Pero, sin embargo, es amigo de la hermana muerte. Porque ésta, cuando llega y pasa inesperadamente, arrebatándose los cuerpos que encierran esas almas que tanto amamos y golpeando nuestros, ya desgastados espíritus, nos despierta de la ingenuidad del camino del espíritu.

¿Pero por qué a nosotros? que, abrazando con pasión el concepto de lo eterno, nos hemos descubierto chispas de luz, centellas de polvo cósmico, navegantes del espacio infinito; transformándonos en valientes soldados del Cristo, Servidores del Padre Eterno.

¿Por qué a nosotros? que conocemos las señales, que sabemos el final de esta Historia, que saboreamos cada herida en la batalla porque tenemos la certeza de la victoria?

¿Por qué a nosotros, que anhelamos volver al Padre,

¿Por qué a nosotros la muerte nos duele tanto?

Porque ella nos hace tocar la efimeridad de la creación que somos capaces de percibir.
Frente a la muerte las preguntas nos invaden. La nostalgia de la pérdida nos empuja a buscar en lo más profundo de nosotros. A rascar en lo más lejos del afuera, en las estrellas, en la Tierra, en las miradas de los otros. Investigar en los poemas del Cielo, en la música del programado, en el pensamiento de la filosofía cósmica que solamente puede dibujarse en nuestras mentes estando en soledad.

Ella, la muerte, nos cubre de una extraña ausencia, nos doblega. Ella aún nos lastima, nos invade de silencios, nos llena de vacíos. Vacíos que solo se cierran descubriendo cual es el Diseño Divino que le ha dado el permiso de tocarnos tan de cerca.
Pero, si no existiera la muerte, la que nos marca, la que nos duele hasta gritar ¿Cómo podríamos percibir y realizar, en su más profunda manifestación, la antítesis de nuestra eternidad? Ese tirano que nos roba, por momentos, la gnosis de lo infinito. Ese dictador, egoísta, que posee el poder de doblegarnos, de pararnos, de empujarnos. El único enemigo, en nuestra dimensión de la eternidad que nos define.
El Tiempo.

¿Cuánto es un día para una mariposa?

¿Un minuto para un sentenciado a muerte?

¿60 años para un operador del Cielo?

Y aunque sobre el tiempo podríamos hablar de su no linealidad, de su no existencia, o su carencia de sustancia, sin embargo, el Tiempo es el gran subestimado en nuestra realización de la eternidad.
La muerte nos hace tenerlo en cuenta, pensar en él, en su transcurrir. En todo aquello que fue mientras pensabas que eras libre de él y en lo que nunca llegó a ser porque creías que podías usarlo a tu antojo, entonces inevitablemente conoces las cosas que podrían haber sido. El tiempo sabe cuánto de él poseemos y que puede pararse para nosotros y detener nuestra existencia en la Tierra a su antojo.
Solo la muerte es quien puede desnudar aquello que el tiempo nos roba y hacerle proyectar la sombra, que ha ido dibujando en nuestro camino, cada ser con el que vivimos, nos encontramos y operamos en este mundo.
Hace poco la muerte y el tiempo se dieron la mano y Filippo partió dejándonos a todos aquí en la Tierra, nuestra trinchera. Al dolor lacerante en la carne que sufre nuestro amigo Giorgio, se sumó el del espíritu por el repentino adiós y el de la sorpresa, porque a veces las sorpresas también duelen.

Cuantas preguntas, vacíos, dolor, nostalgias, recuerdos, proyecciones, provoca su partida. En su familia, en su hermano y en todos nosotros, aquellos que compartimos el Mensaje con el e hicimos de esta Obra, la razón de nuestra existencia. Aun cuando, a veces el camino para llegar era el mismo y otras parecían ser senderos paralelos. Pero una única Verdad nos une a todos los caminantes de esta Obra hacia la misma meta luminosa y brillante.

La muerte nunca es un castigo. No lo es para el que parte y mucho menos para quienes se quedan. La muerte de Filippo es una necesaria oportunidad de observar las sombras que su andar ha dibujado en nuestra Obra.
Su muerte fue un regalo para nosotros de la manifestación del tiempo. Del tiempo que nos apremia más que nunca. De un inicio o un fin, no importa cuál de los dos, porque lo eterno los vuelve una sola cosa.

Una Señal arrolladora sellada por el sacrificio de la que no creo seamos del todo conscientes. Porque la supervivencia de una madre a un hijo es un acto en contra de la ley natural de la vida, por lo tanto, si fue necesario romper esa ley, entonces es porque era necesario transformar esa muerte en sacrificio. Misterios del TODO. Por el resto, está el Cielo.

Es una respuesta infinita para quienes tengan la humildad de aceptarse a sí mismos, el haberse hecho la pregunta. Es, imperiosamente, un regalo Divino de la Gnosis que nos honra y nos responsabiliza.
El tiempo poco a poco busca devorar nuestra eternidad, nuestras consciencias ya debilitadas por el mundo y vomitarnos en la oscuridad del No Ser. Perderlo, divulgando la Gnosis solo por amor a la Verdad, por fidelidad a una promesa o para honrar un nombre manteniendo vivo un recuerdo, sin la lucha, sin el compromiso, sin la intervención fuerte en nuestra sociedad, no solo lo hará cada vez más fuerte en contra de uno, sino que desvirtuará sutilmente la razón del aterrizaje de nuestra Obra en la Tierra. La Justicia.

Su partida, tiene forma de invitación, de un último llamado a nuestros hermanos Giovanneos dispersos en los meandros de los prejuicios, de las metodologías, las incomprensiones, la posesión de un mensaje y los egos.
Con los cuales, no somos enemigos si no estamos juntos, ni siquiera estamos unos contra otros, pero si no estamos unidos, gran parte de nuestra Tribu perecerá.

La partida de Filippo es un regalo que deja en evidencia para todo aquel que quiera y pueda ver que el momento es este, estamos en las puertas del fin y el tiempo es nuestro gran enemigo. A veces me parecería escucharlo, desde allí, desde donde esté, que nos grita con fuerza, con esa voz que lo caracterizaba: ¡ESTAD UNIDOS! ¡ESTAD UNIDOS!
Ahora más que nunca esa expresión repetida continuamente en estos 50 años en los mensajes del Cielo, por el Padre, por los hermanos de las estrellas a Eugenio, por Eugenio mismo y finalmente por Giorgio es plasmado con una partida.

Gracias Padre, gracias Filippo.
Erika Pais

17 de octubre 2022

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