocar malestar con este discurso pensando que tenemos que retirarnos a una nubecita, cultivando nuestro pequeño huerto, abandonando el mundo. No podría existir mayor egoísmo y engaño, porque aquí afuera el mundo está muriendo lentamente, en un incendio, pero que cuyas llamas nos están involucrando materialmente, pero lo que es más grave es que a menudo dejamos que nos involucren espiritualmente.
La pretensión de poder comprender el espíritu de un Hermano es algo grande y no hay que entenderla así. Estas palabras están formadas por letras, por sílabas, son simples nombres que quizás no lograrán haceros comprender lo que yo desearía, en el silencio, solo con una mirada, comunicar a cada Hermano. Incluso a aquellos Hermanos que están más lejos y a quienes no conozco, pero de quienes leo y sobre todo siento que están luchando nuestra misma batalla. Esta reflexión nace de un sufrimiento mío; de un gran dolor que a menudo me hace llorar de amor. Entre nosotros hay seres grandes; seres que trabajan en varios planos al mismo tiempo. Se trata de planos de los que nosotros por lo general hasta ignoramos su existencia. Seres que han venido a este mundo con una Misión, como tu Giorgio, y que corren el riesgo de ser incomprendidos, hasta incluso por los mismos Hermanos que tanto los aman. El domingo pasado en el Arca, durante la Lección espiritual, nos diste una gran Enseñanza. El maestro también tiene sus debilidades, algo muy difícil de entender para todos nosotros, acostumbrados a buscar la perfección en el otro, evitando buscarla primero en nosotros mismos. Todavía sigo llorando de amor por tus palabras, que, como eterno despertar, me han permitido intuir una gran verdad.
Tu, oh hombre, que recorres el mundo llevando las Señales sagradas de la mística Presencia entre nosotros, llamando a nuestros espíritus al recogimiento ¿cómo te sientes cuando estás solo? ¿Cómo vives la gran Verdad que has comprendido y que nos comunicas a nosotros los pequeños gusanos de tierra? ¿Cómo poder comprender, nosotros, los Hermanos, tu silencio? El silencio de alguien que tiene la tarea de guiar a las almas que en él confían. Tu, oh Espíritu ¿cómo comprender tu soledad e incomprensión? ¿Cómo poder pensar que en el silencio vives tu sufrimiento? Que te sientes solo entre muchos. Que observas lentamente a cada uno de nosotros en tu corazón y es grande el dolor por cada uno de los que se van; es grande el llanto, que no muestras a nadie, cuando cierras las puertas de tu corazón; es inmenso el drama cuando te preguntas: “¿Me habrán comprendido realmente? ¿Cuántos de ellos han entendido lo que quería comunicar? ¿Habré hecho bien en dar esta enseñanza?” Y mi corazón se angustia pensando en la soledad de la incomprensión, que un ser Grande como tu puede sentir. Mi espíritu queda aplastado por esta soledad, que se que es evolución, pero que siento también con profunda compasión, porque querría recoger cada una de tus lágrimas, cada lamento tuyo, cada sufrimiento; aliviar cada herida tuya, verte libre en el corazón de María, en la eterna Conciencia de un tiempo y tomar cada uno de tus lamentos, interiores y físicos, para dejarte sereno en el Templo inmortal de la Llama Crística.
“Padre Mío ¿porqué me has abandonado?” El dolor del Hijo del Hombre, que aún recorre esta Tierra, sin olvidarse ni por un instante de lo que ha sido. El dolor y el sufrimiento se vuelven sangre, pero dejan el lugar a la sublimación de la naturaleza humana, en el instante en el que todo es. Cuando esta noche sentía todo esto, temblaba en mi corazón en un sobresalto de espíritu. Y arriba mío los Hermanos del Cosmos, los Maestros de la dulce mirada, se manifestaban, con sus poderosos medios. Ellos estaban allí. Nunca estamos solos. Uno nunca está solo. Una nunca está sola.
Enséñanos a comprender el espíritu de nuestros Hermanos.
Es en la pureza del diálogo silencioso de espíritu a espíritu donde se vivifica la esencia, donde las mundanas tinieblas, de este mundo que esclaviza, desaparecen.
Es allí donde comienza una parte de la Liberación.
Sentir el sufrimiento de la incomprensión de un Hermano me hace sufrir. Ya no podemos dejarlo pasar de manera hipócrita. Despertemos Hermanos, despertemos. No solo de pan vive el Hombre. Sintamos como fluyen nuestros espíritus. Abandonemos el prejuicio. ¿Por qué limitarnos? ¿Porqué limitar nuestras mentes con formas que nos imponemos? ¿Por qué etiquetar lo que está afuera con nombres estúpidos y vacíos? ¿Por qué enrocarnos en nuestras convicciones si ha sido Escrito, Dicho y Transmitido: “La Verdad os hará Libres”? ¿Acaso tenemos miedo de perder la Verdad al abrirnos hacia el otro? Si así fuera, significaría que no hemos comprendido la Verdad que querríamos manifestar. Es más, que ha muerto. Pero dado que no es así, porque la Verdad de Cristo es la más grande y la más viva, comenzamos a readaptarla a nuestra manera de relacionarnos entre los Hermanos. La camaradería, por ejemplo, es un don maravilloso. La camaradería espiritual hacia los Hermanos, lo es aún más. La atención y el pensamiento constante en cómo estará el otro, en cómo estará viviendo un Hermano, es un Deber para todos nosotros. En la Biblia está escrito: “No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”. (Hebreos 13,2). Un querido Hermano del Espíritu que lucha en la Iglesia de Pedro para tratar de derribar la podredumbre existente me recordó y regaló esta frase.
Y si un Hermano tiene experiencias para contarnos ¿porqué no ir a él para escucharlo? ¿Porqué no poder confrontarnos y crecer juntos, compartiendo todo, sobre todo las enseñanzas que nuestros Hermanos tienen para darnos? No podemos considerar que esto es una pérdida de tiempo. ¡Cuán ávidos estamos de un tiempo que no existe! ¡Cuán engreídos somos ante todo lo que hay afuera! Y sin embargo tú, Giorgio, nos acostumbras a analizar todo, a subvertir lo que existió antes, a cambiar los programas, a revolucionar nuestros instantes. E incluso el Cielo no tarda en manifestarse para encender una reflexión en nosotros, como solo las Señales del Cielo saben hacer. Por ejemplo, un Hermano nuestro, Eugenio, vivió y vive aún una profunda Señal que, a pesar de las dificultades de la agobiante cotidianidad del mundo, lleva con Sacrificio y Devoción. Y si el Cielo da una Señal tan grande, como lo es una Estigmatización de un Hermano nuestro, que se presentó una vez y que vuelve a hacerlo a menudo, tendríamos que reflexionar. Cuando Giorgio estaba en Sudamérica, Eugenio tuvo esta fuerte experiencia. Nosotros, los Hermanos, lo llamábamos por teléfono: “¿Pero qué ocurrió? ¿Sabes algo?” En determinado momento alguien se ha hecho la pregunta: “¿Porqué precisamente a él?”; “¿Cómo puede ser que aparezca esta nueva Señal?” Dentro mío reflexionaba. Eugenio es un Hermano que viene de un camino, el del Yoga. Es un discípulo de Yogananda, el gran Maestro que trajo al Occidente la antigua Sabiduría del Yoga y que unió a Cristo con la cultura hindú. ¿Porqué precisamente a él esta Señal? Quizás sea una invitación del Cielo para todos nosotros los Hermanos para investigar un sendero que por muchos de nosotros todavía no ha sido explorado? Quizás sea una invitación para que conozcamos una cultura que ama a Cristo y que ha unido a Él las antiguas enseñanzas? ¿Acaso será una invitación para abrirnos hacia una práctica y una Disciplina de la que somos carentes, metidos todos los días en las miles de cosas que tenemos que hacer? ¿Acaso una Señal de advertencia con respecto a algo que muchos de nosotros malinterpretamos, o aún peor, termina siendo trivializado, o etiquetado como algo “new age”?
Un Hermano me dijo: “Más allá de que Eugenio haga Meditación y Yoga es muy práctico. Está en la acción”. Quedé sorprendida al escuchar estas palabras que trasmiten una gran confusión. ¿Cómo poder pensar que Acción y Meditación son cosas separadas? ¿Cómo poder pensar que Oración y Acción son dos cosas diferentes? ¿Qué hemos entendido de Cristo y de ti Giorgio? ¿Qué?
¿Qué sería Giorgio en su operatividad sin la constante presencia de Cristo en su Plexo Solar? ¿Acaso no es esto orar, meditar? Si seguimos separando estos dos planos ¿adónde nos llevará el mundo? Quizás lo que tendremos que entender es el equilibrio entre ambas fuerzas. Y si seguimos sin entender esto, la Vida, el Cielo y los Ángeles encontrarán la forma de hacernos comprender esta verdad. Una verdad que si se practica y comprende nos podría permitir expresar aún más potencia; ser mejores Pescadores de Hombres; poder comprender los espíritus de nuestros Hermanos; hacerlos sentir menos solos en esta existencia; poder liberar nuestros espíritus, hacerlos vibrar alto y comprender mejor a Giorgio; poder aliviar su soledad en este mundo que no puede contener a un ser Grande como el suyo. Poder llegar mejor a la Meta y lograr que nuestro deseo, el de la Liberación de este plano material de existencia, se concrete antes.
Liberarnos de las cadenas del universo material y volar alto, proyectarnos hacia los espacios infinitos del Cosmos. Observar los diferentes planos de la Única Fuente y calmar nuestra sed con el Agua eterna de Sabiduría. Esparcir Semillas de Luz en Galaxias lejanas. Ayudar Humanidades de otras Eras.
Ver atardeceres y nuevos Soles; resplandecientes Arco Iris y luces de Auroras astrales que brillan con colores que por ahora son desconocidos. Permitirle a nuestro espíritu que viva planos superiores.
Reunirnos con la Mente divina en la que todo es Creación, Entrega y Silencio.
Respirar el Aliento del Sol.
Volver a abrazar a nuestras Familias que nos esperan lejos, donde reina la Armonía y donde todo explota de Belleza.
En los ojos de un niño se encierra la Creación.
Oir el Canto de los Ángeles y las Melodías de mundos lejanos. Nostalgias de un pasado que ya existe.
Convertirnos en Puntos de Luz que vuelven a la Mente Originaria y se basan en ella, y con abrazos de Amor cósmico, astral, crean Universos y nuevos mundos.
Santo es el Dios y Padre de la totalidad.
Santo es el Dios cuya Voluntad se cumple en sus propias Potencias.
Santo es el Dios que quiso que lo conocieran y que es conocido por los suyos.
Eres santo, Tú, fundador de todas las creaturas por el Nombre.
Eres santo, Tú, cuya imagen la entera Naturaleza ofrece.
Eres santo, Tú, de quién la Naturaleza no pudo reproducir la forma.
Eres santo, poderosísimo más que todas las Potencias.
Eres santo, superior a cualquier superexcelencia.
Eres santo, mejor que todas las alabanzas.
Recibe las puras ofrendas racionales del alma y del corazón tendidos hacia Ti, inefable, impronunciable, Tú, que sólo puedes ser nombrado por el silencio.
Te suplico no decaiga el conocimiento que corresponde a nuestra naturaleza humana: acuérdame lo que pido y lléname de fortaleza, y con esta gracia iluminaré a los de mi raza que están en la ignorancia, a mis hermanos, tus hijos.
Sí, acepto y soy testigo: voy a Vida y Luz.
Bendito seas, Padre. Tu hombre quiere colaborar en tu obra santificadora, puesto que le concediste todos los poderes.
Poimandres, Hermes Trimegisto, Tratado 1.
Enséñanos, oh Gran Espíritu, la Ley de la Evolución cósmica, para que podamos vivir cada instante en Tu Mente; para que las fuerzas del tiempo no capturen nuestros espíritus; para que algún día, muy pronto, podamos vivir la Hermandad Cósmica del Cielo a la Tierra y gozar conscientemente de la Realización de los Eternos Mutantes del Tiempo.
A ti Giorgio, con el Amor más grande que desborda de mi corazón con el valor y la fuerza del eterno Juramento de un tiempo, que aspira a volverse Luz del Padre Sol y que desde Su Resplandor goce en el ánimo de todos nosotros, Hermanos del Cielo y de la Tierra, únete a nosotros desde la Iniciación cósmica, desde el Bautismo de Fuego que nos libera de lo material y que nos impulsa hacia lo inteligible Absoluto. Eternamente, Gracias.
Mente mía ¿cuántas palabras escuchas en el silencio del corazón? Espíritu mío ¿qué estás mostrando a mis ojos de mujer? Que estos sonidos transcritos jamás sean tentaciones fugaces. Que estos pensamientos que brotan desde lo profundo de mí ser no sean para quienes amo un simple malentendido. Que el Ser macrocósmico me de una señal si me equivoco y que mi boca calle si ofendo al espíritu, en este descenso del ser a este mundo para cumplir híspido su retorno al Reino prometido. Y de esa forma que vuelva a mirar contemplando hacia los hechizos perdidos, para que estos puedan manifestarse en la Realidad Viviente y con Espíritu de Justicia y de Amor, unirse a lo no manifestado que Se hace evidente ante mis ojos que lloran. Paz a todos nosotros, Hombres de la Tierra. Despierta a la Alegría del Sol. Paz a todos nosotros que llevamos en la frente el Sol que vio el gran Bharat. Que el Ojo del Espíritu vea lo que para el mundo muere y que es celado. Que nuestra alma escuche los Cantos de las Eras en las que el Amor era júbilo. Que el Cielo pueda recordarnos siempre estas palabras, ya que no fueron una advertencia sino una Enseñanza. Y el Instrumento del llanto divino despierte en nosotros el Fuego Sagrado que arde en la Eternidad. Que no sea algo añorado sino una Fuerza que nos reúna con Él. Que el valor de estas palabras resuene como el antiguo Sello. Fuimos hechos de Amor, al Amor iremos. Amén.
A ti Giorgio, que el Cielo te sirva de Consuelo y el eco de tu mundo te sirva de Reposo. Que ni siquiera una gota de la Sangre de un Justo sea olvidada por nosotros. Y deseo, recuerda, que las incomprensiones humanas y espirituales entre nosotros los Hermanos en el presente, jamás puedan ser para ti un motivo de añoranza o razón de decadencia humana. Los Tiempos del Espíritu no son los del Hombre, pero el Tiempo del Espíritu, si bien a menudo es inconsciente, ha recibido la Sangre Sagrada que para nosotros es Certeza y Redención.
Aquí mi nombre es Francesca.