EL BAUTISMO DE CRISTO NUESTRO REY

Marcos comienza su Evangelio no con la historia del nacimiento de Jesús, sino con su bautismo. Pero ¿por qué Jesús fue a hacerse bautizar? Jesús no comienza su misión yendo al Templo entre los escribas, sino que decide ir al Jordán. En lugar de elegir estar con "quien manda", se hace compañero de viaje de los pecadores, de los enfermos, de los desesperados. Como siempre dice el Papa Francisco, eligió comenzar de las periferias de la vida. Quiere ser "uno entre los otros", "o el último entre los últimos".

El bautismo de Jesús ilumina nuestro bautismo. Cuando también yo, como Jesús, "me pongo en fila" con los más débiles, cuando me ocupo de los que me rodean, cuando no permanezco indiferente ante las injusticias, también para mí "se abren los cielos" y experimento lo divino que está en mí. Ese es mi verdadero bautismo.

El bautismo no es un rito mágico de purificación que me garantiza el “pase” para ir al cielo. "Id y bautizad" no significa que deba obligar a todos a inscribirse en el registro de la iglesia, sino que debo ayudar a todos a convertirse en "personas libres" que aprendan a saber conjugar siempre, el cielo con la tierra, la fe con la vida.
Como cristianos no podemos quedarnos como "espectadores" de la vida. También nosotros, como Cristo, debemos "dejar" nuestras comodidades y "sumergirnos" en las aguas de las periferias de la vida, donde están los que han perdido la esperanza y les cuesta vivir.

"El Bautismo de Cristo" es otra pintura decididamente ambigua, especialmente en la parte superior, donde hay un extraño objeto circular del que descienden rayos que golpean a Jesús y a Juan Bautista, al mismo tiempo que tiene lugar el bautismo de Jesús. La obra fue realizada en 1710 por el artista Aert De Gelder, quien decidió representar al "Espíritu Santo" en esta forma insólita.

Muy a menudo, del examen de las pinturas de los pintores de los siglos pasados, se notan detalles impactantes y misteriosos que para muchos estudiosos demostrarían que los extraterrestres ya han aterrizado en la Tierra durante miles de años. Esta situación también reapareció con el cuadro de Aert De Gelder, pintado en 1710, hace casi 300 años. Según los estudiosos de los ovnis, la imagen contendría evidencia de que los E.T. habrían presenciado el bautismo de Jesús.
El objeto en cuestión aparece metálico con una forma muy similar a la de un platillo volador, circular y luminosa.


De hecho, podría ser que este cuadro quisiera comunicar a la posteridad que Jesús estaba ligado a los ángeles (EXTRATERRESTRE HOY) y sobre todo que eran de origen E.T. Además, la pintura de De Gelder fue pintada antes de la invención del vuelo y antes del incidente de Roswell, que inició la serie de avistamientos de ovnis en el siglo XX.

El Bautismo de Cristo (Piero della Francesca) 1445, Londres, National Gallery

Según la obra maestra de Piero de la Francesca, presenta, en el centro, la figura de Jesús, coronada por la paloma, símbolo del Espíritu Santo. Cristo está flanqueado a la izquierda por un árbol, símbolo de la vida que se regenera con la venida del Salvador, y a la derecha por Juan Bautista, vestido con una piel andrajosa. El Redentor se muestra de frente, inmóvil, con las manos juntas y la mirada humildemente baja. La perfección de su cuerpo y su postura rígida y austera lo asemejan a una antigua estatua griega.

Consideraciones: Note en la pintura de Piero de la Francesca, nubes lenticulares en el fondo del cielo y a la izquierda los tres ángeles que presencian el evento.
La composición de la escena también es muy rigurosa y guiada por la geometría y las matemáticas. La mesa se compone de hecho de un cuadrado coronado por un semicírculo, en el centro del cual el artista colocó la paloma, cuyas alas se extienden a lo largo del diámetro. En el eje vertical se distribuyen paloma, mano y copa del Bautista, cuerpo de Cristo, cuyo ombligo coincide con el encuentro de las diagonales del cuadrado. El vértice inferior del triángulo equilátero formado por el lado superior del cuadrado coincide con los pies de Jesús; el otro triángulo equilátero, el construido, en cambio, desde el lado inferior, tiene el vértice en la mano del Bautista. El pentágono construido dentro del cuadrado contiene la mayoría de las figuras de la composición. Finalmente, el árbol de la izquierda se coloca en correspondencia con la proporción áurea.

Piero de la Francesca, El Bautismo de Cristo, 1448-50. Detalle con los tres ángeles.

Otros estudiosos han interpretado de manera diferente a los tres ángeles, uno de los cuales está vestido de blanco, rojo y azul (colores divinos y trinitarios), como la alegoría de la Trinidad; encarnarían, de izquierda a derecha, el Padre, el Espíritu Santo y el Hijo. El artista habría escogido, pues, la iconografía bizantina de la Trinidad basada en la aparición de los tres ángeles a Abraham, en los robles de Mamre, y que el pintor ruso Andrej Rublëv había propuesto magistralmente, unos años antes, en uno de sus íconos más famosos. Por otro lado, el último ángel está parcialmente cubierto por el árbol que reconocemos como un nogal, planta que tradicionalmente simboliza a Cristo.

Andrej Rublev, Icono de la Trinidad, 1422 ca. Témpera sobre madera, 142 x 114 cm. Moscú, Galería Tretiakov.

Juan B. dijo que el bautismo como señal de arrepentimiento tenía como meta el perdón de los pecados. El bautismo es por lo tanto:
-Primero que nada, significa "cambiar de opinión", decidir que lo que uno hizo estuvo equivocado: es decir, confesar el mal. En segundo lugar, es un compromiso de no volver a hacerlo, no sólo de cambiar de opinión sino también de cambiar de vida, de vivir de otra manera, de manera justa: es decir, dar frutos dignos de arrepentimiento.
Les expreso mis más sinceros deseos de un buen comienzo de año en paz, justicia y amor.

En fe y con amor,
Francesco La Turraca
26 de diciembre de 2022

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