Por Marco Marsili
Jueves por la noche: la Asociación Cultural DAL CIELO ALLA TERRA Gubbio abre sus puertas a personas interesadas en conocer el Discurso de los Señores de las Estrellas. Después de más de tres horas de conversación, de preguntas y respuestas, llega el momento de despedirse. Es casi la una de la madrugada, pero antes de cerrar la reunión una señora pide la palabra para una consideración final. Es un alma querida por mi corazón, ha frecuentado durante muchos años a monjes tibetanos y escuelas espirituales orientales, conoce las filosofías de los nativos americanos y está profundamente dedicada a Cristo: es un alma enamorada del conocimiento espiritual y a menudo tiene palabras de sabiduría para ofrecer a quienes saben escuchar.
"En esta reunión te hemos escuchado insistir mucho en la gran Enseñanza de Jesús Ama al prójimo como a ti mismo. Pero me gustaría decir que casi nadie piensa en una Enseñanza que quizás sea incluso mayor que ésta".
Por un momento temí que el discurso pudiera dar un giro inesperado, pensé que quería polemizar. Pero sus palabras delicadas y llenas de conciencia mostraron que mi miedo era completamente infundado: "Sí, a menudo nos olvidamos de las palabras que Jesús pronunció en la Última Cena: Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado". Con voz conmovida, concluyó: "Si lo pensamos bien, este Mandamiento quizás sea incluso mayor que Ama a tu prójimo como a ti mismo, porque no somos capaces de amarnos a nosotros mismos... por lo tanto Jesús nos dijo que debíamos amarnos como ÉL nos había amado, para que pudiéramos seguir Su ejemplo ¡porque nos ha amado MÁS que a sí mismo!
Cuántas veces hemos leído en los Evangelios las palabras sublimes de la Última Cena ... y sin embargo nunca me he detenido a profundizar sobre su significado más impactante: Él, el Inocente, el sin pecado, Él, "el amor más grande de todos los amores", nos amó MÁS que a sí mismo y lo demostró al ofrecer su vida por nuestra salvación, consciente de las terribles tribulaciones que habría de sufrir. Y, de hecho, nos llamó amigos, y dijo que Nadie tiene un amor más grande que dar la vida por sus amigos.
Quizás para algunos pueda parecer trivial, nuestro amado Giorgio ha profundizado repetidamente este concepto fundamental en más de treinta años de reuniones públicas y privadas, hablando sobre los diversos grados del Amor y de cómo el Amor incondicional es la máxima expresión. Pero tengo que admitir que escuchar estas palabras de una mujer a quien habré visto diez veces en toda mi vida, escucharlas en ese contexto, a esa hora tardía, mientras aún estaba impregnado por la poderosa energía de los discursos allí pronunciados, bueno, para mí fue como abrir los ojos al Sol resplandeciente de la más noble verdad crística: ¡amar a los otros como Él nos ama!
¡Qué asombrosa Realización espiritual! ¡Qué maravillosas puertas se abren ante nosotros y dentro de nosotros si solo por un instante podemos captar el significado profundo y eterno de esta Enseñanza luminosa!
Al final de la reunión pude estrechar la mano de algunas personas que extrañamente asistieron a la misma sin que ninguno "de nosotros" los hubiera invitado; entre ellos, la madre de un viejo amigo mío que no he visto en mucho tiempo. Ella y su esposo, cuando eran niños, se encontraban en la India, en Hairakhan, donde en los años 70 vivía el gran Babaji Shiva, y conocieron personalmente a este divino Guru, quien en sus enseñanzas profetizó la condición actual del mundo. ¡Hace poco estuve leyendo algunos de Sus escritos! ¡Desde mi punto de vista, conocer a esta señora fue como recibir la bendición de Babaji! ¡Jay Guru Jay!
Marco Marsili, Arca dell'Aquila POIMANDRES, los Amigos de Fray Francesco.
DEL CIELO A LA TIERRA Gubbio
18 de octubre del 2019
