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testa 2016enespañol
gesù predica200De Francesca Panfili

'Señor, ¿a dónde iremos? Tu solo tienes palabras que dan vida eterna'

'En el tiempo del engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario' informó Orwell en uno de sus libros. A muchos hoy les gusta relacionar esta frase y se llaman expertos conocedores de la Verdad, poseedores de una sabiduría milenaria… pero ¿qué es esta Verdad y sobre todo con qué parámetro debemos relacionarnos con Ella?

La Verdad es un proceso de realización profunda que no se alimenta de exaltaciones, fanatismos, ceremoniales, prácticas externas, grandes palabras, egoísmos o adulación teatral del maestro que hemos encontrado. Cuando la vida nos hace encontrarnos con un verdadero mensajero de Dios, que lleva sus Signos, el iniciado, si realmente lo es, sabe cuántas pruebas, sufrimientos, alegrías y dolores tendrá que afrontar en el tortuoso camino de la iniciación y del crecimiento espiritual para poder liberarse del karma que ha generado y finalmente alcanzar un paso más en el camino de la evolución.

En todas las tradiciones iniciáticas leemos acerca de las grandes pruebas a las que el maestro somete a los discípulos. Duras pruebas, testimoniadas por ejemplo en el pasaje bíblico de Job, un hombre que tuvo que afrontar las adversidades más amargas venciendo la tentación del maligno que puso a prueba su fe en nombre de Dios. Sin nada, despojado de todo, Job supo cómo sublimarse, desestructurarse completamente para confirmar la fe en su Ideal y en Dios En la tradición oriental las escrituras están llenas de historias de discípulos que tuvieron que pasar por la prueba de la vida para alcanzar el Conocimiento y la realización de la Verdad.
Se dice que el maestro de Milarepa, Marpa, sometió al gran yogui a todo tipo de pruebas hasta agotarlo por el cansancio psíquico, físico y espiritual para luego, recibirlo entre sus brazos y entregarle la Sagrada Enseñanza. Lo mismo hizo Tilopa, gran realizado del camino Budista con su discípulo Naropa quien tuvo que superar 12 trabajos menores y mayores hasta casi la muerte de la cual fue salvado por el maestro que en ese instante le dio la suprema realización. El mismo destino corrió el gran Yogananda, cuyo Gurú, Swami Sri Yukteswar, lo sometió a humillaciones, obediencia y pruebas aparentemente crudas y sin sentido. Todas estas historias nos enseñan una sola verdad que el iniciado, que quiera serlo, debe tener en cuenta: la comprensión de que el verdadero maestro no es el que exalta al discípulo, lo gratifica, lo halaga, sino el que intenta inducirlo en un proceso de disciplina, crecimiento, disolución del ego que destruya la casa vieja para construir la nueva.
Esto demuestra que la Verdad no puede ser moldeada a nuestra imagen y semejanza y ni siquiera puede reflejar nuestras ambiciones y voluntades personales. La verdad no tiene adornos, abrumadora, lo abarca todo y es extrema como lo es el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, quien es la Verdad y Su Enseñanza. El hijo de Dios se dejó matar por la redención y salvación del hombre. Un hombre que después de 2000 años lo sigue traicionando y escupiendo, pero a pesar de ello eligió la cruz y luego la resurrección, un camino completamente incomprensible para aquellos discípulos que lo amaban y que tal vez proyectaron en Cristo a su pequeño, arrogante y estúpido punto de vista, como solemos hacer.
La verdad es como el fuego que quema. Si el discípulo se acerca demasiado a ella y provoca causas distónicas, la ley del karma, independientemente de la voluntad del iniciado, se revelará, incluso después de años y de ciclos enteros de encarnación.

La fe ciega no es suficiente para llegar a la realización del Absoluto. La devoción no es suficiente.

El tiempo de las prácticas externas y personales ha pasado, sobre todo si estas prácticas, desarrolladas a lo largo de los años, no dan frutos de sabiduría, es decir, la comprensión de que el espíritu, cuando es auténtico, no refleja nuestros cánones y no debe doblegarse a nuestro placer, para nuestras gratificaciones y nuestras necesidades. En efecto, como enseñan todos los maestros encarnados en la tierra, todo placer y necesidad personal ya genera en sí mismo un karma que inevitablemente conducirá al sufrimiento.
Cuando el discípulo entra al templo, que en nuestro caso es el camino del discipulado de la ciencia del espíritu a través de la enseñanza de Cristo y sus Ángeles de la conciencia volumétrica, muere y renace. La muerte iniciática en el proceso evolutivo presupone pruebas y dolores necesarios para que el gozo del espíritu y del servicio a la Causa Universal conduzcan a la meta prevista por la mente de Dios. Una meta anhelada a la que aspira el discípulo para la armonía universal de todos los seres sensibles que componen el universo.
¿Cuántas veces entonces cae el iniciado por no cuestionarse y entrar en el juicio del maestro y de la Causa a la que sirve?
¿Cuántas veces el iniciado se acerca a la Verdad Única siguiendo el parámetro lineal de su mente sin considerar el parámetro volumétrico que utilizan los Eternos Mutantes que guían la evolución en este planeta?
¿Nuestro pequeño ego y nuestra vara medirán y contendrán alguna vez el río cósmico e imparable de la Verdad o la inmensidad de universos enteros?
¿Cuántas veces hemos permitido que la arrogancia nos ciegue o que nuestra infantil necesidad de reconocimiento prevalezca sobre nuestra lealtad a la Causa? ¿Cuántas veces hemos alimentado el ansia de gratificación, la sed de poder y protagonismo, engañados por el ego y el fanatismo? ¿Cuántas veces hemos buscado reconocimientos de fama y gloria cambiando el camino de la iniciación por un asilo del espíritu donde prima siempre el tomar sobre el dar?
Nuestros espíritus han sido tocados inmerecidamente, en el fluir de la eternidad, por la mano del Padre que ofrece la redención y así el toque del espíritu, a través del supremo sacrificio de Cristo, nos ha dado la posibilidad de salir del ciclo de innumerables nacimientos y muertos.
Estamos siguiendo este camino más por gracia que por méritos acumulados.
Sin embargo, ¿qué ciegos somos cuando en lugar de cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestro ego, cuestionamos al Ideal que sirve o al maestro que hemos conocido y que por nuestro bien sangra y sufre lavando en secreto nuestras miserias? En lugar de desestructurarnos, nos atrevemos a cuestionar la Verdad Cósmica poniendo nuestro lado al susurrador, al que quiere hacernos caer. Y así nos olvidamos de una de las enseñanzas más importantes que nos han dado: LÓGICA, DISCERNIMIENTO Y FE. Esta tríada expresa el conocimiento de la ley universal: la lógica que deriva del estudio y realización de la ciencia del espíritu que no puede suceder individualmente sino que requiere de un maestro, de un camino y de obras concretas que nos lleven a la experimentación de valor para el beneficio de todos los seres sensibles en el universo y no solo de nosotros mismos; discernimiento con respecto a lo que hemos meditado y deducido a través del estudio y la práctica; y finalmente la fe o la certeza de que si nos adherimos a la lógica del espíritu y practicamos el discernimiento, la vida y la ley fluirán de la manera más justa y natural en armonía con la Voluntad Superior.
¡Cuánto nos queda por crecer en el camino, desprendiéndonos de los impulsos y solicitaciones del mundo que ha elegido encaminarse hacia la autodestrucción! ¿Cuánto les queda aún a nuestros espíritus para darse cuenta que el sacrificio del Nazareno fue hecho para beneficio de todos nosotros y de nuestros hijos y de los hijos por venir y que la vida y la Verdad no son un lecho cómodo donde se pueda encontrar el simple descanso sino un constante devenir de pruebas en las que es necesario superarse para permanecer en la estela del río de la eternidad?
Atesoremos la enseñanza que sale de boca de Giorgio Bongiovanni.

El Verbo y la música
'El Verbo y el mensaje que viene del Cielo y que nos llega a través de la palabra son para nosotros la verdadera comunión de Cristo. Durante este encuentro, que quiero llamar 'La Palabra y la Música', escucharemos las enseñanzas que vienen de las altas esferas y la música, para encontrar fuerza, armonía, certezas, consolidar esperanzas, consolar las tristezas que muchas veces tenemos, para recordar y volver al tiempo las cosas que hemos vivido en el pasado porque nuestro espíritu tiene que experimentar todos los estados emocionales por los que hemos pasado. El espíritu tiene que vivir en todo lo que hemos hecho, lo que estamos haciendo y lo que haremos.
Nuestro mayor referente es Cristo y es por eso que nosotros existimos, que somos comunidad, que somos espíritus individuales organizados en los diferentes sectores de una misma familia comunitaria. Nuestro eje es Cristo, el mayor ejemplo de nuestra vida diaria que está vivo en nuestras almas y en nuestro espíritu. La esencia de lo que hacemos y de lo que creemos es el Hijo de Dios, Jesucristo, con Su enseñanza. Nuestra certeza es que Él llevará a cabo Su misión.

Siguiendo a la comunidad Giovanea, dentro de los grupos que llamamos arcas, optamos no sólo, y no tanto, por seguir a Giorgio sino también por creer en el Signo que porta, aunque el sensacionalismo de los estigmas ha sido superado. En estos grupos tenemos la alegría de vivir y creer que no estamos solos en el universo, que hay Hermanos del espacio a los que no tenemos que preguntarles de manera mística sino científica. A lo largo de mi vida he recogido numerosas pruebas de su existencia junto a muchos investigadores como Pier Giorgio Caria y periodistas como Maussan para avalar lo que he visto y lo que Eugenio Siragusa había visto antes que yo. También tenemos la posibilidad de experimentar la alegría de saber que no estamos solos, que somos visitados por estos hermanos del Cielo. Esta es otra certeza y nuestros temores cesan cuando pensamos por la fe y la ciencia que existen Seres que jamás permitirán la destrucción de este maravilloso Planeta. No necesitamos hablar de esto todo el tiempo porque estamos comprometidos en actividades sociales y concretas todos los días para cambiar la sociedad y ver a la gente feliz.

Por eso considero hermoso nuestro camino y cuando algunos de nosotros se cansan y quieren dejarlo poniéndolo en duda, no deben cuestionar las certezas adquiridas con tantos años de sacrificios, sino que deben cuestionarse a sí mismos, es decir, a su vida y a sus elecciones.
Debemos cuestionar nuestros anhelos, nuestras insatisfacciones y nuestros sueños ancestrales que rompen con el poder de la Verdad porque esto no sucede por culpa de otros que nos defraudan, ya que todo lo que vivimos a diario no es solo fruto de la fe, aunque sea de los principales elementos que caracterizan a nuestra comunidad, la fe en Cristo, en su hermano que les habla, la fe en que hay Cielo, Dios y una dimensión superior, la Santa Madre, pero no es sólo fe. El motor, el arma y la fuerza que anima nuestra fe son las obras. Son las obras que hablan por nosotros.

Hoy estoy seguro de la misión que se me ha encomendado sobre todo por las obras que todos juntos realizamos cada día. El corazón de la charla de hoy es este: la fe que tengo está cargada y sostenida por las obras de ustedes y nuestras que son mi certeza. Entonces cuando algún hermano quiera salir de este camino o cuando nuestros enemigos intenten estorbarnos y las fuerzas del mal quieran detenernos, vencemos no porque haya estigmas u ovnis o porque veo a la Santísima Madre y a Jesús sino porque estamos apoyados en una fuerza gigantesca que antes no teníamos, esas son las obras que hacemos. Son estas obras las que vencen incluso nuestras dudas y las que nos unen. Somos más fuertes hoy porque son nuestras obras las que han superado la certeza de la existencia de los ovnis, la certeza de la veracidad de mis estigmas y del regreso de Cristo.
Lo que hay que entender es que lo que nos sostiene ya no es nuestra fe, que es importante, sino que son las obras las que sostienen a esta comunidad. Antes era yo quien hacía una misión, hoy es nuestra misión. Yo soy el referente, pero el trabajo es nuestro. Esta es la razón por la cual el maligno a veces nos tienta desde adentro o desde afuera con personajes poderosos que quieren detenernos. Esto sucede porque ya no teme nuestra fe, sino que teme mucho a nuestra Causa. Tiene miedo de nuestras ideas que ya no están en la mente y ya no viajan dentro de un cuerpo sentado en un sofá hablando, orando, escuchando música, sentado y hablando de ovnis. El maligno teme nuestro activismo, teme que nuestros jóvenes salgan a la calle como sucedió en Palermo donde había cinco mil personas en la plaza. A nuestro enemigo le importa un carajo si rezamos o creemos en ovnis y estigmas.
El mal teme nuestras obras; el mal teme que apoyemos y defendamos a los hombres de bien y sobre todo teme mucho, más que la fe que tenemos, nuestro ser laico, a través de esta forma astuta de fraternidad basada en valores universales a través de la cual arrastramos incluso a los no creyentes a nuestra comunidad de cristianos y estamos unidos a ellos en sus obras.

El mal teme que arrastremos al pueblo, que nos convirtamos en una comunidad de referencia para millones de personas en el mundo porque llevamos 50 años firmes en nuestros ideales y llevamos aquí 33 años, transparentes hasta con los errores que podemos cometer y luego reparamos. Estamos aquí para respetar la ley, para luchar contra la injusticia.
No nos quedamos sentados mirando ovnis en el Etna. Salimos a las calles, somos ciudadanos, trabajadores, padres de familia con hijos, protestamos contra el sistema que hace sentir mal a la humanidad y que nos hace sufrir, no específicamente a nosotros que gracias a Dios lo tenemos todo, pero si a nuestros hermanos, especialmente a aquellos que no son de nuestra comunidad. Por eso deben estar orgullosos de nuestra batalla y de nuestra Causa y ayudar con la corrección fraterna a todo aquel que tenga la tentación de dejar la Obra, porque nuestra comunidad, no mi persona, es un ejemplo para el mundo.

Les digo esto y no los exalto. Saben que muchas veces les he advertido por ciertos comportamientos, pero soy un hombre honesto y con el trabajo que hago instintivamente investigo para entender. Tengo pruebas de que esta comunidad, formada por jóvenes y no tan jóvenes e incluso niños, es una comunidad que quiere cambiar el mundo. Somos una confraternidad que no quiere aislarse del mundo, como una secta. Vamos a trabajar todos los días, vamos a universidades e instituciones porque somos un ejemplo. No somos perfectos, no somos híbridos o androides que no tienen instintos animales, los impulsos de la sexualidad, el orgullo, el ego, la arrogancia y la pertenencia, sino somos humanos y como hombres luchamos contra estos instintos y ganamos porque hemos elegido como la razón de nuestra vida nuestra Causa que nos supera… ¡Y esto lo cuenta un místico, un hombre que debería estar rezando de la mañana a la noche como el Padre Pío! Pero defender la Causa en la calle, en la comunidad donde estamos, en las arcas, en la tele, en la escuela, en la oficina es más importante que la fe.
Servir físicamente a la Causa con nuestro activismo social, supera la fe que Cristo nos pide, la supera, la fortalece, la hace digna de estar cerca del Maestro Jesús, Jesús lo enseñó en su vida diaria. Jesús oraba, pero era un activista social. Cada día defendía a los justos. Uno de los justos de hace 2000 años fue por ejemplo Juan el Bautista que gritaba justicia, y luego Jesús curaba, atacaba a los poderosos y predicaba las cosas místicas de su Padre que es la teología.

Por eso, cuando entramos en una crisis existencial, tenemos que hablar con nosotros mismos y mirar hacia adentro, sin absolver ni justificar nuestras limitaciones y errores. O sea, debemos ser honestos porque en la balanza que pesa los errores y las acciones, hay un abismo que no se equipara y que depende mayormente de las acciones que realizamos.
Hago un recuento y estoy feliz de que por una vez en mi vida puedo hablar de ustedes y no de mí. ¡Ustedes se han quitado el pan de su boca para proteger y testificar a los justos! Están ahí cuando los convoco y nunca me dejan solo cuando tenemos que enfrentarnos a nuestro enemigo. Siempre están dispuestos a apoyarme cuando elijo una Causa visible y, aunque no vean con sus ojos ciertas acciones y causas en las que no los puedo involucrar por razones de seguridad, luego ven los frutos en los juicios o en el periódico que dirijo de lo que realicé en secreto. Fue obra de nuestra confraternidad haber encontrado ciertos documentos gracias a los cuales también fue posible evidenciar verdades indecibles de la historia reciente de nuestro país.

Desafío a cualquiera hoy a cuestionar y discutir el trabajo que ustedes y todos nosotros estamos haciendo. Nuestros jóvenes y la Asociación Funima son prueba científica y palpable de lo que hacemos. Ya no quiero hablar de los estigmas que son como un cuadro místico inalcanzable y el consuelo de algo mucho más grande que estamos haciendo. Les digo esto porque no deben vivir con el miedo a equivocarse, sino que deben vivir con la alegría de lo que están haciendo porque, más allá de mis promesas, que les aseguro que son ciertas, heredarán el nuevo reino y la mayor satisfacción que pueden tener es tocar con la mano la Causa a la que sirven.
No han visto a Jesús ni a los extraterrestres, pero han conseguido algo aún mayor que es ser protagonistas de sus actos. Ustedes están conmigo y todos me sienten cuando hablo en un teatro junto a los justos y esto es lo más bonito que les puede pasar. Entonces, si seguimos así esperando el regreso de Jesús, dentro de unos años nos convertimos en una fuerza política y espiritual que es peligrosa para el sistema criminal. Desenmascarar al Anticristo significa hacerle cometer un error con la fuerza física de nuestra comunidad, con el conocimiento cultural y cósmico que nos llega a través de los mensajes, de las conferencias y del activismo social de los jóvenes. Ante esto, quien quiera irse se equivoca porque antes de irse de esta Causa debe cuestionarse a sí mismo.

El trabajo de Giorgio con los estigmas está terminado, aunque queda un hermoso recuerdo. Hoy está la Obra de nuestra comunidad Giovanea que está encabezada por mí, pero donde todos somos uno. En los últimos años hemos superado problemas muy serios de división. Ahora bien, cuando esto sucede, si luego nos encontramos y hablamos, nos encontramos más fuertes que antes y esto es porque creemos en nuestra Causa que esta por encima de nosotros mismos y nuestras dudas y es mucho más grande que nuestras gratificaciones!

Por lo tanto, es la Causa la que nos da fuerza. Ciertamente tenemos la libertad de no estar juntos en la Causa, pero debemos decirlo, ser honestos y dejar claro que la razón de sus vida ya no es la Causa sino que queremos satisfacer otras necesidades. Esto es para decirles que deben tener la honestidad de afirmar que la Causa a la que han servido hasta ahora ya no es su vida sino solo una parte de ella y que no es verdad que están sirviendo a Cristo.

El corazón del mensaje de hoy creo que es haber comprendido después de muchos años de lecciones espirituales que nuestro fundador, Maestro, Guía y Rey es Jesucristo el Hijo de Dios y que seguirlo es un camino realmente difícil. La cultura católica a menudo nos tienta a pensar que para seguir a Cristo basta ir a misa, creer por fe y vivir la vida con normalidad. Esto no es Crístico y representa la cultura del anti-evangelio. Para seguir a Cristo no basta ir a misa, permanecer en una comunidad como la nuestra, comulgar, apoyar a Giorgio y dar limosna. Esto no es seguir a Cristo sino vivirlo sólo parcialmente. Seguir a Cristo, en cambio, significa dejarlo todo, es decir, dejarlo todo sin dejar de vivir nuestra vida en sociedad, en el trabajo y en la familia. En pocas palabras, por tanto, dejar ese mundo viviendo en él por necesidad física y laboral, y seguir sirviendo a la Causa de Cristo.

Es más fácil vestirse de franciscano que dejarlo todo quedándose y viviendo en el viejo mundo capitalista burgués, yendo a trabajar al mismo lugar de siempre, hablando con compañeros de trabajo que no creen en lo que hacemos, pero manteniendo la cabeza y el corazón siempre en la Causa. Esto significa dejar todo atrás, es decir, asegurarse de que, una vez cumplido el deber de pagar la renta y mantener a la familia, el resto se entregue a la Causa. En nuestra comunidad, incluso tenemos personas que han ofrecido sus casas, hijos, familia y dinero. Todos juntos hicimos esta elección.

Ustedes saben que yo vivo de esto y ustedes también viven de esta Causa, obviamente dentro de los límites humanos de lo que pueden hacer, pero ya no estoy más solo. ¡Ustedes están conmigo! De hecho, nuestra comunidad ha abrazado el Evangelio de Cristo, pero Jesús es la guía más difícil de seguir. Es un Ser que exige que tomes tu cruz para ser digno de Él. Es Cristo quien nos dijo: 'Si alguno viene a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, hermanas e incluso su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo' (Lc 14, 26-27).
È sempre Cristo che ci ha detto che se un fratello pecca contro di te bisogna perdonarlo fino a 77 volte 7 cioè 449 volte. Cristo desidera che gli doniate la vostra vita.
Con la palabra odio intentaba decir desapego. Cristo quiere ser el más amado de todos y el más servido de todos, aunque sea Él quien lavó los pies de sus hermanos apóstoles.
Es siempre Cristo quien nos dice que si un hermano peca contra ti debes perdonarlo hasta 70 veces 7 o sea 449 veces. Cristo quiere que le des tu vida.

Cuando vinieron a Palermo a apoyar a los justos sabían que podíais estallar todos, pero vinieron de todos modos y no es por ser masoquistas sino por servir a la Causa. Estábamos todos allí, incluso aquellos que no podían venir por motivos de salud o de trabajo, colaboraban y estaban allí con nosotros, junto a sus hermanos, un solo cuerpo.
Cristo nos dijo que tomáramos nuestra cruz, de lo contrario no somos dignos de Él. Cuando estábamos en Palermo, todos podíamos estallar y morir. Esto quiere decir que o están locos o han dicho que sí a la posibilidad de que nos puedan hacer daño y también han aceptado esa hipótesis con alegría.

Como comunidad hemos elegido el camino más difícil que es seguir a Cristo y dentro de Su misión nos ocupamos de muchos sectores y temas como la ayuda a los enfermos, a los niños, la evangelización, hablar del mensaje según las enseñanzas de la ciencia del espíritu y marcamos la diferencia con otras comunidades porque experimentamos el activismo social en la calle. Todos los cristianos que han hecho esto han sido asesinados o perseguidos o han muerto de agotamiento físico por haber dado vida a otros... Nosotros a nuestra pequeña manera, no tenemos miedo de ofrecer nuestra vida si el Cielo nos la pide y ustedes han dado prueba de ello apoyando a los justos en Palermo. Para mí, los hechos son suficientes para validar lo que les estoy diciendo y los hechos están ahí y son tangibles.

Cuando dudamos de lo que estuvimos haciendo durante los últimos años, el Cielo fue tolerante. Hoy, dudar de nuestras acciones significa, en cambio, estar desorientados, explotados y, en el peor de los casos, ponernos del lado de infiltrados de mi enemigo. La desorientación es aceptable tanto como la duda y discutiéndolo podemos llegar al esclarecimiento, pero si ustedes se ponen de su lado como infiltrados de mi enemigo deben estar seguros de que el Cielo interviene de manera drástica y solo los aleja de este camino espiritual .

Creo que hoy estamos inmunizado del fanatismo y la exaltación, de creernos superiores a los demás y no tener discernimiento, aunque todavía tenemos que mejorar mucho. Hoy, sin embargo, el riesgo que corremos es que el mal, al no lograr dividirnos, se infiltre en nuestras comunidades. Esto quiere decir que, en un futuro próximo, que ya es presente, intentará infiltrarse y dividirnos. No permitiré esto porque he sido advertido por el Cielo. ¡Confíen en mí! Si les digo que dejen en paz a ciertos personajes o ciertas cosas es porque alguien de allá arriba me advierte que están infiltrados. Ser infiltrado es una señal positiva porque vemos que contamos para algo y perturbamos este sistema que combatimos. He tenido prueba de ello con los ataques sufridos recientemente por ciertas personas cercanas al aparato desviado del Estado...

Así que tenemos que estar orgullosos de lo que somos. Pidamos perdón a Jesús sin miedo a nuestros pecados y pidámonos perdón entre nosotros si nos equivocamos. Recuerden que tenemos que vivir pensando cada vez menos en nosotros mismos porque vendrán pruebas muy duras en las que pensar en nosotros mismos significará morir. Llegará un día en que no lo lograremos si no nos mantenemos unidos porque necesitamos estrecharnos, defendernos y abrazarnos. Llegará un día en que tendremos que defendernos de las fuerzas de la naturaleza, de las epidemias, de las amenazas de los ataques que sufriremos y solo estando unidos y cerca no temeremos a nada y no se nos tocará ni un pelo de nuestras cabezas. Ya habéis comprendido que no basta con creer lo que nos dicen los hermanos del Cielo ni con dar un aporte a la Obra. Ya no basta porque el Señor nos quiere ver unidos, activos. Quiere que seamos una familia y por eso, si libremente decidimos estar solos, alejarnos y no ser una familia, nos enfrentaremos a lo peor.

Tenemos la certeza de que Cristo existe y que pronto regresará y además tenemos la certeza de ser visitados por nuestros hermanos del Cielo. Sabemos que no estamos solos y que ellos nos ayudan a pasar cada prueba. No me refiero solo a su presencia física con las naves espaciales sino también a los mensajes que recibimos y a la presencia de Adoniesis, Genio Solar de este sistema solar que manifiesta su presencia en nuestros jóvenes. El transforma en oro las fuerzas amorfas o incluso indiferentes.

El cuerpo de Adoniesis son los jóvenes de la Obra. Él se ha complacido en nuestros chicos y en nuestros hijos. Dudar de lo que les digo no es bueno.
Tengo razones para creer que todos nosotros no somos de este mundo. También pongo mi atención en ustedes para no dejarlos arrastrar a situaciones y cosas que no son de su mundo. Cuando nos quieren dividir, cuando somos tentados o tenemos dudas y malentendidos, son insinuaciones de hombres de este mundo que quieren arrastrarlos a un mundo, este, que no es el de ustedes.
¡Ustedes no son de aquí! A ustedes no les importa la posesión material, y tampoco les importan las recompensas. A ustedes les interesa ser felices junto a mí, con la esperanza de que estos Seres del Universo nos hagan emprender un viaje al cosmos porque lo conocemos y extrañamos nuestro mundo. Mi plegaria es que no se dejen arrastrar por cosas que no son de su mundo. Debemos vivir las situaciones humanas de este mundo, pero hacerlo como hacia Jesús, sin dejarse atraer por cosas que no eran de su mundo. Lo que no pertenecía a su mundo, Él lo dejaba afuera. Debemos imitar a Cristo que dijo:

En ese momento, Jesús levantó los ojos al cielo y oró: "Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean una sola cosa, como nosotros. Cuando estuve con ellos, yo los custodiaba en tu nombre, a aquellos que me diste, y los he guardado, y ninguno de ellos se ha perdido, excepto el hijo de perdición, para que se cumpla la Escritura. Pero ahora vengo a vosotros y os digo esto mientras estoy en el mundo, para que tengan en sí mismos la plenitud de mi gozo. Yo les he dado tu palabra y el mundo los odió, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, así como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo también los envié al mundo; por ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados en la verdad' (Jn 17, 11-19).

Ustedes me preguntan qué valor tiene la justicia en la vida y en la Obra... El valor de la justicia en la vida cotidiana y por ende en la comunidad espiritual debe entenderse así: debemos respetar las reglas y las reglas en nuestra comunidad son muy simples, que es respetarnos a nosotros mismos, no invadir la libertad y la intimidad de los demás, respetar la elección de vida de la persona, no infringir las leyes, defender causas que no son personales y nuestras. Una regla fundamental de nuestra comunidad es nunca defenderse a uno mismo sino al hermano que eventualmente se encuentra injustamente acusado. Cuando una persona tiene problemas no debe alertar o reclamar justicia para sí mismo, de lo contrario no puede llamarse verdaderamente cristiano. Si hay problemas con alguien en la comunidad espiritual, deben llamarme. Yo soy el guía de esta Obra que es nuestra. Como saben no me permito entrar en la intimidad de ustedes y en sus cosas privadas.

Como responsable determino quién debe liderar los diversos sectores o tener tareas porque esto se hace en comunidades espirituales serias, especialmente cuando el líder de la comunidad demuestra sacrificio, humildad, dedicación y perseverancia. Soy el primero en levantarme por la mañana y el último en acostarme. Todos ustedes son testigos de que estoy allí para hablar con cada uno de los hermanos incluso tarde en la noche si me piden ayuda y soy el primero en poner la otra mejilla cuando un hermano quiere irse y quiero disuadir. La justicia entre nosotros debe aplicarse sólo en un sentido, es decir, la corrección fraterna y no el juicio. El insulto no es aceptado en nuestra comunidad. Siempre debemos cuestionarnos a nosotros mismos. Cualquiera de ustedes que sea elegido por mí para roles y responsabilidades siempre debe cuestionarse a sí mismo. Ninguno de los responsables puede decirle al hermano: 'Solo haz esto' pero la persona a cargo siempre debe ofrecerle al hermano la posibilidad de claridad conmigo personalmente. Jamás me permitiré aconsejarlos sobre su intimidad o sus pecados. Es satánico intervenir en la vida de una pareja.

Las cosas más preciosas de mi vida que respeto en los demás las descubro en las acusaciones que se hacen de mí. Ustedes saben que para mí la intimidad de mis hermanos es sagrada y por eso me acusarán de dividir familias. A partir de ahí tendrán que entender que la unión de las familias es lo que más me importa. Solo así podrán reconocer dónde está el engaño.
Quiero decirles esto: Ustedes me necesitan y yo los necesito. Así que debo estar entre ustedes para evitar que el maligno los divida, los separe y los destruya. Por eso me quedo un poco más en esta tierra para estar entre ustedes.
Desde niño he tenido un guía perfecto que fue mi maestro Eugenio Siragusa. Si leen sus mensajes aún hoy son de gran enseñanza y actualidad y lo que les digo sigue lo que él me transmitió. Es él quien me enseñó a ser el Cáliz de la Comunión Crística y siempre fue él quien me dijo cómo unir y congregar a los hermanos. Si no hubiera tenido a Eugenio probablemente tampoco habría arcas'
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Encuentro en el arca ‘Espíritu del Sol'
'Comentaré los hechos que envolvieron a nuestra confraternidad sin juzgar sino a través de parábolas con las que pueden interpretar lo que el Cielo les quiere decir hoy.

Siempre les he dicho que la libertad es sagrada. En mis encarnaciones anteriores, incluso me mataron por la libertad de pensamiento. Cada hombre debe elegir conscientemente su camino. Siempre he pensado esto. Y todo hombre también debe tener el derecho legítimo de cambiar de opinión. Puedo tomar un camino y luego en el camino, sin negar lo que creía, puedo cambiar. Lo que no es legítimo, y ni siquiera deseable, es desvincularse insultando al hermano. Este es un grave error que la ley castiga severamente. En los últimos hechos esto no ha sucedido, al menos frente a mí, y por eso agradezco a quienes han dejado este camino. Estas situaciones en nuestra comunidad ya han ocurrido en 50 años de historia. No les sorprenda que dentro de un mes o dos otros hermanos se despidan de nuestra Obra con un mensajito como una carta del banco. Esto es parte de la vida. Quienes emprenden nuestra misión saben que Jesucristo es el único infalible y saben que sólo somos hombres que intentamos imitarlo en pequeña escala.

Ustedes saben que tuve un maestro, Eugenio Siragusa, a quien quería tanto que lo llamaba papá y padre. Fue un contactado, pero también un filósofo, un científico del espíritu que en un momento experimentó una pequeña prueba de Cristo. Eugenio fue denunciado ante la justicia por algunos de sus representantes de las arcas de aquella época por plagio, violación, estafa y violencia agravada. Se trataba de acusaciones infames e inexistentes que de hecho encontraron absolución plena con fórmula plena porque el hecho no existía. Eugenio no había cometido ningún delito… por eso quiero invitarlos a reflexionar sobre esto: por qué unos hermanos que veían en Eugenio a Adoniesis, el Padre Eterno, el maestro o el apóstol Juan, ¿se levantaron una mañana y comenzaron a acusarlo de esos crímenes terribles?

¿Por qué Eugenio fue acusado por aquellos que más lo amaban, o que al menos formalmente demostraban a todos su amor por él?
Esos hermanos de las arcas del pasado que difamaron a Eugenio, luego causaron mala impresión en los tribunales, ya que también tuvieron que pagar las costas judiciales dada la absolución. Deben saber que eran hermanos a los que Eugenio entonces sintió como hijos y por eso los quería mucho y también les mostraba su naturaleza humana de padre. Todos nosotros por nuestro padre y nuestra madre también estaríamos dispuestos a dar la vida a pesar de las peleas normales en una familia y a pesar de los errores que un padre puede cometer. Ambos padres sacrificaron sus vidas por nosotros. Ellos son los que nos criaron y mantuvieron y no podemos liquidarlos ni tirarlos a la basura por un problema, aunque sea grave.
Les traigo esto para darles la siguiente enseñanza: cuando descendemos al nivel humano nos dejamos tentar. Y les digo más: incluso Jesús tuvo problemas con los hermanos de las arcas del pasado porque cuando comenzó a elevar el discurso, incluso material y físicamente, llevándolo a un nivel incomprensible para la naturaleza humana, fue abandonado por muchos de ellos y esto también sucedió en el momento de su detención.

En cuanto a las deserciones de las arcas del pasado, les recuerdo este episodio de la vida de Jesús.
Cuando Jesús reunió a los 12 apóstoles y a los 72 discípulos, entre ellos había también varias personas, que hoy podríamos definir como simpatizantes de la Obra del Señor. En cierto momento Jesús dijo a la asamblea: “De verdad, de verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadero alimento y mi sangre verdadera bebida” (Juan 6, 53-56).
En ese momento unos hermanos, representantes de las arcas de la época, querían que Jesús repitiera lo que decía porque no entendían lo que decía. Una vez repetido el concepto, algunos de ellos, amigos íntimos y cercanos de Jesús, se levantaron y se fueron diciendo que era un necio porque los invitaba a comer su carne y beber su sangre.

Estos hermanos cercanos de Jesús hasta hace poco afirmaban que Él era el Cristo, el Hijo de Dios y que todo lo que les decía era ley. ¿Por qué se fueron al día siguiente habiendo oído aquella sentencia pronunciada por el Señor?
Con lo que les he dicho quiero darles esta enseñanza: si queremos ser serios y emprender un camino espiritual, y saben que en el mundo hay muchos caminos espirituales y comunidades como la nuestra, debemos ser creíbles aun cuando nos vamos; creíble con las personas con las que hablamos. Y el ejemplo de aquellos hermanos que abandonaron al Señor en este sentido es apropiado. Hasta el día anterior estuvieron con Él a su lado y entonces se fueron y hablaron a la gente que antes los había visto con Jesús o los había oído gritar a los fariseos que Él era el Hijo de Dios. Cuando abandonaron el camino del Señor, estos hermanos no demostraron su seriedad porque no se pueden ir por una frase o algo que no se entiende mientras que hasta el día anterior se decía que Jesús era el Hijo de Dios, que era infalible y que cualquier cosa que dijera, venia del Padre!

Si hacemos como ellos, una vez que salgamos al público nos pedirán estas cosas y debemos ser serios y explicar por qué hasta la noche anterior se halagaba y veneraba a una persona y al día siguiente se convierte en el demonio.
Si se deja un camino como este aquí, espera encontrar quién entre la gente te preguntará: ¿por qué Jesús o Eugenio fueron antes Padres Eternos y hoy son falsos para ti? Y el público pedirá cuenta de quién hizo la bandera. Quien se comporta así no es creíble.

La enseñanza entonces es esta: cuando hablas debes medir tus palabras y si prometes algo entonces debes cumplir tu palabra porque lo más indigno que puedes hacer es dar tu palabra y luego no cumplirla. Así que antes de decir 'tú eres el Hijo de Dios, tú eres el maestro' o frases como 'doy mi vida por ti' ¡piensa muy bien! Es mejor decir 'te sigo hoy y, como también eres hombre, sé qué haces cosas de humanos, pero mientras pueda te sigo'. El día que vea que tus cosas humanas no las entiendo, entonces me iré. ¿Me aceptas así?', y yo diría '¡claro que sí!'.
Todos esos hermanos que me adoran y me halagan yo ya sé cómo se comportarán en el futuro. Todos los que me han dicho Cristo o Padre Eterno se han ido. Así que cuando me halagan ya sé lo que va a pasar a partir de ahí, aunque no les diga. Ya sé de antemano que los que me halagan me dejarán.

Cuando ven estos Signos sangrantes se emocionan y lo acepto pero si sienten desde el fondo de su corazón llamarme maestro o el Ungido del Señor, tengan mucho cuidado porque entonces vendrá nuestro enemigo y les preguntará si realmente están seguros de esto o si solo es un charlatán que habla mucho y por hacerlo luego cae en la tentación.
Los hermanos que abandonaron a Eugenio y lo calumniaron, haciéndolo arrestar, le causaron este sufrimiento ligado al hecho de que les manifestó su naturaleza humana. Por eso quiero decirles: ¡nunca hagáis un Dios a vuestra imagen y semejanza!

Entonces también me gustaría decirles otra cosa: a veces me he hecho preguntas y las he dejado en espera. La respuesta verdadera y profunda no estaba seguro de tenerla, aunque estuviera dentro de mí. Y cuando me pasó esto, el demonio apareció para hacerme las mismas preguntas. Y a él debo responder porque de lo contrario el Padre ve que no soy fuerte.
El demonio me preguntó: '¿Cuál es realmente, para ti que dices ser discípulo de Dios y de Cristo, lo que más amas? Y no me respondas que amas a Cristo, sino dime ¿qué es lo que más amas de tu vida humana y espiritual? Y no me digas que amas más que a todos tus hijos, a tus hermanos, a tu esposa o a Dios porque esa no es la respuesta que quiero. Quiero una respuesta tuya que me convenza y si me convences me tengo que ir'. Y luego continuó: 'Tienes que adivinar, leer mi mente y entender por qué te hago esta pregunta'. Sabes que el demonio está enviando por Dios y por tanto es el Padre quien quiere la respuesta a esta pregunta. Y entonces respondí esto y espero que ustedes también hagan suya esta reflexión: 'Lo que más feliz me hace, querido Satanás, es que cuando me presente al juicio de Dios, me sentiré bien. Me presentaré serenamente porque sé que Él me juzgará, sé que lo hará con severidad y sé que Él sabe todo de mí. Así que no puedo mentirle.

Lo que más me gusta y me hace más feliz es el juicio de Dios, esto se lo dije a satanás. Este es el valor, la acción y el evento que me dará la mayor felicidad. El día más importante de todas mis encarnaciones y de toda mi vida espiritual será cuando Dios me juzgue porque sé que Él será justo, sé que Él sabe toda la verdad y sabe que le he dado todo, mi vida entera, incluyendo mis pecados. Dar la vida a Cristo significa no sólo darle nuestras virtudes sino también ofrecerle nuestras debilidades y los pecados que hemos cometido al equivocarnos y ser hombres. Esto me lo enseñó Jesús en el Getsemaní cuando dijo: 'Padre, aparta de mí este cáliz'. Él nos enseñó a ofrecer nuestros errores también al Padre y lo hizo para enseñarnos y no porque Él se había equivocado, dada su naturaleza perfecta. Y en ese momento Dios realmente lo había abandonado porque Jesús estaba pidiendo cosas que Dios no podía hacer. Entonces, para darnos la enseñanza, Jesús dijo al Padre: 'Hágase tu voluntad'.
Entonces lo más verdadero, satisfactorio, gozoso y maravilloso para mí será el juicio que me hará Dios. Pero también ustedes deben pensar que Dios los juzgará porque ustedes y Dios saben toda la verdad y, si la verdad está de su lado, serán recompensados, pero si la verdad no está de parte de ustedes y han mentido, han sido mentirosos y necios, lo pagarán. Así que el problema es individual. En ese momento solo estaremos nosotros y el Padre Eterno. No estará la confraternidad

Por la noche, cuando vamos a dormir, aunque tengamos cerca a una pareja o un marido, estamos solos con nosotros mismos. Nadie sabe lo que sentimos por dentro, pero hay un huésped invisible que es Dios y que lo sabe todo y escucha todo en lo profundo de nuestros pensamientos. ¡Él sabe todo sobre nosotros!
Por eso he aprendido algo que deseo compartir con ustedes: el mandamiento de Jesús ‘No juzguen' significa ‘No se permitan entrar en la conciencia y en el espíritu de sus hermanos porque solo Dios sabe lo que hay en lo profundo de sus corazones. Podemos juzgar si se cometen delitos, pero si no se han cometido delitos, no podemos juzgar lo que el hermano está haciendo porque, si no es un delito, hay que respetarlo.
Entonces les hago dos recomendaciones. La primera es estar atentos a como hablan: no exalten a los hombres hacia el Olimpo de los Dioses y cuando estos hombres ya no los satisfacen, desde el Olimpo de los Dioses los arrojan al pozo del infierno porque eso significa ser esquizofrénicos. Es mejor estar siempre vigilantes y no dejarse llevar por la pasión exaltando a un hombre. Adular, exaltar y dejarse llevar por la emotividad es indicio de una carencia emocional que luego puede transformarse en la destrucción de quien se exalta y esto lo escuchamos todos los días en los noticieros. ¿Cuántos crímenes pasionales cometen los maridos que están súper enamorados de sus esposas, exaltándolas a Diosas y luego, cuando éstas se quieren ir y los dejan, las asesinan? Primero consideraban a esas mujeres como Vírgenes en la tierra y luego, en medio de la exaltación, entra en ellos el demonio que susurra otra cosa. Y he aquí que estos hombres, llenos de ira, matan. Este sistema violento, esquizofrénico y arrogante nosotros debemos abatirlo.
Sin embargo, otra cosa es si una persona quiere tomar un camino diferente al nuestro. En ese caso será hermoso encontrarnos de nuevo para colaborar. Esto sería deseable, evolutivo y coherente.

La segunda recomendación que quiero hacerles es esta: cuando están serenos y no tienen miedo del juicio de Dios están siempre en la Verdad. Si dentro vuestro tienen miedo del juicio de Dios, es difícil que estén realmente en la Verdad. Espero que hayan comprendido lo que he querido transmitirles.
La segunda parte del discurso que quiero decirles hoy es que nuestro camino es el más difícil de cumplir. Comprendo, por lo tanto, las divergencias y las disociaciones, porque el nuestro es un camino insoportable; nuestro camino está en las trincheras y, lamentablemente, tanto el comandante como los soldados no tienen recambio, es decir, no van de vacaciones. Solo estamos nosotros. Por lo tanto, nuestro camino es insoportable porque es estresante, porque es el camino de Cristo en la calle. Tú puedes servir a Cristo incluso en casa o yendo a misa, pero si decides servirlo en la calle debes ensuciarte las manos, como nos enseña Don Ciotti. Esto significa que en el camino que estamos recorriendo, con tal de continuar la guerra contra el Anticristo, somos conscientes de que podemos equivocarnos porque luchamos día a día en la calle.
Si una persona conduce bien el auto, pero a veces se equivoca de dirección, ¿significa esto que apesta o que no merece nada?
Por esta razón debemos constatar los hechos y las acciones y no las impresiones personales o las sensaciones que tenemos porque si juzgamos las sensaciones y las impresiones y echamos a la basura todas las acciones realizadas, Somos Judas, hipócritas y fariseos que filtran el mosquito y se tragan el camello.

Nuestro camino es el más difícil porque en el momento en que se predica la espiritualidad, la meditación, la oración, la observación de las naves extraterrestres, los mensajes espirituales, no se arriesga nada y no se erra. Uno se mantiene en lo correcto, pero no se es operativo. En el momento en que eliges ser operativo en la calle te acercas cada vez más a Cristo con la cruz. Esto significa que te equivocarás porque si nunca se cae, significa que tu mensaje no es verdadero, sino que simplemente está pre armado.
Quienes viven solo de la espiritualidad y poco o nada en la acción son mentirosos y falsos porque viven una impresión que no existe o dicen que sirven a Cristo como los cardenales de la Iglesia Católica mintiendo.

Por lo tanto, acción, activismo y revolución es lo que nos debe guiar. De esta manera estamos con Cristo. Y además de esto, también añadimos el error en el camino porque si uno no comete ni siquiera un error, significa que no es portador de un mensaje verdadero sino de un mensaje falso, pre armado y solo en apariencia perfecto. El verdadero mensaje nuestro es sencillo, no grandilocuente. Y la Verdad cuando está inactiva es perfecta, ¡así que les deseo que se equivoquen mucho pero que actúen! Cuando se les pide la perfección o la verdad dibujada a vuestra imagen y semejanza, se están equivocando y es necesaria la corrección fraterna.

Cuando hablen reflexionen sobre lo que dicen porque Jesús fue muy preciso cuando dijo: "¡No lo que entra en la boca hace impuro al hombre, sino lo que sale de la boca hace impuro al hombre!" (cap.15 11-12). Aquí el Cristo se refería precisamente al Verbo, a la palabra porque lo que sale de la boca sale directamente del corazón y si del corazón salen juicios y malas palabras eso es grave. Estén atentos si salen grandes exaltaciones hacia las personas que aman. Deben tener cuidado de que lo que dicen sea realmente lo que sienten desde el fondo de vuestro corazón porque entonces no pueden decir que el que antes era el mesías ya no les parece bien. Si hacen esto son unos payasos y no serán creíbles ante quien quiere amor y verdad...

Realicen y realicemos juntos el camino que nos lleva al juicio de Dios. Debemos tener la serenidad de decir: 'Señor, aquí me he equivocado y aquí he pecado, pero ¿te he servido? ¿Fue de buena fe? ¿He hecho lo que me has pedido a pesar de los pecados que he cometido? ' Si la respuesta a estas preguntas es si, entonces irás al reino de los cielos.
El valor que Cristo valoraba más que cualquier otra cosa, además de amar al prójimo como a ti mismo, era este: la conciencia de que eres un hombre que peca pero que estás disponible a tu Señor tal como eres y no como quisieras ser. Si dices: Yo quisiera ser Cristo, pero son hombres deben sentirse hombres sabiendo muy bien que no son perfectos. Así que sean conscientes de que quieren ser ustedes mismos y siéntanse felices que irán al encuentro del juicio de Dios que será perfecto.

Dado que la vida siempre te reclama y te acusa de algo, ¿quién es ese hombre, acusado de la vida, tan afortunado de encontrar un juez y un tribunal perfecto? No hay jueces perfectos sino buenos jueces en la tierra. Pero nosotros encontraremos al juez perfecto que desatará todos los nudos.
Lo que me interesa saber de Cristo es esto: aunque yo fuera el que le puso los clavos al Señor, hoy solo quiero saber si he hecho lo que Cristo me ha pedido y si he seguido Su voluntad permaneciendo hombre con mis errores, pero tratando de imitar al Señor. A mí me interesa más esto que saber si era un apóstol o un discípulo. Lo que a mí me importa es la Verdad y esto debe interesarles también a ustedes porque solo la Verdad los podrá llevar serenamente ante el juicio de Dios.
Somos eternos y no podemos morir aunque lo deseemos, porque nuestra patria es la eternidad.

Lo que quiero recordarles a todos es que, si realmente seguimos a Cristo, la gratificación es una tentación de satanás. Esto me lo ha inculcado mi maestro en la tierra Eugenio Siragusa. Y Jesús lo enseñaba a sus apóstoles. Debes servir sin pedir nada a cambio porque solo el hecho de pensar en un beneficio ya no es bueno. Si llevo aquí 50 años es porque nunca me han interesado las gratificaciones. Yo he sido elegido, pero no quería serlo, me lo han impuesto. Así que la alegría que más puedes sentir, si crees en Cristo, es seguir con pasión tu misión, servir y esperar que te persigan. Sé que esto no es humanamente aceptable, pero es el camino de Cristo. Si en cambio eres alabado, glorificado, divinizado y aplaudido, esto no está bien. Yo en el pasado he sido más perseguido que hoy, pero, cuando recibo desilusiones o vivo incomprensiones con mis hermanos que me acusan, doy gracias al Señor porque quiere decir que estoy en el camino correcto porque es Él quien quiere que yo sufra. Además, hay un pequeño detalle: yo llevo heridas que me hacen sufrir cada instante.

Tú, yo y nosotros para evolucionar necesitamos solidaridad y dolor que deben caminar juntos pero el dolor debe entenderse como sufrimiento por amor a los demás. Por lo tanto, si eres incomprendido y perseguido, debes ser la persona más feliz del mundo. Como somos humanos y no podemos soportar esto, entonces disociémonos. Si, en cambio, logramos abrazar plenamente la enseñanza de Cristo y conseguimos soportar las persecuciones, las incomprensiones y las amonestaciones, permanecemos con Él. Para seguir al Señor debes ser perseguido o ridiculizado injustamente, es decir, debes ser ridiculizado y perseguido por Su Causa y debes regocijarte por ello.
Hoy hay un pueblo entero que no cree en Jesús porque está convencido de que Él era un falso profeta. Esto significa que la mente prevalece sobre lo que el corazón siente. Yo solo puedo darles algunos ejemplos: a quien yo más amaba, mi maestro Eugenio Siragusa, me ha echado de casa y me ha dicho: 'Te tienes que ir, ya no eres mi hijo'. Yo, sin embargo, no lo traicioné, hasta hoy, porque sabía que era el Padre quien quería todo eso. No dije que él se equivocó, pero yo conocía su naturaleza humana y sus debilidades. Era tan íntimo con Eugenio que él me había hecho ver sus pecados y me los decía, pecados como cualquiera y no delitos, pero debilidades humanas. Pero yo nunca pensé que él ya no era él por sus debilidades o porque me había rechazado. Esto se llama coherencia, integridad y creer verdaderamente en la Causa que estás sirviendo. No obstante, Eugenio dijo públicamente a todos que yo ya no era su hijo y que se disociaba de mí. Nunca filtré en el sitio las llamadas telefónicas, que él me hacía en secreto, en las que me empujaba a seguir adelante. Así que todo lo que viví, incluso ese gran sufrimiento, era un plan. El mayor dolor de mi vida fue el distanciamiento de Eugenio, pero hoy soy plenamente consciente de que ese fue un sufrimiento Crístico que me hizo evolucionar. Nunca como hoy siento el valor y la enseñanza de mi padre espiritual, pero no soy representante de su obra. Yo no lo negué y no lo traicioné, pero siempre pensé que era un camino necesario para llegar a donde llegué. Uno de los pocos hermanos que entendió esto es Enzo Ranieri que está sentado a mi lado.

Era el Padre en persona quien me estaba haciendo sufrir para hacerme llegar a donde estoy hoy. Así que, aunque Eugenio hubiera enterrado en el jardín millones de liras, eso no habría sido suficiente para convencerme de que él era falso, porque el valor de un hombre, de un mensaje y de una enseñanza no está en la perfección del hombre que lo lleva adelante, sino en su valentía de dar la vida por la Causa. Esto hicieron Peppino Impastato, Falcone y Borsellino o Eugenio que fue a la cárcel sin renegar de sus ideas. Ellos que han dado la vida por la Causa. Dar la cara por la causa es el valor más importante. Lo que importa es que pongas cara y arriesgues tu vida para cambiar la sociedad. Piensen en Pasolini, él con sus pecados humanos, era un hombre como todos nosotros, pero daba la cara y estaba a punto de desenmascarar a quien luego investigarían años después Falcone y Borsellino. Cualquiera que fuera su gusto o su conducta moral, nada podía cambiar el hecho de que él estaba dando la cara y la vida para desenmascarar el sistema que lo mató.
Debemos dejar de ser fariseos, católicos e hipócritas, porque si hacemos esto, significa que estamos crucificando a Cristo. Si nosotros no cambiamos, Él aparecerá cuando regrese de una manera que provocará poderosamente nuestra falsa bondad.

Pasolini era un enviado de Dios para dar a conocer a este pueblo que duerme la verdad. Si él hubiera sido hoy el director de todas las arcas ustedes habrían escapado, ¡en cambio deben crecer! Por eso el Maestro Jesús nos ha dicho: ‘Por sus frutos reconocerán quienes son'. El Señor no ha dicho que reconoceremos quiénes son los hombres y su valor por los pecados que cometen o por su orientación sexual. Jesús habló de los frutos. Así que si damos frutos buenos estamos con Dios, a pesar de nuestros pecados... a veces temo que ustedes no leen el Evangelio. Cristo trajo al cielo a un asesino criminal que era el ladrón y mandó al infierno a uno de sus mejores apóstoles que era Judas, quien había hecho por el Señor una obra gigantesca. Solo porque el ladrón dijo que Cristo era inocente, el Señor lo redimió. Estas reflexiones y preguntas debemos hacérnoslas a la noche antes de dormir. Comportémonos estando en nuestro lugar y sin replicar al Padre.
Deben darse cuenta que tengo buenas intenciones y les cuento lo que creo haber visto, pero la razón de mi valor no son los contactos o las visiones místicas que tengo, sino las obras que realizo cada día. Son las que ustedes deben considerar.

Cuando Jesús vuelva, estará como es, sencillo, no será un Dios ya preconcebido a nuestra imagen y semejanza. No nos hagamos expectativas como los apóstoles hace 2000 años. Él volvió a ellos humilde y no usó su poder. Ahora Cristo volverá como juez y quiere encontrarnos trabajando en Su viña. ¡Si no hemos cometido pecados, pero no estamos trabajando en su viña no seremos perdonados! Jesús no quiere personas que no cometen pecados y que no se equivocan. Jesús solo quiere personas que cometen errores y que hacen acciones. ¡A los perfectos Jesús los vomitará de la boca! No busquemos la paja en el ojo del hermano, es decir, sus defectos y pecados, ocultando la viga de la hipocresía que está en nuestros ojos, es decir el ego, la envidia, los celos.
Próximamente mi enemigo me enviará una carta en la que se complacerá del hecho de que en la confraternidad comienza a serpentear el deseo de luchar contra el Anticristo y los demonios interiormente. Y mi enemigo me invitará a escuchar este valor y esta representación porque así él podrá seguir cometiendo los más terribles crímenes y engaños.
Responderé a mi enemigo que no me importa el demonio que llevo dentro. Lo único que me importa es tratar de atrapar a mi enemigo para que no pueda dañar a nadie más. ¡Con o sin mis hermanos lo iré a buscar! '
_____________________
La verdad avanza inexorablemente superando todas nuestras dudas o incertidumbres. La misión que Dios ha confiado a su mensajero en el mundo se cumplirá, cueste lo que cueste, con o sin nosotros, y el río de la vida continuará su carrera hacia el Océano del Infinito.
La ley del espíritu y la misión de Cristo se cumplirán en la eternidad de la historia. Depende de nosotros aprovechar la inmensa posibilidad del discipulado, de las pruebas, de la iniciación solar que el amado Padre nuestro, el Sol, desea ofrecernos en beneficio nuestro y de todos los seres que componen la creación.
Dejar escapar esta inmensa posibilidad evolutiva, conquistada ardientemente de vida en vida, sería renunciar a una comprensión que abre las puertas a las dimensiones superiores a las que aspiramos y de las que somos testigos por gracia e intensa voluntad.
Renunciar al Amor más grande de todos los Amores significaría gritar 'sí' a Barrabás y avanzar inexorablemente hacia los efectos nocivos de las causas generadas porque el karma existe incluso cuando nosotros arrogantemente no creamos.
'No os asalte la duda, niños de mi luz', decía Poimandres al antiguo anciano que, con la fuerza del Verbo, ha incendiado nuestros plexos del amor solar.
¡Que esto sea una advertencia!
La Verdad sin adornos es un acto revolucionario. No nos pertenece por derecho, sino que se realiza y se adquiere con la vida, dando toda nuestra existencia, dando todo de nosotros mismos, destruyendo nuestro ego para fundirnos con las sagradas Leyes que el Padre, por medio de su siervo en el mundo que lleva los Signos del Hijo de Dios y los Eternos Mutantes que se han sucedido en la historia, que nos enseñan.
Que el Sello Sagrado de los estigmas, que hemos visto sangrar y frente al cual nos hemos arrodillado, forje nuestras almas, fortalezca nuestros espíritus y nos haga iniciados a la más grande verdad del tiempo de todos los tiempos que avanza inexorablemente, a pesar de todo y de todos y se cumple en la gloria de Cristo que ya nos ha visitado, uno por uno.

El tiempo que se nos ha predicho se cumple.
Si traicionamos a Cristo nos traicionamos a nosotros mismos
Si engañamos a la Causa, nos engañamos a nosotros mismos y rechazamos la chispa divina que subyace en cada uno de nosotros y que anhela alcanzar en la eternidad la Verdad-Una y el Conocimiento-Uno.

Rogamos a la Madre Santísima que proteja a los nuestros y que sostenga siempre a su y a nuestro mensajero en el mundo. Un mensajero que, incluso en el silencio, lleva el peso de la cruz visible e invisible de cada criatura que sufre y de cada demonio que nos ataca y que silba a nuestro oído falsedades y mentiras. Que Dios sostenga eternamente este ser que ha venido a la tierra por nosotros. A través de Él hemos conocido al Joven Nazareno que nos está ofreciendo la Liberación.
Continuemos en la gran Verdad y en el Camino que el Padre nos ha indicado, unidos y conscientes de sus Leyes, contemplando el temor sagrado de Dios.
Necesitamos hombres y mujeres despiertos a la Verdad que apliquen con valentía y lógica la enseñanza que Dios nos ha dado.

El Señor nos quiere operativos y activos en su viña.
Los que creen pero no hacen las obras serán descartados.
Los que no creen pero hacen las obras serán acogidos.

Y finalmente aquellos que creen en mí y trabajan serán recibidos con la alegría del espíritu de mis hermanos extraterrestres. Lo que no hay que hacer es juzgar porque esto nos lleva a una etapa negativa del ser que nos conduce directamente a la segunda muerte'
Agradecemos al Padre que cumple siempre Sus designios, a menudo inescrutables y fuera de nuestro parámetro de comprensión, pero siempre justos. Al hacerlo, Él nos protege y nos vela del mal que desea atacarnos y debilitarnos.
Solo en Cristo y en su santísima sangre, que sigue derramándose por muchos, pero no por todos, podremos encontrar siempre la certeza de nuestra existencia.

Con amor y temor de Dios
Francesca
29 de junio de 2022

Adjuntos:

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