HE ESCRITO EL 8 DE MAYO 2005:
¡CELESTE MADRE MÍA Y NUESTRA! ¡MYRIAM!
SANTÍSIMA MADRE DE CRISTO NUESTRO SEŇOR.
MI ESPÍRITU INFINITAMENTE DEVOTO RECURRE A TI EN ESTE MES EN EL CUAL EL PERFUME DE TU AMOR COLMA DE LUZ Y DE PIEDAD A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD.
¡MADRE MÍA Y NUESTRA!
TE DOY GRACIAS SIEMPRE E INFINITAMENTE POR HABERME DADO UNA VEZ MAS FE Y FUERZA PARA TESTIMONIAR LA VERDAD QUE TU SANTO HIJO JESÚS HA TRAÍDO A ESTE MUNDO.
MIS HERIDAS SANGRANTES SON DOLOROSAS EN EL CUERPO, PERO EN EL ESPÍRITU, GRACIAS A TU AMOR, SON UNA ALEGRÍA PERMANENTE. LA CRUZ DE TU HIJO ES EL PUNTO MÁXIMO DE REFERENCIA DE MI VIDA.
HE RESPUESTO UNA VEZ MÁS A TU LLAMADA Y ESTOY AQUÍ, EN ESTA TIERRA DONDE LOS GENTILES DE AMÉRICA LATINA ESPERABAN CON ANSIA Y FE A UN SIERVO TUYO QUE GRITA EN EL DESIERTO.
MILES DE ALMAS ESCUCHAN Y SIGUEN EL MENSAJE CELESTE Y EN TUS ARCAS ESPIRITUALES LOS LLAMADOS CRECEN EN SAPIENCIA Y SABIDURÍA.
EL MALIGNO INTENTA DISPERSAR A LOS SEŇALADOS Y A LOS LLAMADOS, PERO INÚTILMENTE.
HE CUMPLIDO EL PRINCIPIO DE LOS “1260” DÍAS. LOS HERMANOS Y LAS HERMANAS QUE VIVEN EN ESTA TIERRA LATINA ME HONRAN CON SU AMOR Y SU FE.
¡MADRE MÍA, TE RUEGO! ¡SOSTÉNME Y AYÚDAME!
PRESERVA CON TU MANTO DE MISERICORDIA A ESTOS HERMANOS MÍOS QUE SE HAN DESPERTADO EN LA VERDAD, EN LA ESPERA DE LA VENIDA DE TU SANTO HIJO JESÚS-CRISTO.
¡AMEN!
TU HIJO Y SIERVO
GIORGIO
Montevideo (Uruguay)
8 de Mayo 2005
21:30 horas