De Thierno Mbengue

Siempre he odiado las fiestas. La Navidad, el Año Nuevo y la Pascua siempre me han despertado ese sentimiento de melancolía que me lleva a la tristeza. Como musulmán, siempre he odiado todas y cada una de las fiestas que me obligaban a enfrentar ese vacío que ha caracterizado mi alma durante tanto tiempo.

Desde cuando no está mamá, eso es más o menos desde que tengo memoria, nunca he tenido un sentido de pertenencia a este mundo, siempre me ha faltado algo, a veces pensaba que era la familia, porque mi padre nunca fue el que quería y mi madre no estaba, otras veces pensé que eran los amigos porque nunca me sentí yo mismo con quien fuera.

Luego llegaste Tú, como un relámpago en cielo sereno. Recuerdo la primera vez que vi tus ojos como si fuera ayer, recuerdo esa sensación de paz y pertenencia que sentí quizás por primera vez en mi vida y que siento cada vez que pienso en ti y te veo.

Llegaste con tu hija, la loca suelta que todos llamamos Sonia Tabita, dos seres de luz traídos a este mundo para conducirnos a nosotros miserables a la salvación.
Han llegado ustedes y en el lapso de un año han convertido a este jovencito pequeño e insignificante que ha perdido el camino, en una nueva persona

En esta Navidad, que por primera vez amo y me hace saltar de alegría, quiero agradecerte Giorgio, Maestro, Comandante, PAPÁ, por repararme, como lo has hecho con esa estatuita de Cristo llorando que me has regalado ayer.
Quiero darte las gracias porque por primera vez en mi vida siento esa necesidad, ese deber de estar vivo, de poder representar a mis hermanos, de estar a tu lado, de ser tu soldado.

En esta Navidad, mi primera Navidad real, que simboliza el nacimiento de Cristo, quiero leerte estas líneas como muestra del amor y la devoción que siento por ti.
En esta noche por primera vez presencié personalmente tu mayor sufrimiento que sigues experimentando durante tantos años, te escuché decir: "Tengo miedo de decepcionar al Señor", tú que tanto sufres por nosotros, por nuestra misericordia, por nuestra necedad.
Por enésima vez que has sangrado, has sufrido para expiar nuestros pecados.

Quisiera intentar aliviarte de este dolor, sostener una pequeña parte de tu cruz que llevas cargando de hace tanto tiempo, así como tú has asumido todas nuestras cruces.
Siento de escribirte estas líneas, para agradecerte, aunque las palabras no sean nada, y nunca podrán demostrarte cómo querría mi gratitud.
En este largo año a través de tus palabras, las palabras de Sonia, las palabras de Aaron he conocido un poco más de tu Obra, de las veces que te has anulado en tu vida.

De las veces que te has abandonado por amor "porque quien ama logra vencer al mundo, y no tiene miedo de perder nada ya que el amor verdadero es un acto de total abandono"
y tú con tu Amor, aquel con mayúscula, que sientes por Cristo, lo has abandonado todo, desde la familia hasta tu persona.

Doy gracias al Cielo, agradezco a mamá que con su "abandono" me llevó a ti, agradezco cada pequeño sufrimiento que pude haber sentido consciente de la insignificancia que tienen porque me hicieron pedazos para que tú pudieras reconstruirme, moldearme a tu antojo, agradezco al Padre que me llevó a Sonia, cáliz viviente de la Comunión Crística, a esta Familia.

Y con estas palabras quiero volver a prometerte mi fidelidad, mi vida para que sirva a tu obra, la obra de Cristo.
Te amaré por siempre
Por darme una familia
De hijo a madre
A MI ESTRELLA POLAR
Thierno

Adjuntos:

08-07-21 Carta a mi madre

https://www.thebongiovannifamily.com/mensajes-2021/9657-carta-a-mi-madre.html