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leandro100Por Leandro Gómez

Nunca estaremos solos. Él siempre estará aquí a nuestro lado, acompañando el andar. Sé que será muy difícil pero nunca debemos permitir que la cabeza entre en nosotros, ni tome decisiones por encima de lo que nuestro corazón siente. Vivamos y dejemos vivir, es lo que muchos siempre dicen, pero ¿qué es vivir? Vivir significa sacrificarse… sí, me oíste bien, significa sacrificarse por quien uno ama y por quien no conocemos. Darlo todo siempre sin esperar algo a cambio, estar abiertos de corazón para quienes quieran entrar en él, aunque tengamos mucho ojo y cuidado, la mente es sutil… nunca la abandonaremos a lo largo del camino sinuoso, pero mantengámosla fría y ella nos responderá y no nosotros a ella. No dejemos nunca que injusticias sigan ocurriendo, mantengamos la mente firme, el mentón arriba y los pies siempre más abajo que el suelo, la vista siempre en el horizonte, en algún momento lo veremos llegar y todo cambiara. Pero hasta entonces mantengámonos firme y con las manos en el arado que todo sacrificio será bien merecido. Recordemos siempre perdonar a quien nos traicione y lastime, ayudar siempre a quien nos pida ayuda y estar a disposición siempre de todos, olvidándonos de nosotros mismos si es necesario. ¡Qué importa tener tanta ropa! ¡Tantas zapatillas! ¿Acaso no conocemos a gente que muere de frio día a día? ¿Quién nos creemos que somos al decir que la comida que tenemos enfrente no nos gusta? ¡Debemos valorar lo que tenemos delante de nosotros siempre! Somos más ricos que muchos que conocemos y ¿aún así no lo vemos? Vivir significa aprender, crecer, valorar. Pero sobre todo siempre levantarse, hoy estamos en un lugar que ayer creíamos imposible, y apenas iniciamos el cambio, entreguemos todo lo que sintamos y nunca hagamos algo porque la cabeza te lo imponga, escuchemos al corazón por encima de todas las cosas. Aunque nadie nos entienda y nadie nos oiga gritar, debemos seguir firmes, con la vista en el horizonte, tratando de hacer todo lo posible para estar más cerca de Él algún día.

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Dejemos vivir. A quien amamos y a quien no lo hacemos. Valorémoslos a todos por igual, ellos serán la clave para el camino porque gracias a ellos lo transitamos y sin ellos no podríamos hacer todo lo que haremos en los días venideros. Mantengamos a quien nos importe siempre cerca y a los enemigos aún más cerca, necesitan más de todos. Amemos a todos, no dejemos a nadie solo, mantengámoslos firmes y conscientes. Hagámoslos vivir, pero vivir de verdad, preséntemosles la vida que conocemos, demostrémosles que vale la pena el sacrificio. Hagámoslos vivir de la forma en que se disfruta la vida y en que se ama todo a nuestro alrededor, mostrémosle la belleza del mundo, pero también como están acabando con ella, enséñemosles a valorar hasta lo que  no valoramos, pero para eso debemos hacerlo primero, por amor a ellos debemos ser más humildes, más pacientes, más serenos, comprensivos, tolerantes. Sabemos que es difícil y que estamos cansados, pero si no nos mantenemos firmes por el amor que les tenemos, todo nuestro empeño y todo el sudor habrán sido en vano. Dejemos vivir, pero vivir bien, de la forma en que amamos vivir, enséñemosles que también queremos abandonar, porque la mente nos lo pide a menudo, pero no lo hacemos y no porque somos más especiales que ellos, si no porque conocemos cara a cara el sufrimiento de los niños, el abandono de los ancianos, las injusticias que están ocurriendo, los árboles que ya no están y ves que quedan pocos que alzan la voz para ayudar a aquellos invisibles. Demostrémosles con sacrificio pleno que la meta es más importante que cualquier mal ocasional que podamos tener, que ellos son más importantes que nosotros mismos. Enséñemosles reiteradamente que ellos son el cambio y que si el sol sale un día más, es porque tienen la oportunidad de generar un cambio en el mundo, por más chico que parezca.

Digámosles que nosotros también solemos tener miedo, pero nuestro fuego nos ayuda a que lo superemos, hagámosles saber que ellos también lo llevan dentro y que es quizás más fuerte que el nuestro. Reiteradamente mostrémosles que ellos son el cambio, que no existe alguien más apto para cambiar que la juventud misma. Ante la duda, siempre habrá hermanos que nos ayudarán a superarlas, ante los palos en la rueda siempre habrá alguien que nos extienda la mano y si no hay nadie ¡levantémonos solos! Yo sé que podemos.  

Por último, jóvenes, fuerza. Nunca nos rindamos que el camino es largo y apenas estamos gateando, siempre estarán acompañándonos. No los dejaremos solos, pero no nos dejemos estar ¡Luchemos! ¡Gritemos! ¡Peleemos! Pero siempre con la bandera de la paz en nuestro mástil y con el sentido de justicia que solo la juventud tiene. Somos el cambio, si no nos gusta lo que vivimos ¡debemos cambiarlo!

Paz.

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Leandro Gómez
11 de julio del 2017
Ciudad de Salta, Argentina