DEL CIELO A LA TIERRA
SANTA PASCUA 2011
¡SOY YO, ESCUCHADME!
QUIEN SECA LA SANGRE DE MI CORONA REAL ENTRA EN MIS GRACIAS Y EN LAS DEL PADRE MIO.
YA OS HE DICHO QUE ESTOY PRESENTE Y OPERANTE EN LA TIERRA JUNTO A DOCE LEGIONES DE ANGELES, (SERES DE LUZ), ALGUNOS DE LOS DOCE APOSTOLES Y MI SANTA MADRE. MUY PRONTO ME HARE VISIBLE ANTE TODO EL MUNDO CON LA POTENCIA Y LA GLORIA PROMETIDAS. (MATTEO CAP. 24).
YA HE DADO PODER A LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA (ZIGOS) DE SACUDIR VUESTRAS ALMAS PARA RESUCITAR EN VUESTROS ESPIRITUS EL TEMOR DE LA JUSTICIA DE DIOS.
YO OS AMO HIJOS QUERIDOS, PERO VOSOTROS NO OS AMAIS COMO YO OS AMO.
EL MALIGNO OS TIENTA EN EL ORGULLO Y EN LA IGNORANCIA Y TIENE LA CAPACIDAD DE PONER AL HERMANO CONTRA EL HERMANO.
EN VERDAD OS DIGO: SI OS AMAIS YO OS RECONOCERE EN EL ULTIMO DÍA Y SEREIS OBREROS EN MI VIÑA, LA DE LA NUEVA ERA. AMAOS COMO YO OS HE AMADO Y SED TESTIGOS DE LA VERDAD.
MI SIERVO QUE TIENE LOS ESTIGMAS SANGRANTES DENTRO DE POCO TIEMPO SEÑALARÁ EL ROSTRO DEL ANTICRISTO CON EL FIN DE QUE SEA RENDIDA GLORIA AL PADRE Y A MI. EL, NIBIRU ARAT RA, BUSCABA EL MAL Y LO HA ENCONTRADO. PARA DESTRUIRLO EN EL ESPIRITU. EL NO ESTARA SOLO, CON EL ESTARAN PRESENTES SHILA, TABITA Y ENOC.
EL MAL NO SOIS VOSOTROS, HIJOS QUERIDOS, EL MAL ESTA FUERA. VOSOTROS A VECES SOIS DEBILES Y CONFUSOS PORQUE NO HACEIS EJERCICIO ESPIRITUAL DE ACCIONES, ORACION Y CULTURA DEL EVANGELIO.
EL MAL SON LOS POTENTES QUE DOMINAN CON LAS GUERRAS, LOS VENDEDORES DE LA MUERTE, LOS ASESINOS DE LA VIDA, LOS QUE CAUSAN HAMBRE A LOS PUEBLOS, LOS CRIMINALES MAFIOSOS, LOS VIOLADORES DE LA MADRE TIERRA, MAMONA (EL DINERO) Y TODOS AQUELLOS QUE ESPECULAN SOBRE LA PIEL HUMANA.
¡ESTAD PUES ATENTOS Y VIGILAD! SED PRUDENTES Y TENED DISCERNIMIENTO, EL MALIGNO TIENE EL PODER DE HACER CREER LO QUE NO EXISTE. ESTAD UNIDOS ALREDEDOR DE MI CALIZ VIVIENTE DE LA COMUNION Y VIVID LA PASCUA DE MI LLEGADA EN AMOR Y ARMONIA.
¡PAZ!
DEL CIELO A LA TIERRA
POR BOCA DE MI SIERVO Y SIERVO VUESTRO
Sant’Elpidio a Mare (Italia)
22 de abril 2011. 11:30 horas
Giorgio Bongiovanni
Estigmatizado
EXPERIENCIA VIVIDA POR GIORGIO BONGIOVANNI
AL ALBA DEL MIERCOLES SANTO, 20 DE ABRIL 2011.
Giorgio está sólo en una habitación de un hotel. Es de noche y es mucho el cansancio que siente, por lo que decide descansar unas horas. Pero hay algo que le falta. Siente que tiene que bajar al coche por el libro de Yogananda que le ha regalado el queridísimo Eugenio Riganello. El maestro Yogananda le llama. De vuelta a la habitación Giorgio posa el libro con la imagen del maestro oriental en su mesita de luz y después de hablarle se duerme.
Giorgio se encuentra en un templo donde divisa en el fondo la presencia del santo sepulcro. Se acerca lentamente paso a paso y una vez frente al sarcófago de cristal, donde yace una estupenda estatua del maestro Jesús, se arrodilla y empieza a golpear sobre el cristal llamando a su Señor: “Señor, Señor ¿me oyes? ¡Señor, Señor, soy yo, Giorgio!”. Cada vez más fuerte golpea el cristal, porque el deseo de hablar con su Maestro es muy grande. Toda la pasión explota en su pecho a través de su voz que grita: “Señor Jesús, ¿me oyes? ¡Soy yo, aquél que debe dar la vida por ti! Entonces el Maestro abre Sus grandes ojos. Ojos obscuros y profundos, ojos que reflejan la inmensidad de la creación, la belleza del firmamento, el amor por la humanidad. Esos ojos amados le miran intensamente y ese rostro antiguo le sonríe dulcemente. Jesús lleva puesta en la cabeza la corona de espinas. Giorgio, con sus manos cubiertas con los guantes, le acaricia el rostro a su Señor, secando la sangre que surca Su rostro, con cada caricia los guantes se impregnan de la sangre del Maestro hasta que quedan empapados de esa sangre sagrada. El Maestro detiene la mano de Giorgio tomando su brazo y con un gesto parece decirle: ¡basta! Jesús se alza entonces del sepulcro y acercando Su mano a la cara de Su cáliz viviente que aún estaba de rodillas toca delicadamente la frente de Giorgio con su largo dedo índice en el tercer ojo.
Giorgio se despierta con una emoción que nos describe con la voz quebrada por el llanto.