De Luigi Benedetti
Matteo 5: 6 "Bienaventurados a los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados"
Hay ocasiones, momentos especiales, en los que los santos, misioneros y operadores de paz se reúnen para celebrar y hacer memoria del sacrificio de los mártires de nuestro tiempo.
Son soldados de luz, chispas solares, guías enviadas desde el cielo. Viven en medio de nosotros y caminan por las calles del mundo. Puedes conocerlos en las plazas donde se grita justicia, en las aulas donde se busca la verdad o en los vecindarios donde se lucha día a día.
No es difícil identificarlos. Sí, es cierto, pueden tener formas de actuar y ropas diferentes. Los puedes encontrar, por ejemplo, detrás de una sotana sucia de sacerdote, pero también detrás de una larga toga del magistrado, o en el papel de una madre que toma con fuerza la mano de su hijo, asesinada un día, así, casi por diversión. Un juego despiadado y cruel. O en una agenda en alto, que habla por sí sola, que tiñe de rojo calles enteras e incita a decenas, cientos, por qué no, a miles de soldados de todo género y tipo, todos jóvenes por dentro y con fuego vivo para encender sus corazones.
Puedes identificarlos en hombres aparentemente simples, en personas humildes, vestidas de saco, que no tienen una vida porque se la dieron a los demás, que han creado con sus ideales de perlas de amor, que han elegido la verdad como morada y como misión la justicia. Y, sobre todo, hoy, puedes reconocerlos en tantísimos chicos, en su pasión, en su arte, en su fuerza, en su determinación de tratar de llegar a la utopía.
Estos son los soldados de luz, y puedes encontrarlos cubiertos con una armadura dorada y brillante, capaz de cegar a los que están en la oscuridad. Y es gracias especialmente a esta luz que liberan, que puedes identificarlos y reconocerlos, una luz de amor y de justicia. Mira fijamente sus ojos. Obsérvalos bien. Percibe lo que transmiten sus miradas. No podrás hacer nada más que bajar la cabeza y decir "Estoy con vosotros".
Estos son los soldados de la luz, y puedes encontrarlos donde quiera que corra la sangre de los mártires.
También este año, la convocatoria para todos nosotros ha sido clara: apoyar el trabajo de estos hombres justos que con coraje y abnegación están revelando páginas y páginas de verdades ocultas y secretas, escondidas en los cadáveres de nuestras instituciones.
Aterrizamos en el aeropuerto "Falcone Borsellino". Así lo nombraron oficialmente. Dos figuras que por la ciudad han dado la sangre, por la patria entera han dado la vida, en modo que las futuras generaciones puedan tener de este sacrificio las armas para derrotar al poder de las organizaciones criminales de una vez y para siempre. La vida tiene sus flujos y reflujos, desde siempre, y así por siempre será. Se derrama sangre de modo que en el futuro no se derrame más sangre. El ejemplo máximo ocurrió hace unos dos mil años, cuando nuestro amigo y maestro de Nazaret derramó su sagrada linfa vital para toda la humanidad. Dios que vierte sangre por nosotros. Este sacrificio no está terminado, todavía está en curso. Yo veo a Dios derramar sangre todos los días. Los asesinatos de estado que ha visto como víctimas a Falcone y Borselino, son una clara demostración, pero podría agregar muchos otros, de cómo Cristo esta ahora derramando sangre por esta humanidad. Derramar sangre a fin de que en un futuro no se derrame más.
Lamentablemente, esta ley divina no se respeta. Existen mentes refinadísimas, los llamados "cerebros monstruosos que gobiernan el mundo", que se han infiltrado en las instituciones de máximo poder y hacen de todo para que esta sangre siga siendo derramada. Ellos se nutren de esta sangre y hacen su fortuna y su dinero con el sacrificio de los mártires. "Sigue el dinero y encontrarás la mafia", la lección de Giovanni Falcone es siempre muy actual, ya que es el dinero el que alimenta al sistema criminal integrado, el sucio y maldito dinero que representa la sangre del anticristo.
Todos nos alojamos en el centro de Palermo. La ciudad de Palermo no tiene medias a medio plazo, te habla en modo claro. ¿La odias? ¿O la amas? Una ciudad llena de contradicciones que hace de estas, precisamente, su fortaleza. Los contrastes pueden verlos en los colores de los vecindarios, en los sonidos de las calles, en las palabras de la gente, en el calor del aire y en el azul del mar. Para entender a Palermo, tienes que sumergirte en todo esto y dejarte llevar por su caos. Desde siempre Sicilia ha sido la encrucijada de las más diversas y variadas culturas y etnias de la Tierra, y es esto justamente lo que le ha dado una energía intensa y vivificante. No es por casualidad que la tierra de SICULA sea el principal campo de batalla del enfrentamiento entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, el tablero de ajedrez en el que se juega la movida final. Palermo, en particular, representa la Jerusalén de nuestros días.
Nos encontramos en la tarde del 17 de julio en Villa Trabia, donde tiene lugar la conferencia organizada por la revista anti-mafia dos mil. Y es aquí donde comienzan a mostrarse los soldados de la luz, algunos entre público, otros en la mesa bajo los reflectores, con el micrófono en la mano. Los reconoces, te emocionan porque te muestran la verdad. Sus palabras son como piedras. Marcados con lógica sabiduría, llegan y hablan al espíritu.
Se las arreglan para hacer espacio en el caos, reordenando, mano a mano, todas las piezas del enorme rompecabezas que desde hace demasiado tiempo, ha sido dejado de lado por aquellos que desean ocultar los hechos. Los soldados de luz pueden explicar en modo experto con su sabiduría cómo el sacrificio de Cristo está ahora en acto. El Sanedrín sigue conspirando contra Él y se ha aliado con el poder para silenciar la verdad y matar a los que intentan llevarla a la luz.
El atentado de Via D'Amelio a Paolo Borsellino se está cumpliendo día a día. Comenzó en julio de 1992, pero todavía tiene que terminar. La masacre avanza día a día, porque aún no se ha alcanzado definitivamente el objetivo. Y el objetivo es la distorsión y el encubrimiento de la verdad.
Por siempre. El atentado continúa dentro de los palacios de la política, con gobiernos cada vez más corruptos y farsantes, que ya no se limitan a traicionar a los votantes, sino que hoy hacen del engaño su verdadera arma. Lobos disfrazados de corderos. El atentado se lleva a cabo todos los días en las cárceles, entre las filas de la policía y en una parte del poder judicial. Se infiltra como el humo de Satanás dentro del estado para silenciar a aquellos que quieren hablar y para exaltar a los que quieren despistar. Hoy en día, para atacar a la verdad puede ser muy importante, nuestro amigo de confianza, nuestro estado desviado que está listo para atacarnos por la espalda, tal como lo hizo con Paolo.
La masacre de Via d'Amelio hoy también se juega para cortarles los pies a los verdaderos y valientes magistrados, aquellos que dan fastidio al poder porque son hombres libres y no temen decir toda la verdad. Aquellos que descubrieron las verdades en las piezas faltantes que van a componer el gran rompecabezas de los sistemas criminales integrados. Todo esto lo han explicado con maestría estos soldados solares durante la hermosa conferencia a cientos de personas, a través de las palabras y las imágenes de video que llevaremos siempre adentro, y que se asegurarán de que en el futuro ya no se derrame la sangre de los mártires.
La tarde del 19 de julio nos encontramos en la Via del Martirio. Una escala fija ahora, para mostrar al mundo que son muchos los que han abrazado las armas de la Unión, la información y el activismo para llevar adelante la resistencia. Una parada fija, sí, casi una liturgia. No solo las fuerzas del mal tienen sus rituales, también el bien tiene los suyos propios.
Pero estos no son como los suyos, bañados de sangre y dolor, más bien están impregnados de amor, sacrificio, lucha diaria contra las injusticias, batallas agotadoras contra poderes fuertes, solidaridad y ayuda a marginados y a los que sufren. Y estos encuentros, estos momentos de recogimiento representan la proyección material de lo que sucede en los planos astrales y espirituales, donde está en juego la verdadera batalla. Hay un universo entero de los seres angelicales que luchan contra las fuerzas del mal e inspiran y guían nuestros pasos, a través de también de sus mensajeros aquí entre nosotros. Y en situaciones como estas, se encuentran varios.
He tenido el placer de darle la mano a uno de ellos. Me encontré con su mirada y se me cayeron las lágrimas porque vi toda su vida dedicada a los derechos de los oprimidos, las víctimas de la mafia y de los últimos. Y es el que luego se emocionó y nos agradeció, porque vio a los jóvenes animar esta calle tan maltratada. Tenía cabello gris, habito negro largo, un crucifijo en su pecho y Cristo en el corazón.
Me encontré con otro poco después. Se detuvo con su escolta ante mí. Tenía en su rostro la responsabilidad y la preocupación de aquellos que entendieron haber entrado con ambos pies en una batalla a muerte, de aquellos que se dieron cuenta de que ya no es posible volver atrás. Pero también lanzaba ese deseo de justicia y de coraje para ir hasta el fondo cueste lo que cueste. Cabellos canosos, vestido elegante, una toga en la espalda y dos guardias de protección.
Pero había muchos y muchos más. Una mujer, muy pequeña pero tan imponente al mismo tiempo, ante la cual cualquiera se inclinaría y bajaría la mirada. Ojos de fuego, de los que ya han ganado la propia batalla porque sabe que nada y ninguno podía detener sus pasos. Su mirada orgullosa, que intimidaría al asesino más cruel y despiadado, incluso aquellos que tienen un corazón tan endurecido que pueden llamar por su nombre y disparar a la cara de un niño. Una madre que cada día, resucita a su dulce hijo, que ahora es parte de su mismo espíritu.
Finalmente, un soldado para mí tan querido. Más que un soldado, un comandante. Lo he visto abrir el paso de la calle como un asalto a la trinchera enemiga, lo vi hacer entrar a sus hermanos y protegerlos de todos y de todo. Lo he visto animar a una multitud entera de personas esperando a un líder, un guía a seguir y con quien llegar al final. Lo he visto sufriendo, lo vi majestuoso, lo vi llorar de la emoción. Lo vi sacrificarse todo él mismo, toda su vida, todo lo que lo rodea para instaurar la verdadera justicia en esta sociedad. Yo lo vi. Cabello gris y barba, una estrella en su pecho y cinco rosas rojas en su cuerpo.
En la tarde del 20 de julio, estamos de vuelta en Via d'Amelio. La última etapa de la misión incluye varias actuaciones musicales y el espectáculo teatral "El peso de la sangre" a cargo del movimiento cultural internacional OurVoice. Un espectáculo que dejó a todos con la boca abierta, sin palabras, tanto por la profundidad de los temas abordados como por la fantástica interpretación de los actores y bailarines.
Una obra experimental que quería llamar la atención sobre el peso de la sangre pagada por los mártires de la justicia, por todos aquellos que han pagado con la vida, el hecho de ser opositores a los sistemas criminales y las dictaduras de cualquier forma que sean, por todos los que se han comprometido a hacer florecer en este planeta, los altos valores de paz, igualdad, justicia y amor. Por una parte, menospreciada e ignorante que parece casi no pertenecer a esta tierra, una sociedad callada e inmóvil a los diversos atentados y a los diversos crímenes importantes que por fuerza de cosas han cambiado la tendencia de la historia y el destino de nuestras vidas, ninguno excluido
Por otra parte, la esperanza y la memoria de aquellos que intentan reaccionar a esta realidad oscura, de aquellos que aún no se resignan a vivir en las leyes brutas de la mafia y aquellos que intentan cada día una forma de contrarrestar esta triste tiranía , sutil, casi invisible, pero constante y determinante al mismo tiempo.
La sangre de los mártires tiene un peso que debemos soportar, cada uno de nosotros debe llevar una parte. No podemos hacerla derramar en vano, no podemos ignorarla. La sangre de los mártires también es nuestra sangre, porque todos estamos vinculados por los valores universales que nos hacen hermanos.
La linfa que fluye en mí es la que fluye en mi prójimo, porque está compuesto por los mismos ideales de la verdad y justicia. La sangre de Falcone, de Borcelino, de los hombres de la escolta y de todos los mártires es también nuestra sangre. Hay un solo tipo de sangre que puede hacernos a todos hermanos: se llama verdad y justicia. Una única y verdadera sangre que alquimiza nuestros espíritus y nos hace soldados de luz.
Isaías 32.17 "El efecto de la justicia será la paz, fruto del derecho una perenne seguridad "
Con amor,
Luigi
Gubbio 22.07.21
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