De Erika Pais
Arribo estelar, misión Singular, polvo perfumado de estrellas, de vívidos y desconocidos colores desciende del cielo dibujando el sendero del encuentro inevitable de dos almas que son UNA.
Acontece el tiempo, nostalgia del universo infinito, vivir a medias, incomprensión, angustias, a veces soledad, a veces compañía y una espera.
De repente y cuando el universo, aún entonaba canciones de alabanza por su llegada a la Tierra, una alerta cósmica se dispara hacia los cuatro puntos cardinales.
No fue larga la espera padecida por El Eterno. La respuesta de Su magnífico instrumento alimentó de inmediato a los coros celestiales con hermosas poesías y cánticos de alabanza porque el esposo ya llega y el banquete de bodas comenzaba a prepararse.
Su espíritu ansioso y alerta, interpreta de inmediato las señales.
Su predisposición ancestral a la obediencia Divina y la naturaleza del amor que la une a su gemelo hacen posible una rápida traumatización de su Ser humano y todo comienza a cumplirse.
El día llega y con él, el camino que la conducirá hacia el desierto que deberá cruzar se deja ver encarnado y claramente. Sendero cargado de espinas y piedras puntiagudas que laceran su andar, sin demasiadas manifestaciones solo para ella en los momentos más difíciles, sin grandes señales místicas propias que la guíen, solamente unida a la certeza del llamado, alimentándose de la fe en Cristo y del Verbo del mutante.
Grandes y difíciles pruebas la esperaron desde siempre. Pero ella también estuvo dispuesta a cargar el dolor del Hijo y vivir el sacrificio de la Santa Madre.
Se sentó en el banquillo de los acusados y probó en sí misma la vara con la que hombres y mujeres miden sus falsas morales, administran su hipócrita justicia ética y limitan su ya vacía existencia.
Lavó humildemente con sus lágrimas toda herida que pudiera sufrir en el futuro cualquier otra persona bajo el yugo de nuestra arrogancia. Se dejó aniquilar por cuanto pensamiento, palabra y acción que contra ella pudiera tomar el corazón de quienes la rodeaban y perdonó todo con absoluta devoción por amor y nada más que por amor. Probándonos, de esa manera, que nosotros también podemos hacer nuevas todas las cosas y todas las vidas sabiendo abandonar el juicio y buscando el bien de los demás por encima del propio.
Se vuelve sierva de sus hermanos en su propia casa enseñándonos el valor del servicio. Comparte la educación de su más preciado tesoro en comunidad fundando con la experiencia y desde la base una verdadera familia cósmica trasmitiendo, a pesar de las dificultades y diferencias la alegría de andar el camino aún en la incertidumbre y en el silencio.
Última en sentarse a la mesa se vuelve primera en compartir el pan de la vida.
Transforma su vida, su cuerpo y su ser en un campo de batalla visible para todos, en el que la luz y la oscuridad se enfrentan constantemente disputándose pedazos de lo humano y lo divino; renunciando a su propia privacidad para que la batalla deje en evidencia frente a nuestros ojos la coexistencia real de estas ambas cosas en nuestra Obra y ser un ejemplo vivo de cuán importante es el equilibrio entre ellas. Y que, así como lo Divino supera lo humano en sus batallas, debe ser también en nuestras vidas, tal como lo es siempre en la suya, aunque ésta hace mucho que no le pertenece.
El Cielo la ha llamado a ser Pareja, Sierva y consuelo de su Maestro, Mujer militante e independiente en un mundo dominado por hombres incautos e ignorantes, esclava in aeternum de la Voluntad Divina de nuestro Padre, Maestra de sus hermanos y amigos, Fulcro materno del cáliz consagrado que ha hospedado a la expresión humana de Adoniesis entre nosotros, Madre y Esposa de Dios por cuanto El habita en el padre y en la hija indistintamente.
También podríamos rememorar y atesorar cada instante que nos regaló a cada uno, yo podría recordar los miles de consejos, o los cientos de gritos y rezongos que me ha dado, las lágrimas que me ha provocado, los sufrimientos que me negaba a vivir y ella me ha obligado a atravesar y las incontables carcajadas, alegrías y momentos divinos que inmerecidamente me ha brindado. Porque con todos esos dones, sus dones que hice míos, ella me hizo una mejor persona, una mejor madre, compañera, hermana y sobre todo operadora del Cielo.
Podemos hasta detenernos en cada cosa que la caracteriza, sea humana o espiritual, podemos todo cuando de Sonia se trata, fuente inagotable de estrellas. Pero a ella no le gustan los homenajes, ni los elogios, bueno no le gustan muchas cosas…y tiene un carácter con el que te hace saber de inmediato todas las cosas que no le gustan…
Seguro hoy continúan sonando los coros ricos en poesías y canciones que relatan su llegada, el reencuentro con su Esposo y Maestro, la unión eterna de sus almas y el final de nuestro tiempo, que es el inicio de uno nuevo. Ojalá en la eternidad del tiempo, cuando se hable de esta era, se recuerden estas palabras que quisieron relatar una historia y homenajear un nacimiento.
Gracias eternamente.
Erika Pais.
Adjuntos:
22-12-21 Su presencia en todas las cosas las hace nuevas frente a nosotros
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24-07-21 La Vida es Dios
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13-06-21 Erika relata la vida de un personaje ajeno a este mundo
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03-05-21- La llamada 2a Estación
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28-03-21 La llamada 1a Estación
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08-03-21 La Voz y la Cruz
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