Por Marco Marsili y Francesca Panfili
Quedará impreso en la memoria de mi corazón el especial encuentro que tuve en una noche de primavera, durante este viaje al corazón de la Tierra: Uruguay.
Lejos de Jerusalén, un hijo de Dios en misión por el mundo recibe el regalo del amor que la Tierra le manifiesta. La Santa Madre lo protege con un manto formado por luminosas piedras doradas ubicadas en el centro de una alfombra preciosa de minúsculos cuarzos de un color violeta celestial, impregnados de amor y de fuerza, la fuerza de las entrañas del Planeta que espera todavía unos breves instantes antes de renacer a una nueva vida y resurgir con sus colores y con sus armonías que hemos perdido, aquí, en la superficie terrestre.
Un Signo muy grande que está cincelado en la piedra de un País, Uruguay, al que el Padre Divino siempre, a lo largo del tiempo, ha bendecido con muchos milagros; un pueblo que desde el comienzo recibió y ayudó a Giorgio Bongiovanni, el Signo Viviente que recibiera en este País los Estigmas en su frente y su costado.
Un País aún un poco distante de las malolientes trincheras occidentales de la opulencia capitalista. Uruguay, hoy, nos regala otro prodigio al que podríamos definir como un Signo en medio del Signo: el encuentro entre el Caliz Viviente de la Comunión Crística y el Espíritu de la Tierra esculpido en la piedra, un designio de María que una vez más llama a las puertas de la Tribu de Juan.
La forma de la Divina Madre presente en una piedra que fue encontrada por Hugo Lucas – un hermano de vieja data de Giorgio – el primero de Septiembre, precisamente en coincidencia con el aniversario de los Estigmas (el 2 de Septiembre). Lucas obedeció a una voz interior que lo alentaba a buscar una drusa de cuarzo que aparentemente tenía muy poco valor y estaba sucia, que sin embargo, una vez limpia, presentó el más dulce de los regalos: una escultura en calcita que representa la figura de la Virgen María, trayendo a la memoria la preciosa imagen de la Aparición de Lourdes.
Fue un momento que quedó esculpido en el aura de la Tierra, que había sido conservado y custodiado por las fuerzas de la Naturaleza, tallado y dibujado por una mano invisible y sensible, por el mismo Autor de la Creación, el Espíritu Omnicreante.
Un mensaje cósmico que salió a la luz desde el vientre de la Tierra y se encontró con el Sol de los Estigmas.
Con la mano envuelta en un simple guante blanco Giorgio acaricia emocionado esta maravillosa piedra y en ese gesto es como si el tiempo se detuviera: un Signo del Cielo dialoga con un Signo que viene de las albas subterráneas de la Tierra... ambos se fusionan en un único respiro de amor que confirma la protección de la Madre Divina hacia esa parte de humanidad que lucha para mejorar el destino del mundo y hacia el mismo Giorgio: un Hijo suyo fiel que resiste a una vida de batallas extenuantes e indómitas en contra del mal de una humanidad que sigue rechazando la Redención, una humanidad a la que él, Giorgio, sigue sirviendo como un antiguo anciano que busca esos últimos corazones que se puedan enamorar de la Verdad de Cristo, para que se cumpla la Misión que el Padre Adonay ha proyectado.
Los Zigos (Espíritus Elementales), manos sabias del Creador, esculpieron esta maravillosa obra cristalina concebida por la Mente de lo No Creado, como un símbolo de verdad y como una alabanza para esta gran alma que guia el proceso de despertar Del Cielo a la Tierra. Este Signo se presenta precisamente en Septiembre de 2017, en el Centenario de las Apariciones de Fátima. Por lo tanto hay un hilo conductor que une este prodigio mariano de increíble potencia con la experiencia de Giorgio, que en el mismo día del descubrimiento de la piedra (el 1 de Septiembre) se encontraba en el santuario mariano de Siracusa, ya que había recibido el llamado de la Virgen para ofrecer una gran enseñanza a los Hermanos que, en todas partes del mundo, han decidido servir en esta Gran Obra.
La Virgen nos ama y nos protege y, para demostrárnoslo, cobra vida manifestándose en formas femeninas doradas. Una madre que reza y que maternalmente envuelve de amor a Giorgio, ayudándolo en su importante Misión y que llama la atención de todos nosotros, los Hermanos que quieren servir en este maravilloso camino.
Una vez más el Cielo nos deja ser testigos de un milagro que se cumple. Lo humano y lo divino se unen, recorriendo todas las notas de esta partitura melodiosa que es la Obra.
Las almas en oración y necesitadas de verdad, dedicadas al servicio, se agrupan a los pies del ejército de Cristo, envueltos por el manto dorado de María Virgen que vela por nuestros espíritus y que consuela el ánimo de los más cansados, de quienes hace años y siglos esperan que se cumpla la bienaventurada esperanza, la santa promesa establecida en el corazón del Planeta. Hoy aparece esta piedra con la Madre de Cristo impresa, pero dentro de no mucho tiempo, desde las entrañas de la Tierra resurgirá un nuevo mundo basado en los dictámenes de la Ley que Cristo nos ha dado, un nuevo mundo constituido por hombres disponibles y humildes al momento de aprender y de poner en práctica las Verdades eternas.
La Virgen aparece aquí, en este pequeño espacio de tierra rebosante de la gracia del servicio, de la dedicación y de la concreción de lo que los Maestros del Cielo nos piden: “TODO POR LOS DEMÁS”.
Pocas veces en la vida nos encontramos con almas tan grandes y raramente podemos ser testigos de la fuerza del Padre y de la superposición de Sus designios. No puedo hacer otra cosa que agradecerle a Dios por esta inmensa gracia y atesorar estos regalos. No podré decir “no he visto”. Ser testigos del Cielo... alegría y responsabilidad se equiparan por su intensidad y se funden en un encuentro que requiere aún más conciencia, fuerza, valor, determinación, humildad y servicio. “Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían” así es como la profecía de hace dos mil años hoy también se cumple.
Las fuerzas de la Naturaleza están al servicio de Aquel que Es.
La bendición del Espíritu Santo se imprime en una piedra para transmitirnos un mensaje que viene del Cosmos. Un Cosmos que está listo para cumplir con la parte final del anuncio mariano: el Retorno de Jesús-Cristo en las nubes con gran poder y gloria.
Dios se manifiesta y grita la verdad al mundo porque Él está en el todo y el todo está en Él.
El corazón de la Tierra habla al corazón de los hombres. ¿Los hombres de este Planeta sabrán escuchar este grito de justicia y arrepentimiento que la Madre lanza a la Creación? ¿Sabrán recibir al Amor más grande de todos los amores?
Con amor para todos los hermanos del mundo
Marco Marsili
Francesca Panfili
20 de Noviembre de 2017
Mensajes y crónicas adjuntos:
- Una vez más Signos de la Madre Celeste
http://www.unpuntoenelinfinito.com/messaggi-celesti/2017/7967-los-signos-de-la-madre-celeste-continuan.html
- El diseño divino fue tallar a la Madre celeste en una piedra artiguense
http://www.unpuntoenelinfinito.com/cronica-arcas/7971-el-diseno-divino-fue-tallar-a-la-madre-celeste-en-una-piedra-artiguense.html
- Ella, siempre Ella, eternamente Ella
http://www.unpuntoenelinfinito.com/cronica-arcas/7968-ella-siempre-ella-eternamente-ella.html