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Barbara100

Por Barbara Drago
... Me gustaría compartir con vosotros el texto del Evangelio de Juan que me tocó leer durante la ceremonia de mi confirmación y la de Giovanni en la iglesia de Loreto, celebración que tuvo lugar el mes pasado... es muy significativo, visceral y emocionante... el cura me eligió al azar, en medio de todos los que estabamos a punto de recibir el sacramento y es por ello que estas palabras despertaron un gran interés en mi... aquí encontré las palabras guias para nuestro sentido del ser en el mundo, como individuos, como pareja y como comunidad creadora... tendré bien presentes cada una de estas palabras sobre las que ahora reflexiono...   

Testimonio y fe, motores encendidos del vivir... Vida, que está en el reconocimiento del Hijo de Dios... y se manifiesta, y por lo tanto nos pertenece al ser eterna... una eternidad que a través de la fe siempre nos lleva hacia lo alto, eleva nuestro “Yo soy” hasta vencer al mundo. Una victoria que llega enseguida, de hecho lo que Dios nos pide nunca es gravoso, no hay nada que añadir porque Él ha descendido a nuestra altura... ha venido en medio de nosotros, no solo con el agua, sino también con la sangre, que con el espíritu forman una ecuación trina. Y de hecho es aquí donde reconocemos el testimonio de la verdad, y este testimonio está en nosotros... Espíritu, agua, sangre... Espíritu, agua, sangre... Espíritu, agua, sangre... el milagro está entre nosotros y nos impulsa todos los días, nos purifica de lo immundo, nos sacude para que demos testimonio y nunca se detiene...

…y me visto de alegría y de agradecimiento. Barbara.

Pasaje completo del Evangelio de Juan, capítulo 5

Todo aquel que cree ama

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de El. En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que El ha dado testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios

Barbara Drago

13 de Mayo de 2015