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testa 2016enespañol
uomonuovoDe Annamaria Iurlaro

Vivimos en una era de transición: maravillosa, terrible, genial. Podemos considerarnos espectadores afortunados de la época y, más aún, protagonistas afortunados. Afrontar este momento con la fuerza de una comunidad es un regalo precioso: la comunión, la solidaridad, la hermandad son principios sacrosantos de la era de acuario que exige un nuevo paradigma, es decir, un nuevo modelo de pensamiento. ¿Cual pensamiento? Aquel que seamos capaces de proyectar, aquel que nuestras almas sean capaces de construir verdadera y profundamente. Porque el mundo obedece a eso. Sí, el mundo obedece, para bien o para mal, a nuestro pensamiento porque el Universo nos escucha.

¿Y cómo nos escucha? Consideramos que el pensamiento humano es capaz de llegar instantáneamente a cualquier lugar. Es decir, es posible para el hombre sintonizarse con el mundo entero a través del pensamiento, de la misma manera que las ondas de radio transmiten y reciben en el espacio. Las ondas electromagnéticas del pensamiento se propagan sin límites, como flujos de corriente eléctrica, investigadas por la neurociencia gracias a los electroencefalogramas (EEG), a través de los cuales se pudo comprobar que la actividad de las ondas cerebrales está fuertemente influenciada por las experiencias y emociones que vivimos. Las ondas producidas por diferentes individuos son siempre completamente diferentes entre sí, al igual que las ondas producidas por los dos hemisferios del cerebro del mismo hombre, son diferentes entre sí. Sin embargo, en determinadas condiciones emocionales (enamoramiento, fervor idealista, sentimientos mutuos de amistad), los EEG de los sujetos implicados emiten ondas electromagnéticas sincronizadas, que se de-sincronizan si se acerca a ellos una persona ajena al sentimiento expresado por ellos. Las mismas condiciones también ocurren si los individuos se colocan a grandes distancias entre sí.
Es lo que llamamos simplemente empatía (del griego EN = dentro PATHOS = sentimiento) o telepatía (TELE = distante PATHOS = sentimiento).
El hombre siempre ha utilizado técnicas de concentración y visualización para perfeccionar estas habilidades. Esto no significa que haya individuos que, por su naturaleza o por el camino que han recorrido a lo largo de su vida, sean capaces de percibir, escuchar y ser escuchados, por así decirlo, "naturalmente".

Esto no debe hacernos creer que, si nuestra mente no está entrenada o predispuesta, el universo que nos rodea no podrá escucharnos. Recordemos que los niveles vibratorios son infinitos y se manifiestan en múltiples escalas de frecuencia, y que es posible penetrar y percibir los secretos del cosmos a través de la intuición (de Intuir = mirar, ver adentro), esa especie de “black-out” –apagón- de la mente que cada uno de nosotros lo ha intentado al menos una vez en su vida. La idea repentina, el concepto, la respuesta que viene de allí, de ese rincón escondido en el fondo de nosotros y que, de repente, encontrando espacio libre, sin atascos, se presenta y se nos aparece, nos habla porque ha escuchado nuestras peticiones, preguntas que nunca cayeron en el vacío, que nunca se perdieron.

Era un enfoque conocido por los llamados "físicos hippies" californianos de los años 70, quienes sabían perfectamente que dejar la mente libre para ocuparse de otra cosa, con respecto a los temas codificados por sus estudios, relajando la estricta lógica de la investigación científica, deja espacio a la mente y se abre a intuiciones que encuentran un camino más fácil en las mallas-red- ampliadas. Este es el significado del conocido episodio de la manzana de Newton: verdadero o falso, lo que quiere decir es que es más fácil conocer el universo en la libertad del corazón y de la mente que en la rigidez de los cálculos matemáticos.

El universo nos escucha a través de infinitos niveles de vibración, y nos escucha a todos, incluso a los menos "especializados". Por eso es necesario prestar atención al pensamiento íntimo que construimos y expresamos. "¡Presencia en si mismo!" ¡He estado escuchando esto durante décadas! Presencia, atención, momento a momento. Porque el control mental no es solo la adquisición de técnicas fundamentales, sino que también significa no perderse en pensamientos circulares inútiles y dañinos que no llevan a ninguna parte, alimentando la negatividad y quitando energía, terminando por hacer daño no solo a nosotros, sino también al mundo todo. Nuestro poder no se detiene ahí: además de poder comunicarnos con las emociones al unísono, podemos hacer mucho más.

De hecho, durante más de un siglo, la física cuántica ha demostrado lo que ya sabían las filosofías milenarias. Los experimentos con fotones han revelado que las partículas sufren la influencia del pensamiento del experimentador, comportándose como partículas u ondas dependiendo de si se observan o no: los fotones saben lo que piensa el experimentador y reaccionan en consecuencia. También se ha demostrado que cuantas más partículas se observan, más son influenciadas por el observador, lo que nos permite afirmar que la realidad es el resultado de la relación entre el pensamiento del observador y lo observado.

Es como si pudiéramos cambiar el mundo interactuando con partículas subatómicas, cambiando el mundo mismo a través del pensamiento. Aquello a lo que le prestamos atención, sucede. La Ley de la Atracción, enunciada por un par de autores estadounidenses, podría resumirse así: "Eso en lo que te enfocas, es lo que aparece". Es el acto mismo de centrar la atención de uno "eligiendo" hacerlo conscientemente, lo que crea el resultado, que nos permite cambiar la realidad. El primer paso es darnos cuenta de que la elección de lo que observamos es nuestra responsabilidad. Cada uno de nosotros debe ser consciente de que somos totalmente responsables de nuestro universo, atrayendo lo que realmente queremos, en lo profundo de nuestra alma.

Pero, ¿puede todo esto realmente sorprendernos? ¿Podemos realmente afirmar que somos los creadores del mundo?
Un fenómeno de la física cuántica que ha conmocionado a los científicos es el del entrelazamiento, que establece, que dos partículas que han interactuado de alguna manera entre sí, permanecen vinculadas recíprocamente de tal manera que, incluso cuando se colocan a grandes distancias entre ellas, permanecen conectadas provocando, cada una de ellas, instantáneamente, cambios de comportamiento recíprocos, de una hacia la otra (efecto fantasma a distancia).

De manera similar, en un experimento militar, se tomó ADN de un donante, que luego se colocó en una cámara especial para medir su impulso eléctrico. Luego, el donante fue trasladado a una habitación separada en el mismo edificio y sometido a estimulación emocional, por medio de imágenes de algunos videos. Mientras el donante respondía a los estímulos emocionales que se midieron gracias a su impulso eléctrico, el ADN del donante, en la cámara especial, respondía simultáneamente con los mismos, idénticos, impulsos eléctricos: era como si el ADN estuviera perfectamente conectado al cuerpo del donante, como si nunca hubiera estado separado de él. El mismo resultado se obtuvo cuando posteriormente, el donante fue alejado de su ADN a 50 millas.

¡Entretejido, literalmente entrelazando! Todo está conectado, todo es UNO. La física cuántica descubre y demuestra que basta con que las partículas cuánticas entren en contacto, aunque sea por un instante, para que mantengan para siempre una conexión que irá más allá del tiempo y el espacio. Entonces, ¿por qué deberíamos sorprendernos de poder gobernar, crear, modificar el mundo que nos rodea si nos originamos eternamente en el Uno, de dónde venimos? ¿No es el Infinito la expansión de un Único Punto? Todos venimos de una misma fuente y queremos volver a eso. Todo está en él y así todo lo que se manifiesta. Interconectados en el cuerpo, en la sustancia sutil que nos une en el pensamiento, que crea y modifica.
Ya decía Giordano Bruno: "No es la materia la que genera el pensamiento, es el pensamiento el que genera la materia". ¡Nuestro pensamiento crea! ¡Somos creadores, o mejor dicho, co-creadores junto con Dios!
Respecto a las fuerzas que quieren negar la naturaleza divina del hombre, el pensamiento es el arma más poderosa, la que no puede ser detenida por nada ni por nadie, a la que muchas veces no le damos el justo valor, pero que sin embargo, tiene el poder de construir el futuro que queremos.

Es por eso que la fuerza del pensamiento humano acecha a los poderosos, que utilizan todos los medios para oscurecer las mentes y evitar que nos recuerden que una vez fuimos constructores conscientes de nuestra realidad. Pero si cada hombre toma conciencia de la gran fuerza que es inherente a cada uno, ¿qué podría hacer un grupo de personas que orienten su pensamiento directo, afilado y coherente como un láser, en una sola dirección común? El pensamiento común, bien dirigido, de las personas que lo construyen juntas, impregnará al astral con esta voluntad que puede ascender al plano espiritual, identificándose en la misma voluntad de Dios.

Esto significa crear una masa crítica que, por definición, es un umbral cuantitativo mínimo a partir del cual se produce un cambio cualitativo: se alcanza cuando un número suficiente de personas piensa y ve, de la forma más concreta posible, el cambio en la dirección deseada. Y es la calidad del pensamiento la que determina la calidad de las situaciones que atraemos: si la creación en el cielo depende de Dios, en la tierra depende del hombre de buena voluntad, que crea, adhiriéndose a la voluntad divina. Una vez más, la ciencia sólo ha confirmado lo que comúnmente dice el refrán: "Nosotros mismos llamamos las situaciones que nos suceden", exactamente como dice la Ley de Atracción.
De hecho, está comprobado que si, por ejemplo, pienso negativamente sobre mi bienestar físico, activo en el cerebro el envío de una serie de información a todas las células, que desencadenan sistemas de alerta que pueden debilitar mi sistema inmunológico. De la misma manera, pensar negativamente sobre el mundo solo alimenta las condiciones para situaciones negativas, de desilusión, de rechazo.
El hombre no puede evitar intentar probar a través de la ciencia lo que nuestro corazón sabe perfectamente. Pero la verdadera ciencia de la Era venidera, será la divina, cuya clave es la respuesta a cualquier duda: el Amor.

¡Amemos el mundo, imaginémoslo vivo, fuerte, curado y nosotros con él! ¡Aumentemos la frecuencia de la vibración / pensamiento que emanamos! Estemos todos convencidos de hacer realidad el sueño de un mundo mejor, en todo momento.
Jamás reniegues, nunca alimentes pensamientos negativos o uses negaciones en el propio pensamiento y en el habla: solo puede construir negatividad, la que estemos alimentando, consciente o inconscientemente.

Los premios Nobel Bohr y Heisenberg, descubrieron que el Universo existe como un número infinito de posibilidades superpuestas, todas simultáneamente presentes como posibilidad. ¡Todo es posible! Somos nosotros los que podemos elegir qué futuro puede realizar nuestra humanidad. Esto es maravilloso, divino. Si todos tenemos pensamientos de amor y gratitud, el mundo solo puede ir en esa dirección. Es necesario ser responsablemente conscientes.
En palabras de Giordano Bruno: "Nos guste o no, somos la causa de nosotros mismos. Al nacer en este mundo caemos en la ilusión de los sentidos, creemos en lo aparente ... Entonces nos olvidamos de que somos divinos, que podemos cambiar el curso de los acontecimientos ... "
La base del poder creativo es, por lo tanto, el pensamiento.
En esto, “el Arca”, a través de los antiguos y nuevos principios de la Iglesia Giovanea-( la iglesia de Juan)-, tiene la gran tarea de formar una nueva comunidad humana, para el advenimiento de un nuevo orden, que realice la Nueva Era sobre la impronta del mensaje Crístico.

Annamaria Iurlaro
24 de abril 2021

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