EL GRAN ÁGUILA DE JUAN SOBRE EL ETNA EN LA SEÑAL DEL RENACIDO

Representa la gran comunidad de Juan que deriva del apóstol Juan. Desde los primeros tiempos del cristianismo se creía que el símbolo del águila, con su visión descrita en el Apocalipsis, habría contemplado la Luz Verdadera del Verbo. También descrito en el cuarto evangelio, el águila podía mirar directamente a la luz del sol.

En la iglesia de Juan hubo quienes afirmaron que él ha transmitido sus enseñanzas de generación en generación hasta nuestros días, o hasta nosotros.

NUESTRA HERENCIA

UNA VERDADERA HISTORIA
Por Giorgio Bongiovanni

Cuando una persona muere, deja tras de sí el recuerdo que vive en la memoria y el cariño de las personas que la conocieron y amaron y en el valor de sus obras.
A veces el espíritu que sale del cuerpo fue y es, un ser especial que abrió nuevos caminos, marcando una época y dejando huellas imborrables en la historia de la humanidad. Esto no siempre es entendido por la sociedad durante su vida. Muchas veces sólo el tiempo y los hechos han permitido comprender la grandeza de lo que han dicho y hecho. Eugenio Siragusa pertenece a esta categoría de hombres. El 27 de agosto de 2006 murió Eugenio Siragusa, pero como siempre había enseñado: “la muerte no existe”. Su espíritu se liberó del cuerpo a los 87 años en su casa de Nicolosi, al pie del volcán Etna. Sus extraordinarios encuentros con seres de otros mundos y los mensajes que le fueron encomendados y difundidos por el mundo, marcaron la parte final del siglo pasado, dejando un legado de gran importancia visible hoy también en el trabajo que algunas almas continúan realizando.
Entre estos, también nosotros, que lo conocimos de cerca.
Pero, ¿quién era Eugenio Siragusa y qué ha vivido realmente?
Son alrededor de las diez de la noche del 30 de abril de 1962, el catanés Eugenio Siragusa se encuentra en un estrecho sendero del Monte Sona Manfrè, un cráter extinguido al pie del Etna, el volcán más grande de Europa... Al avanzar tiembla y suda de emoción, de repente ve dos seres frente a él. Estan vestidos con trajes de formas extrañas, parecidos a trajes de vuelo, una suave luminiscencia los envuelve... Vienen de otros planetas y tienen una importante misión que cumplir... Proyectan un rayo de luz sobre Eugenio que inmediatamente lo calma ..
“…Eran dos personas, al borde de la cuesta, eran hermosos, y me dijeron textualmente: “Hijo, te estábamos esperando…”
Le dictan un mensaje para ser enviado a los Jefes de Estado y a los hombres más importantes de la tierra. El mensaje contiene un llamamiento al cese inmediato de los ensayos nucleares y a la realización de una unión fraternal entre todos los pueblos de la tierra. Si el hombre hace esto, los extraterrestres dicen estar dispuestos a manifestarse públicamente al mundo y otorgar una ayuda científica y tecnológica capaz de proyectar a la humanidad hacia un futuro de progreso espiritual y material inimaginable. No era la primera vez que Eugenio Siragusa dialogaba con seres del espacio exterior, pero sí la primera vez que los conocía físicamente... esta increíble historia comienza unos doce años antes.
"Mi experiencia comenzó el 25 de marzo de 1951. Era de madrugada. Estaba en la Piazza dei Martiri, tenía que esperar el trolebús que me llevaría a la oficina. En un momento determinado, mirando hacia el cielo, vi un globo terráqueo luminiscente, de este globo salió un rayo que me golpeó y tuve la profunda sensación de haber sido completamente redimensionado, es decir, no me sentía como antes.”A partir de ese momento, su vida no volverá a ser la misma. Una voz comienza a escucharse en su interior, dice que se llama Barath: lo tranquiliza y lo instruye. Se le presentan a su conciencia nociones increíbles sobre geología, cosmogonía y los misterios del espíritu y la creación. "¿Que pasa conmigo?" pregunta Eugenio y la voz responde: "Tu despertar". En su mente aparecen visiones de civilizaciones remotas y olvidadas. Maravillosos tiempos en los que la Sabiduría y el Amor eran el pilar de la sociedad. Eugenio, que nunca había tenido talento para el arte, comienza a dibujar mapas de los antiguos continentes donde habían existido estas civilizaciones y a conocer las causas de su desaparición... Lemuria, Mu, Atlantis, nombres que hoy son sólo un mito se hacen realidad y tangible a su conciencia.Y de nuevo... toca hermosas melodías que tienen un sabor antiguo y arcano al mismo tiempo... crea dibujos y gráficos con un profundo significado esotérico y espiritual. Se le explica la ley de la reencarnación y del dolor como fundamento de la evolución del alma. Toma conciencia de sus vidas pasadas y el propósito de su existencia actual. Conoce el misterio de la redención traída por Cristo y se le revela que hoy vivimos en los tiempos del Apocalipsis de Juan, la era que precede a la segunda venida de Jesucristo a la tierra. Encuentra la confirmación de la realidad de la vida inteligente en millones de otros mundos y la verdad de las visitas extraterrestres a nuestro planeta. Entiende los motivos del Cover-Up, del encubrimiento, del incesante trabajo de ocultamiento de la visita extraterrestre que realizan todos los gobiernos y todas las religiones del mundo. Otros seres no terrestres se le unen posteriormente entregándole su amor y su sabiduría. Así, día tras día, su conciencia se expande y se enriquece con verdades nunca antes reveladas al hombre... hasta que llega al fatídico encuentro del 30 de abril de 1962.
Con este acontecimiento fundamental, que se repetirá decenas de veces, comienza su misión pública en el mundo. Instruido y asesorado por los señores del espacio, con un grupo de amigos y simpatizantes fundó el Centro de Estudios de la Hermandad Cósmica.
La actividad principal del centro es la difusión de los valiosos consejos y enseñanzas recibidos por Eugenio de los habitantes altamente evolucionados de otros mundos. Una evolución extraordinaria, ciencia ficción en ciencia y tecnología, pero sobre todo en valores morales y espirituales. Valores que dicen son fundamentales para la evolución pacífica de cualquier sociedad terrestre o extraterrestre.
Los valores, explican los seres de luz, que encontramos en las enseñanzas de muchos maestros espirituales orientales y occidentales que han venido a lo largo de la historia, pero sobre todo en las de Cristo, el Hijo de Dios. Muchas personas han tenido la oportunidad de leer y escuchar estos valiosos consejos realizándolos y poniéndolos en práctica en su vida personal.

La actividad de difusión del Centro de Estudios de la Hermandad Cósmica se expande cada vez más y Eugenio, incansable, recibe a cientos de personas, participa en conferencias públicas, transmisiones de radio y televisión. La conciencia con la que estos seres hablan de verdades espirituales y de Cristo causa asombro en muchos y Eugenio explica que son los mismos seres que acompañaron a Jesús en su manifestación terrenal hace dos mil años. Su naturaleza no es sólo extraplanetaria sino también multidimensional, seres cuyo cuerpo es pura luz. Angeles, dice, significa mensajero en griego, por lo que son los ángeles de ayer y los extraterrestres de hoy. Esto indica claramente el carácter mesiánico de esta visita. Conceptos asombrosos pero que el hombre necesariamente debe darse cuenta para comprender el por qué de esta visita en este tiempo. Así lo subrayó con fuerza y vehemencia Eugenio Siragusa

El mensaje a los potentes

Pero no sólo el hombre común se siente atraído por la belleza y profundidad de estos mensajes. Hasta los potentes de la tierra se vuelven hacia él reconociendo el gran valor de su obra. El presidente estadounidense Eisenhower, el presidente francés De Gaulle, el papa Pablo VI, por nombrar algunos. En 1971 fundó en Ginebra, Suiza, la sede internacional del Centro de Estudios de la Hermandad Cósmica para difundir las enseñanzas universales recibidas a nivel internacional. En 1972 inició una serie de viajes que lo llevaron a numerosos países de Europa y América Latina. Con el paso de los años los mensajes comunicados a Eugenio Siragusa por los extraterrestres se vuelven cada vez más dramáticos, acusan y señalan las causas y los responsables de los males que azotan al mundo. Sin justicia no puede haber ni paz ni amor, advierten. En la destrucción del ecosistema apuntan a otro factor que aumenta el riesgo de una terrible autodestrucción.
El planeta es un ser vivo, dicen los extraterrestres, y sus elementos Aire, Agua, Tierra y Fuego podrían reaccionar y destruir a la humanidad. Cuídense del uso de drogas, protejan a la juventud, llamamientos sentidos que han caído en saco roto. Apelaciones que Eugenio hizo suyas no sólo en las palabras sino también en los hechos. De hecho, son muchas las personas que han salido de situaciones difíciles gracias a su intervención directa y personal.
Apenas dos meses después, el 23 de noviembre de 1978, Eugenio fue detenido y encarcelado en la prisión de Catania, acusado de delitos nunca cometidos. Muchos amigos y simpatizantes lo abandonan, solo unos pocos creen en su inocencia. Evidentemente, su compañera Miguela y unos cuantos más le siguen siendo fieles.
Algunos demuestran la inocencia de Eugenio frente a la prisión, entre ellos dos niños muy pequeños: Filippo y Giorgio Bongiovanni. Incluso sus amigos cósmicos no permanecen indiferentes. De hecho, durante su encarcelamiento, desde noviembre de 1978 hasta febrero de 1979 y en los meses siguientes, se produjo una de las mayores oleadas de avistamientos de ovnis de la historia. Más de 20.000 informes de avistamientos, la mayoría por parte de policías, carabinieri o agentes del orden, especialmente en Sicilia y también dentro de la misma prisión donde está recluido Eugenio Siragusa. La mayoría de los cargos caen en la fase de instrucción y finalmente es absuelto en su totalidad con plena fórmula porque el hecho no existe. El caso se cerró definitivamente y el 5 de abril de 1982 el juez Giustino Iezzi dictó sentencia de libertad a favor de Eugenio Siragusa. Es decir que Eugenio sale del juzgado de Catania y frente a su juez, totalmente inocente: no había cometido ningún delito.
En los años siguientes Eugenio, siguiendo siempre las indicaciones de los seres superiores que lo contactan, se dedicó a la preparación e iniciación de personas sensibles y predispuestas a la verdad que él revelaba.
El aspecto público de la personalidad de Eugenio Siragusa es conocido y ha fascinado a mucha gente, pero la belleza interior de este personaje brilla incluso en los momentos de mayor intimidad.
Entre las personas que han conocido las preciosas enseñanzas de civilizaciones avanzadas de otros mundos se encuentra Giorgio Bongiovanni que, el 2 de septiembre de 1989, gracias también a la preparación recibida de Eugenio Siragusa, recibe las señales de la pasión de Jesucristo en Fátima: los estigmas.
Eugenio Siragusa reconoce este signo como auténtico y divino y en julio de 1992, ante los representantes de todos los grupos dispersos por el mundo que han apoyado su obra, ante las cámaras de televisión de varios medios, especialmente internacionales, anuncia su retirada de la actividad pública y deja oficialmente en manos de Giorgio Bongiovanni la responsabilidad de continuar la labor de difusión iniciada en 1952.
Eugenio Siragusa, a diferencia de otros pioneros contactados como George Adamski y Billy Meier, no proporcionó mucha evidencia fotográfica y filmada de sus contactos. Son los relatos de los testigos oculares, los mensajes, sus profecías, en su mayoría cumplidas o en proceso de realización, las que constituyen la mayor garantía de la autenticidad y la importancia de su contacto. Sin embargo, no faltaron documentos fotográficos de considerable interés que, en cualquier caso, siempre se realizaron durante los contactos de Eugenio. La serie de imágenes tomadas en 1975 por Antonio Giannuzzi, operador del Centro de Estudios de la hermandad cósmica de Lecce, por indicaciones específicas de Eugenio, constituye una de las mejores documentaciones. En estos podemos ver claramente un platillo volante clásico, un OVNI, pasando del estado físico al de energía-luz. Varias veces, de hecho, el contactado explicó cómo estos Seres pueden manipular la luz y la materia como nosotros manipulamos la arcilla.
Esta fotografía fue tomada en 1969 por el Sr. Tomarchio, fotógrafo profesional de Acireale, ciudad situada cerca del Etna, durante una erupción del volcán, probablemente en la época en que Eugenio Siragusa tuvo un encuentro con extraterrestres.
En los años 60, un grupo de monjes tibetanos le envió una fotografía de un rostro similar al del Maestro Jesús formado en las cenizas de un fuego sagrado. Eugenio dice que es Juan el evangelista, el consolador prometido, pero también una figura astral de Jesús. Jesús y Juan eran muy similares siendo gemelos en espíritu. Por lo que se refiere en cambio a las imágenes de extraterrestres divulgadas por Eugenio, recordamos el rostro anímico de Asthar Sheran y el rostro físico del mismo, que le envió el Círculo Mediano de Paz de Berlín. Cara reconocible idéntica a la vista durante la reunión en el Etna en 1962.
La única fotografía tomada personalmente por Eugenio fue tomada en Catania en 1972, con una cámara Minolta. Muestra un ser extraterrestre llamado Adoniesis. Un ser de luz, un automedonte como lo define Eugenio. De hecho, explica que se trata de un ser de naturaleza androgénica, un ser solar, procedente de una dimensión muy superior a la nuestra, entre la quinta y la séptima dimensión.
La vida por el Cristo
El último período de su vida está marcado por el desánimo de ver a la humanidad caer cada vez más en el caos y la degeneración de los valores más importantes y básicos de la vida. Él ve las peores anticipaciones y profecías que reveló, se hacen realidad con una precisión despiadada. Debido a una creciente divergencia en los métodos operativos de difusión, a partir del año 2000 se desvinculó de Giorgio Bongiovanni. Eugenio revierte sensacionalmente su decisión y ya no reconoce en Giorgio la continuación de su obra pues tiene una visión conservadora, mientras que Giorgio Bongiovanni es más abierto y progresista. Incluso en el pasado los apóstoles tenían disputas. Sin embargo, esto no les impidió dar la vida por Cristo y evangelizar el mundo.
La extraordinaria experiencia de Eugenio Siragusa y el trabajo resultante de ella, han servido para que el hombre comprenda el por qué de la visita extraterrestre y para que finalmente se dé cuenta no sólo de quiénes son, de dónde vienen y qué quieren, sino también y sobre todo, lo que somos y hacia dónde vamos. Gracias Eugenio, nos volveremos a ver pronto un día, cerca de Cristo, el hijo de Dios, para el juicio final.
Bibliografía
Son varios los trabajos publicados sobre la historia y experiencia de Eugenio Siragusa. En particular, los escritos por Victorino Del Pozo y distribuidos en España y Latinoamérica fueron best-sellers. Cabe recalcar que Eugenio siempre ha negado los derechos de autor. Casi todas las publicaciones han sido traducidas a varios idiomas. "Humanidad, ¿adónde vas?", por ejemplo, también se publicó en ruso. A esta lista se deben añadir todos los boletines publicados por el "Centro de estudios de la hermandad cósmica" que han sido traducidos a 6 idiomas. Todos estos textos, a excepción de la trilogía del Pozo, han sido siempre de distribución voluntaria.

Trilogía de Victorino Del Pozo
"Siragusa: mensajero de los extraterrestres" Madrid, 1977 ediz. Barat.
"Siragusa: el anunciador" Madrid, 1979 ed. Barat.
"...y III. Verdad y persecución de Siragusa" 1984 ediz. Barat.
Orazio Valenti, Maria Antonietta De Muro "Los gigantes del cielo" 1984 ediz. NEDI.
Filippo y Giorgio Bongiovanni "El contactado", 1989 ed. Editorial Giannoni.
Orazio Valenti "¿Humanidad adónde vas?", 1993 Franchellucci Editore.
Orazio Valenti "L'Aquila d'oro", 1998. Casi todas estas publicaciones ya no están disponibles a excepción de "L'Aquila d'oro" que se puede pedir a: Eugenio Siragusa apartado postal 25 95030 Nicolosi, Catania. El libro se envía gratis, como oferta voluntaria.

MENSAJES

Reiteramos por enésima vez
Nuestra misión en su planeta tiene como objetivo principal monitorear la involución científica nuclear cada vez más amenazante para la evolución natural del geoide y, en consecuencia, para la estabilidad del sistema solar al que pertenece la tierra. También podríamos haberlos ayudado a resolver los problemas seculares que atenazan su precaria existencia, pero notamos la indiferencia fría y hostil que los anima. No podemos obligarlos a cooperar, a aceptar nuestros acertados consejos y nuestras previsiones sobre el futuro inmediato que les espera si continúan por este camino de locos, pero no podemos, ni debemos, permanecer impasibles e inertes ante sus crecientes destructivas ambiciones capaces de transformar su planeta en un orbe pestífero que emana energías disruptivas mortales en todo el espacio del sistema solar.
Ustedes los terrícolas son libres de elegir su propio destino.
Pero sin comprometer ni arbitrar el destino de otros seres que quieren existir y que han conseguido lo que ustedes no han querido conseguir: la Justicia, la Paz y el Amor universal.
¡Así que esto nunca se les permitirá!
Confirmamos que, en caso de conflicto nuclear, nuestra intervención sería inmediata y con medios impredecibles para usted.
Nuestro diligente embajador y el que lleva los estigmas, Giorgio Bongiovanni, ya ha dado algunas pistas bastante claras al respecto. Esperamos que prevalezca el sentido común corroborado por la sabiduría y la sabia responsabilidad.
Woodok y los hermanos
Por Crystal Bell
Nicolosi, 20 de junio de 1991
"¡Las señales de los tiempos y el día y la hora del juicio!"
Los eventos ya profetizados son de todos conocidos, el día y la hora son desconocidos: ¡podría ser mañana!
Pero la gente no cree y juega, se ahoga en los placeres más salvajes y disolutos, se evade y se deja llevar quebrantando todos los valores morales, espirituales y humanitarios. Envenena su vida con la más inaudita y bárbara violencia, sin mirar el "frio" que está a punto de brotar.
Maravillas que aparecen en el cielo y en la tierra, los sueños "extraños" de los ancianos y el genio espiritual impredecible de los niños.
El deseo de herir se ha vuelto imparable, los artificios de muerte y destrucción se elevan sobre el altar de la vida dispuestos a aniquilarla. La guadaña de la muerte corta las existencias por la faz de la tierra y las fuerzas de la naturaleza se alzan cada vez más amenazantes contra el hombre cobarde y pusilánime.
Prepárense, pues, porque es verdad que el día y la hora del juicio de este mundo están en un tiempo muy cercano.
No me preguntes nada más porque no tengo nada más que decirte.
Pero Giorgio Bongiovanni, con sus estigmas, es el testigo real del anuncio del Apocalipsis.

Del cielo a la tierra
Nicolosi, 24 de mayo de 1991
Eugenio Siragusa