De Alejandro Correa

Una imagen emblemática
Una imagen que habla por si sola.
Navidad de 1992. Hace mucho tiempo que vi esta foto, capturada en el Zaire África…

Un estigmatizado frente a Miles de personas, que sufrían una de las dictaduras más violentas y sanguinarias.
De repente, llega un hombre con las heridas sangrantes en sus manos a liberar sus almas con fe y determinación y con la fuerza de la justicia que solo un elegido de Dios puede trasmitir.
Hoy, después de veintinueve años, la imagen me atrapa cada vez que la observo, me impacta el corazón.
Fe, valentía, justicia y el gran amor fraterno que sale de su mirada mezclada con dolor por el sufrimiento de sus hermanos.
Hoy, en el dos mil veintiuno, esta imagen muestra el recorrido de este hombre, amigo de Cristo al que yo le llamo Maestro.
Un verdadero luchador social y espiritual que honra a sus amigos con sus obras.
Hoy esta imagen muestra la esencia de esta obra.
Después de tantos años recorriendo el mundo este hombre de carne, hueso y espíritu solar golpeó la puerta del corazón de todos y en todos lados anuncia el retorno del Rey del universo, el Cristo.

 

Alejandro Correa, Uruguay