Por Francesca Bianchin
Hace poco he conversado con amigos sobre el perdón y el amor manifestados por Jesucristo, y sobre la frase pronunciada por él mientras exhalaba su último aliento sobre esa cruz creada por los hombres, emblema a la vez de muerte y de resurrección: "Dios, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Y bien, ese perdónalos porque no saben lo que hacen, se suele pensar que comprende a todos los que lo habían condenado, a excepción de los apóstoles y los discípulos, pero algunos no están de acuerdo en esto, porque afirman que los sacerdotes sabían lo que estaban haciendo. Al respecto Giorgio Bongiovanni ha dicho repetidamente que los sacerdotes de la época sabían lo que estaban haciendo, y la frase perdónalos porque no saben lo que hacen estaba dirigida a los soldados romanos, a los latinos, a quienes Dios escogió como su nuevo pueblo, por eso Cristo le pidió a Dios que perdone a los latinos, a los que hoy somos nosotros, cristianos latinos europeos y sudamericanos.
La importancia del perdón es la principal enseñanza que Jesús nos ha dado, ya que sólo perdonando a quien te hiere, te aseguras de que no aumente más el karma, tanto para los que cometieron el hecho como para los que de otra manera, con su falta de perdón, con su odio, permanece en el engranaje del Dharma, la ley del universo que luego conduce al Karma, a la deuda.
Para eso está el perdón, para cerrar inmediatamente el ciclo que existe como rueda de la justicia para la humanidad, la Ley de compensación, para cosechar lo sembrado, pero si siembras perdón cosecharás perdón, si siembras odio cosecharás odio.
Luego está también la ley de la justicia que los hombres manejan, pues la ley de la justicia no se ve ensombrecida por el perdón, pueden convivir y deben convivir, pero la justicia es humana, el perdón viene del alma, y por lo tanto se puede y se debe perdonar mientras se aplica la justicia.
Perdonar a un individuo que te ha hecho mal ciertamente no es fácil, pero es la enseñanza que Jesucristo nos dio, es para el bien de nuestra alma, ya que perdonar significa no odiar, no sentir rencor, porque el resentimiento y el odio desgarran tu alma, la corroen, la excavan fortificándola con alambre de púas y la hacen con el tiempo indiferente a las cosas, indiferente a la humanidad, en cambio el perdón libera al alma de estos sentimientos, que de otro modo llevarían a otras vidas futuras, es como un perro que persigue su propia cola, convirtiéndose en vórtices sin fin.
El perdón te da paz, la justicia en cambio te da la certeza de que la sociedad actúa por lo mejor y por el bien de todos, sin importar quién seas, raza o clase social, la justicia es la equidad que actúa sobre la humanidad, el perdón individual es el bloqueo de la ley del Karma.
Algunos dicen yo perdono si me piden perdón, pero así es fácil perdonar ¿no dijo Jesús, si amas a los que te aman, qué mérito tendrás? Incluso los pecadores hacen lo mismo; entonces qué mérito es perdonar a los que piden perdón, el mérito es perdonar incluso a los que no te lo piden, liberar el alma del resentimiento sin esperar una disculpa, esto es lo que Cristo nos enseñó, y no es para nada fácil, para nada simple, pero el perdón es la llave para la evolución del hombre, cuando el hombre haya aprendido a perdonar estará listo para dar ese paso extra que necesitamos para convertirnos en una humanidad mejor.
Y cuando la humanidad sea mejor, el perdón ya no será necesario, porque en una humanidad mejor el mal ya no existirá, sólo en las sociedades donde existe el mal tiene sentido la existencia del perdón, si perdonamos quizás hasta el mal desaparezca, porque ya no tendrá de que alimentarse para vivir, porque se alimenta del rencor, del odio, de la indiferencia, de la venganza, el perdón es romper este ciclo, y eso vino a enseñarnos el que crucificamos, el que vino a quitar nuestros pecados.
No vino a enseñarnos el amor antes que cualquier otra cosa, sino el perdón, muchos son capaces de amar a todo ser humano, si todos los demás no te hacen daño, pero esto hasta que llegue el que rompa ese amor haciendo algo que te llevará al resentimiento, y es ahí que tu amor se desvanece, por fuerte que haya sido, si te matan a un ser querido, el amor que tenías por el mundo entero se termina, y aquí es donde entra el perdón para recuperar aquel amor que tuviste, para no dejarlo morir, porque perdonar también significa no dejar morir al amor, y dejar morir al amor es lo que quiere el amo oculto del mundo, por eso, para él, el perdón es el enemigo más fuerte a derrotar.
En consecuencia, el arma más poderosa que Jesucristo vino a enseñarnos contra el demonio, es el perdón, obviamente junto al amor y a la justicia.
Del Evangelio según San Lucas (6, 27-38)
En aquel tiempo, Jesús les dijo a sus discípulos: "A ustedes que escuchan, les digo: amen a sus enemigos, hagan bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los maltratan. A quien te golpee en la mejilla, dale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dáselo a quien te lo pida; y a quien tome el tuyo, no se lo pidas. Lo que quieras que te hagan los hombres, hazlo también a ellos.
Si amas a los que te aman ¿qué mérito tienes? Incluso los pecadores hacen lo mismo. Y si haces el bien a los que te hacen el bien ¿qué mérito tienes? Incluso los pecadores hacen lo mismo. Y si prestas a aquellos de los que esperas recibir ¿qué mérito tienes? Los pecadores también prestan a los pecadores para recibir otro tanto.
En cambio, amen a vuestros enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada, y vuestra recompensa será grande y serán hijos del Altísimo; porque es bondadoso con los ingratos y los impíos. Sed misericordiosos como misericordioso es vuestro Padre.
No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y os será dado; una medida buena, apretada, sacudida y rebosante se derramará en vuestro seno, porque con la medida que midáis, seréis medidos".
Del Evangelio según San Mateo 6: 14-15
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
Francesca Bianchin
29 de agosto del 2020
Adjunto:
- 18-08-20 Madre Dolorosa
https://www.thebongiovannifamily.com/mensajes-2020/9155-madre-dolorosa-2.html