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bellezzaPor Michela Raddi

La belleza era la virtud más amada y deseada por los seres humanos desde el principio.

La admiraban con encanto y asombro, la adoraban como musa de la vida.

La gente escribía y cantaba sobre ella.

De ella, se leía entre versos de poemas, notas y perfumes.

Inmortalizada en el arte y para siempre.

Cada fragmento de la Creación era su reflejo.

"¡Ah, si tuviéramos un poco de su esencia!"

Los hombres comenzarían a pensar.

"Y seríamos ciertamente más felices".

Al escuchar sus pensamientos, Dios decidió dar a todos una parte de esa virtud.

"Los hombres de la Tierra la guardarán en su alma, y como una semilla, el fruto de la gracia germinará en ellos".

Pero los hombres, cada vez más ávidos e ilusos, usaron su valor para satisfacer cada deseo bajo y egoísta, persiguiendo sus vanas expectativas de felicidad.

En el mundo, todo comenzó a perder su pureza primordial.

Cada forma de vida fue manchada por el egocentrismo.

Un Ángel, que vigilaba la Tierra, ya no pudo soportar el mal que se extendía sobre ella, y descendió entre hombres y mujeres, amonestándolos.

Si no hubiesen escuchado, habrían sido privados de la virtud celestial.

Él les dijo:

“Se os ha permitido mantener parte de lo Divino para cuidar este mundo, para hacer que la Luz de la armonía universal brille donde la niebla del desequilibrio se cierne...

La belleza que se os ha confiado es el instrumento con el que Dios trabaja a través de vosotros, para que podáis descubrir el poder de mitigar el mal.

Belleza es sumergirse en el propio dolor... abrazarlo a pesar de sus espinas punzantes y descubrir cuán delicados, en el fondo, son sus pétalos.

La belleza sabrá secar vuestras lágrimas y os mostrará nuevos comienzos, y si vuestra alma está vestida de sensibilidad, podréis descubrir enormes extensiones de inspiración y, de cada lágrima, podréis obtener una nueva conciencia.

La Belleza en el Amor os llevará a tierras que muchos anhelan, pero que pocos alcanzan. Cada día de esa Vida será una eterna primavera, en la cual el corazón nunca dejará de florecer.

Si cada palabra está imbuida de su naturaleza, la semilla de la paz germinará en todas partes.

En el silencio, ella será una fiel compañera... al escuchar vuestras almas, escucharéis su canción nacer en vosotros. Y encontraréis que la ausencia de sonido también es la Voz de Dios.

No la busquéis fuera de vosotros, en formas cambiantes que den alegrías pasajeras... El castigo será amargo. La desilusión, la tristeza y el sufrimiento no tardarán en perturbar vuestras almas.

Tened ojos que miren más allá de lo que ven.

Es un sentimiento que sabe ir más allá de lo que os ofrece la materia.

Sabed ser contenedores vivientes de los dones del Cielo".

Michela Raddi

10 de junio del 2020

- Las poesías de Michela Raddi:
https://www.thebongiovannifamily.it/poesie-di-michela-raddi.html