“levantó los ojos hacia el cielo, juntando en signo de oración las manos que tenía abiertas y tendidas hacia el suelo, y me dijo: que “soy la Inmaculada Concepción”.
La joven vidente salió corriendo, repitiendo sin cesar, por el camino, aquellas palabras que no entiende.
Palabras que conmueven al buen párroco, ya que Bernardita ignoraba esa expresión teológica que sirve para nombrar a la Santísima Virgen. Solo cuatro años antes, en 1854, el papa Pío IX había declarado aquella expresión como verdad de fe, un dogma).
Este término no se encuentra en la Biblia, así como el término "Trinidad" no se halla en las Escrituras. Los fundamentos de esta enseñanza, sin embargo, son totalmente bíblicos.
Exodo 25, 8-16 — Con todo esto me harán un Santuario y yo habitaré en medio de ellos. En la construcción de la morada y de todo su mobiliario te ajustarás exactamente a los modelos que yo te mostraré. Tú harás un arca de madera de acacia, que deberá tener ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto. La recubrirás de oro puro por dentro y por fuera y pondrás alrededor de ella, en la parte de arriba, una moldura de oro. También le harás cuatro argollas de oro fundido y se las colocarás en los cuatro extremos inferiores, dos de un lado y dos del otro. Asimismo, harás unas andas de madera de acacia, las revestirás de oro y las harás pasar por las argollas que están a los costados del arca, para poder transportarla. Las andas estarán fijas en las argollas y no serán quitadas. En el arca pondrás las tablas del testimonio que yo te daré.
La antigua Arca de la Alianza fue preparada con gran esmero y cuidado, usando materiales vírgenes siguiendo las expresas instrucciones de Dios. Como hemos visto en los capítulos anteriores, el Arca de la Alianza es una prefiguración de María. Dios no tiene ningún motivo para crear a María con menos cuidado que a aquella, su representación profética de la antigüedad. Por eso tenemos la seguridad que la gracia de Dios se manifiesta en su plenitud en María, con la perfección que el Arca antigua prefigura.
Génesis 1, 27 — Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
Eva, la primera mujer, el arquetipo femenino del Antiguo Testamento, fue creada sin pecado original. Así también fue creada María, quien es el cumplimiento completo de ese modelo en el Nuevo Testamento como la nueva Eva. María tiene una importancia mucho mayor que Eva en la historia de la salvación y por eso Dios no le dio una forma inferior a aquella primera mujer. No es posible que el cumplimiento sea de menor calidad que su prefiguración. Tampoco se puede pensar que la "nueva arca" que daría vida humana al profetizado Emanuel estuviera manchada por el pecado original, siendo que su modelo, el Arca del Pacto, fue construida con materiales preciosos e intachables.
Lucas 1, 26-28 — Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".
El ángel Gabriel alaba a María con su saludo. La palabra griega original (kejaritomene) que se traduce al castellano como "llena de gracia" y al latín como "gratia plena", significa literalmente "la que desde siempre ha estado llena de gracia, la que hoy está llena de gracia y la que por siempre estará llena de gracia", es decir describe a la mujer que ha sido perfeccionada en la gracia. Este saludo angelical no tiene precedente en las Escrituras. Nunca un ángel había honrado a alguien de esa manera. San Gabriel no hubiera usado esas palabras si María hubiese estado en un estado pecaminoso.
Lucas 1, 45-49 — ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor! Y dijo María: "Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me bendecirán, porque ha hecho en mi favor maravillas el Todopoderoso, Santo es su nombre".
María describe las bendiciones que Dios le ha dado en forma especial y personal. No habla en nombre de toda la humanidad o en nombre de los pecadores. María reconoce que Dios ha hecho con ella algo singular, único.
Apocalipsis 21, 27 Nada profano entrará en ella, ni los que cometen abominación y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Esta referencia de San Juan a la santidad de la Jerusalén celestial es útil para entender que la vida humana de Jesús no puede haber sido formada dentro de una persona tocada por el pecado. Dios simplemente no puede estar en comunión con el pecado. Esa es justamente la razón por la cual los pecadores no pueden entrar en el cielo.
Romanos 3, 10-18 — Pues ya demostramos que tanto judíos como griegos están bajo el pecado, como dice la Escritura: "No hay quien sea justo, ni siquiera uno solo. No hay un sensato, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se corrompieron; no hay quien obre el bien, no hay siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta, con su lengua urden engaños. Veneno de áspides bajo sus labios; maldición y amargura rebosa su boca. Ligeros sus pies para derramar sangre; ruina y miseria son sus caminos. El camino de la paz no lo conocieron, no hay temor de Dios ante sus ojos."
Algunos utilizan una parte de este pasaje bíblico para intentar probar que todos los seres humanos han pecado, incluyendo a María. Pero basta una lectura detenida del contexto para darnos cuenta de que esto no puede ser interpretado universalmente. Primeramente, si esta escritura es interpretada literalmente, debemos concluir que Jesús también fue un pecador y eso sería contradictorio con el resto de las Escrituras. Lo que sí sabemos es que San Pablo está refiriéndose a los Salmos 14 y 53. En el Salmo 14 encontramos una reflexión sobre la insensatez de ignorar a Dios:
El necio se dice a sí mismo: "No hay Dios. Todos están pervertidos, hacen cosas abominables, nadie practica el bien. El Señor observa desde el cielo a los seres humanos, para ver si hay alguien que sea sensato, alguien que busque a Dios. Todos están extraviados, igualmente corrompidos; nadie practica el bien, ni siquiera uno solo. ¿Nunca aprenderán los malvados, los que devoran a mi pueblo como si fuera pan y no invocan al Señor? Mirad cómo tiemblan de espanto, porque Dios está a favor de los justos. Vosotros os burláis de las aspiraciones del pobre, pero el Señor es su refugio. ¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel! Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo, se alegrará Jacob, se regocijará Israel."
Es obvio que el apóstol no tiene en mente enseñar que todo ser humano creado desde los tiempos de Adán y Eva ha sido enteramente depravado, tal como enseñaron algunos seguidores de la Reforma. El salmista y el apóstol están hablando de "necios" y "malvados" que acechan al pueblo de Dios. Es claro que estos pasajes condenan a ciertos malhechores en forma específica por ser perseguidores de los justos que sirven a Dios. Es absurdo imaginar que San Pablo citó este texto con la intención de cambiar su significado, distorsionando así el sentido original de la Escritura.
María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir, María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús, quien, claro está, también fue concebido sin pecado.
"Dios inefable, (...) habiendo provisto desde toda la eternidad la ruina lamentabilísima de todo el género humano que había de derivarse de la culpa de Adán, y habiendo determinado, en el misterio escondido desde todos los siglos, culminar la primera obra de su bondad por medio de la encarnación del Verbo (...), eligió y señaló desde el principio y antes de todos los siglos a su unigénito Hijo, una Madre, para que, hecho carne de Ella, naciese en la feliz plenitud de los tiempos; y tanto la amó por encima de todas las criaturas, que solamente en Ella se complació con señaladísima benevolencia.
Como nos indican las anteriores palabras de Pío IX, la concepción inmaculada de la Virgen María es un maravilloso misterio de amor. La Iglesia lo fue descubriendo poco a poco, al andar de los tiempos. Hubieron de transcurrir siglos hasta que fuera definido como dogma de fe.
Dirijamos, pues, nuestra mirada en este tiempo de Adviento a María, que preparó a conciencia el primer y verdadero adviento. Nadie como Ella supo interpretar los signos de los tiempos, sintiendo que el Señor estaba cerca, Ella oró como nadie con el Salmo 24:
"Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza"
LA VIRGEN MARÍA
- Biblia y Tradición-
En el Antiguo Testamento es como una gran profecía o anuncio de la venida de Jesucristo Nuestro Señor, Redentor de la humanidad; pero muy poco encontramos en él acerca de la Santísima Virgen María.
Sin embargo ya desde el principio, en el Libro del Génesis aparece la figura de aquella mujer de la que habrá de nacer el Salvador. Cuando Dios maldice a la serpiente o Satanás, le dice: (Gen.3:15) “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.
Con razón la Iglesia llama a este texto el Proto-evangelio o sea, el primer anuncio de la buena nueva. Al anunciar a Jesucristo se menciona a la que lo va a dar a luz.
Dos Profetas: Isaías y Miqueas, ocho siglos antes de Cristo, hablan también de la Virgen María. Es importantísimo el versículo de Isaías en donde le promete al rey Ajaz la señal esperada: "He aquí que una virgen está encinta y va a dar a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel" (Is.7,14).
Por su parte Miqueas, contemporáneo de Isaías, menciona también "Al tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz" (MI.5,2)
MARÍA EN LOS EVANGELIOS.
El personaje central y absoluto del Nuevo Testamento, es Jesucristo y no debe extrañarnos la parquedad de referencias a la Virgen Santísima. Pero las pocas citas que nos hablan de Ella, han sido suficientes para que la Iglesia, con gran amor, la conozca profundamente y la venere con especial predilección.
Estas son las citas de los Evangelios que de manera especial se refieren a la Virgen María:
• El ángel anuncia a la Virgen María la maternidad divina. (Lc. 1,26-38)
• María visita a su prima Isabel. (Lc.1,39-45)
• María entona el Magnificat. (Lc.1,46-56)
• El ángel anuncia a José el nacimiento de Jesús. (Mt. 1, 18-25)
• Genealogía de Jesús, según la línea del Rey David.- (Mt. 1, 1 - 1 7; Le.3,23-38)
• Jesús nace en Belén (Lc.2,1-7)
• Adoración de los pastores. (Lc.2,8-20)
• Circuncisión de Jesús. (Lc. 2,21)
• Presentación en el Templo. (Lc.2,22-38)
• Adoración de los magos de Oriente. (Mt.2,1-12)
• La Sagrada Familia huye a Egipto. (Mt.2,13-15)
• Jesús con los doctores!. (Lc.2,41-50)
• Jesús en Nazaret. (Lc.2,39-40; 51-52)
• En Caná de Galilea, Jesús realiza su primer milagro. (Jn.2,1-12)
• Quien hace la voluntad de Dios, este es mi hermano. (Mt.12, 46-50; Mc.3,31-35; Lc.8,19-21 y 11,27-28)
• Jesús nos da a su Madre. (Jn. 1 9,25-27)
Ninguno de los cuatro Evangelistas, nos relata la historia de María, o nos describe su persona; pero estudiando y analizando las citas en que los cuatro hablan de Ella, podemos llegar a conocer profundamente a la Madre de Jesucristo.
San Mateo, relata con detalle cómo Cristo vino al mundo, de la concepción virginal por obra del Espíritu Santo. En su relato, muy de acuerdo con las tradiciones semíticas, San José aparece en primer término: recibe los mensajes divinos, toma las decisiones adecuadas, mientras María permanece humilde y silenciosa a su lado.
San Marcos, siendo el Evangelista más sintético, la menciona una sola vez (3,31-35) para proclamar la superioridad de la maternidad espiritual sobre la maternidad física.
San Lucas por su parte, habiendo investigado todo lo relacionado a Jesús, es el que sitúa a María a plena luz del Evangelio, al narrarnos con todo detalle en sus capítulos 1 y 2, la infancia de Jesús. Es el que nos permite entrever la profunda personalidad de la Virgen María y ya no en su Evangelio, sino en los Hechos de los Apóstoles, nos la presenta en el nacimiento de la Iglesia cuando con los Apóstoles "perseveraba en la oración antes de Pentecostés" (Hech. 1, 1 4)
San Juan, por su parte es testigo y relator del primer milagro de Jesús en las bodas de Caná de Galilea y también testigo ocular de cómo la Virgen Madre permanece de pie junto a la cruz en el Calvario.
Bastaría considerar atentamente tres escenas de los Evangelios: La Anunciación, Las Bodas de Caná y María al pie de la Cruz, para comprender la grandeza de esta mujer para amarla y venerarla como lo hace la Iglesia Católica.
Ahora veremos que la Biblia, sin duda alguna, identifica a María como el Arca del Nuevo Testamento. Identifica a María como la Nueva Alianza que equivale al Arca del Antiguo Testamento. María es el nuevo y mayor cumplimiento de lo que fue prefigurada por el Arca del Antiguo Testamento. Esta información es una de las más importantes y reveladoras acerca del profundo rol de María.
Puesto que llevaba y representaba la presencia de Dios, el Arca de la Antigua Alianza/Testamento era la cosa más sagrada y poderosa sobre la tierra fuera de Dios mismo. El Arca de la Alianza era un cofre sagrado que contenía las tablas de piedra de los Diez Mandamientos (Deuteronomio 10, 5). El Arca también contenía y representaba la presencia espiritual de Dios en la tierra. Cuando Dios habló a Moisés, lo hizo desde los dos querubines que estaban en el Arca.
Números 7, 89: “Cuando Moisés entraba en el tabernáculo de la reunión para hablar con el Señor, oía la voz que le hablaba desde encima del propiciatorio, puesto sobre el arca del testimonio, entre los dos querubines; así le hablaba Dios”.
Éxodo 25, 21-22: “Pondrás el propiciatorio sobre el arca, encerrando en ella el testimonio que yo te daré. Allí me revelaré a ti, y de sobre el propiciatorio, de en medio de los dos querubines, te comunicaré yo todo cuanto para los hijos de Israel te mandaré”.
Veamos ahora la forma en que la Biblia identifica a María como el Arca de la Nueva Alianza.
El Arca de la Antigua Alianza La Virgen María
Contenía la palabra escrita de Dios (Deut. 10, 5) Contenía el Verbo de Dios hecho carne, Jesús (Juan 1, 1)
Jesucristo es el Verbo de Dios hecho carne (Juan 1, 1). Por lo tanto, al igual que el Arca de la Antigua Alianza contenía la palabra escrita de Dios, María (que es el Arca de la Nueva Alianza) contiene la Palabra de Dios hecha carne.
Apocalipsis 19, 13: “… y [Jesús] viste un manto empapado en sangre y tiene por nombre Verbo de Dios”.
El Arca de la Antigua Alianza- La Virgen María
“Y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra” (Lucas 1, 35)
El tabernáculo fue construido para contener el Arca santa (Éxodo 40, 2-3). En Éxodo 40, 34-35 leemos que cuando Dios bajaba sobre el tabernáculo y el Arca para hablar con Moisés, la nube de la gloria o de la presencia visible de Dios (llamada la Shekinah) lo “cubría”. La palabra usada para describir cómo esta presencia única de Dios que “cubría” el Arca es episkiasei, en la traducción griega del Antiguo Testamento.
Éxodo 40, 34-35: “Entonces la nube cubrió el tabernáculo de la reunión, y la gloria de Dios llenó la habitación. Moisés no pudo ya entrar en el tabernáculo de la reunión, porque lo cubría la nube, y la gloria de Dios llenaba el habitáculo”.
La misma palabra episkiasei se usa en el griego del Nuevo Testamento para describir cómo la presencia de Dios “cubría” a la Virgen María. La Biblia utiliza esta palabra sólo para referirse al Arca y a María.
Lucas 1, 35: “El ángel le contestó y dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios”.
La clara implicación es que la presencia de Dios cubría a María y descendía sobre ella ―puesto que ella es la Nueva Arca― al igual como cubrió el Arca del Antiguo Testamento. Esto revela que María, si bien es una criatura e infinitamente inferior a Dios, es la nueva Arca. Por lo tanto, Ella tiene una conexión única con Dios, una única santidad, santificación y poder.
LA SORPRENDENTE EVIDENCIA DE 2 SAMUEL 6 Y LUCAS 1 DE QUE MARÍA ES EL ARCA DE LA NUEVA ALIANZA
Considérese el sorprendente paralelismo que la Escritura nos da entre lo que sucedía con el Arca de la Antigua Alianza en 2 Samuel 6 (2 Reyes 6 en la Biblia católica tradicional), y lo que le sucedió a la Santísima Virgen María, el Arca de la Nueva Alianza, en el capítulo 1 del Evangelio de San Lucas. Lucas 1 es la historia más completa en la Biblia acerca de la Virgen María.
El Arca de la Antigua Alianza- La Virgen María
2 Samuel 6, 9: “Se atemorizó entonces David del Señor y dijo: ¿Cómo vendrá a mí el Arca del Señor?”.
Lucas 1, 43: “[Y dijo Isabel] ¿De dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”.
David dice: “¿Cómo vendrá a mí el Arca del Señor?” mientras que Isabel pregunta “¿de dónde que venga a mí la madre de mi Señor?”. Isabel le dice a María lo mismo que dijo David acerca del Arca porque María es el Arca de la Nueva Alianza. La única diferencia entre las dos preguntas es que literalmente se usa “madre” en donde se dice Arca. La Biblia nos está diciendo que la madre del Señor = el Arca de la nueva Alianza.
A mayor abundamiento, Juan el evangelista en Apoc.11:19 nos dice: “ Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”…..y que es lo que ve en la visión, después de abierto el cielo: “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (Apoc.12:1), otra confirmación màs….
Ella es la que nos puede llevar a los pies de su divino hijo, en su carácter de precursora y anunciadora del retorno de su hijo, además en su carácter de co-redentora, pues con su gran y crucial protagonismo en el Apocalipsis, ayuda a su hijo a salvar almas.
Claudio Rojas G.
08.12.2016