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claudiorojas100Por Claudio Rojas G.

Cuando conocimos a Giorgio Bongiovanni, fuimos, y digo esto porque esto lo he conversado con muchos de mis hermanos y de alguna forma todos hemos sido tocados por el cielo; todo era perfecto y cuadraba con nuestro sentir, todo nos cerraba.   Nunca antes encontramos a alguien como él a no dudarlo; entonces dijimos sí a la llamada de Cristo a través de él.  

En la medida que fueron pasando los años asistiendo a charlas, conferencias, audios, mensajes, escritos, entrevistas, etc., donde él hablaba, hemos ido conociendo más profundamente el mensaje, entonces hicimos de ese mensaje también algo nuestro. Cada evento en que participábamos con él, se transformó por cierto en un pequeño “si” de parte nuestra por el sólo hecho de participar.

En los últimos encuentros Giorgio nos ha dicho que “él está con nosotros”, pero no es GB quien lo dice sino Cristo a través de él; es la sangre de Cristo que es el vehículo del espíritu del Maestro que mora en él por su entrega y disponibilidad total a la misión mesiánica de ser el anunciador y precursor de Su retorno glorioso para impartir la verdadera justicia. Entonces en los últimos llamados es Cristo quien nos llama para medir nuestra disponibilidad y por eso que han sido intempestivos, salvo el de la Pascua.

Muchas veces se nos dijo que sería Cristo quien nos pediría seguirle y abandonar todo; pues bien, llegó la hora y está ocurriendo, lo está haciendo; primero midió nuestra disponibilidad llamándonos con muy poca anticipación para de alguna forma medir cuales son nuestras prioridades. Luego, a quienes acuden a la llamada, les pide mayor compromiso, vale decir la entrega total; pero no antes de que le hemos demostrado que él está primero en nuestras vidas, es decir esperó que diéramos el primer paso porque respeta nuestro libre albedrío; ...¿qué quiere decir esto?... literal y exactamente eso… dar la vida no sólo en servicio, sino abandonar las cosas de este mundo y entregarle hasta nuestra vida física porque lo único que tiene que importarnos es hacer su voluntad, porque nuestro camino es ser “voces que griten en el desierto” aunque sea por un alma que nos escuche y se despierte, para que esa alma se salve al arrepentirse y enmendar el rumbo, ya que se nos ha dicho con mucha claridad que la salvación es espiritual (Mateo 16: 25). Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará). Entonces su voluntad es que resistamos la corriente anticrística del mal que casi nos devora, denunciando el mal y apoyando a los justos y las causas justas, y, que resistamos siendo faros de luz para que otros se despierten en medio de la oscuridad, anunciando la segunda venida de Cristo, cueste lo que cueste.

A lo mejor muchos de nosotros no estamos conscientes de este hecho; y creo que todos sabemos que no podemos darle la espalda al Maestro después de haber participado de la sangre que derrama el cáliz, su palabra como oráculo viviente de Dios, de las muchas manifestaciones que nos ha dado de su presencia, lo hemos tocado, abrazado, besado y hemos visto su rostro... ¡qué más podemos pedir!! …sólo falta que se manifieste con potencia y gloria en Su retorno!!

Gracias a Dios entendimos lo siguiente:

-Lucas 10:16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.

- Mateo 10:40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

-Juan 13:20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

- 1 Tes 4:8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

Entonces siento que nuestra principal “resistencia” tiene que ser el anuncio más revolucionario e intimidante para el poder del mal, cual es anunciar la segunda venida de Jesucristo, nuestro Rey de reyes para iluminar y dar esperanza a quienes no la tienen en medio de la oscuridad.   También nuestra “resistencia” es ser una corriente de lucha emblemática que se ponga en contra del río anticrístico, del materialismo, el consumismo, la tecnología como medio de control, y el cuerpo físico mirado como nuestra individualidad equivocadamente por las ideas arraigadas por Satanás desde hace casi 1700 años, de la muerte (Q.E.P.D., descansa en paz, que la muerte es el fin, etc.).

Para poder tener la fuerza de desarrollar esta tarea exitosamente, debiéramos trabajar en fortalecer nuestra fe, para llegar a ser fuertes en ella como lo fueron  los primeros cristianos:

Hechos 2:42-45

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.”

Hechos 4:32-35

“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.”

Llega entonces la hora del gran “SI”, el definitivo...!!! Antes de este momento, se nos dijo que vendrían grandes pruebas para los que sigan diciendo sì, en los distintos aspectos y debilidades que cada uno de nosotros posee, para asì fortalecernos, porque el Padre quiere saber si somos dignos herederos de su reino aquí en la tierra.  Ahora tal y como Giorgio nos lo dijo, sabemos que muchos de nosotros están o estamos viviendo duras pruebas especialmente en lo material, que nos bendicen y nos ayudan a fortalecer nuestra fe si somos capaces de seguir diciendo “si”, las que de paso nos ayudan a abandonar las cosas de este mundo para poder seguir al Maestro a la cruz.

Claudio Rojas G.
06.04.2016