El latido de la Paz
#Perugiassisi 2016
El latido. El ritmo de un río en creciente de almas que marca los pasos en marcha. Pasos en contra de la indiferencia, en contra de los conflictos, en contra de las violencias de género, de las diferencias, de la muerte.
El latido. De quienes tienen el valor de atreverse a darle poder a la palabra a través de los hechos. De quienes se conmueven y se mueven.
Allí donde hay un latido hay una vida, una fuerza motriz que provoca un movimiento constante, incesante, que a su vez genera calor y color... Es un flujo que no se puede detener.
La “Marcha por la Paz #PerugiAssisi” quiere darle voz a la Paz, así como lo dice el slogan de este año. Quiere poner en la palestra el latido de un pueblo que camina todos los días, en sus realidades, en las escuelas, en las innumerables asociaciones, en los entes locales, en nuestra nación que puede contar con miles y miles de personas que todos los días construyen el cambio. Queda claro que esto no es noticia para nuestros medios de comunicación, así como no lo es la información sobre la grave crisis que pasó del 16,5% en el año 2004 al 2,7% en el primer semestre de este año. Todos los días vivimos una nueva tragedia: en Siria, Aleppo ha pasado a ser algo extremo, sin agua, ni comida, ni medicamentos, con bombardeos y son muchos los civiles desaparecidos, son miles los inmigrantes muertos en el mar, en Gaza, desde hace dos meses falta el agua potable, más de 30 millones de niños no regresarán a la escuela a causa de los conflictos en curso, de los cuales 3 millones pertenecen solo a Siria.
El 9 de Octubre quien dijo todas estas cosas no fue ningún héroe, ningún “famoso”, ningún embaucador de masas, pero mucha, muchísima gente que lucha y que busca la esperanza, que no se resigna y que levanta la cabeza. Marcharon a lo largo de los 25 km que separaban la niebla matutina de Perugia del brillante sol de la Roca de Asís, pasando por Santa Maria degli Angeli. Allí, a los pies de Asís, se abrió a los estudiantes, a los niños, a los jóvenes el telón y ellos se adueñaron del escenario acompañados por las asociaciones a las que pertenecían. En este espacio FUNIMA International participó y presentó los monólogos de los jóvenes del grupo “Our Voice”, quienes con su madurez, de edad entre los 9 años hasta los 18, conmovieron e intentaron encender nuevas llamas de conciencia en medio de la enorme cantidad de público.
¡Si! Finalmente se respira aire de futuro. No hay ningún debate armado, sino simplemente la expresión libre de las nuevas y fervientes generaciones que realmente tienen mucho para decir y son tenaces en su determinación de querer trazar nuevos caminos a través de la paz, que están en contra de aquellos ya recorridos, que son inéditos y amplios. En ellos se leía la alegría de estar allí y de compartir este espacio de expresión con una espontaneidad y una determinación increibles. Mientras el flujo de la marcha continuaba respirando los monólogos daban vida a siete historias de negación y de pérdida. Negación de seres humanos en la plenitud de sus derechos y de su dignidad.
Como por ejemplo el caso de una escritora judío-alemana deportada, Ana Frank, de una magistrada italiana, la mujer del Juez antimafia Giovanni Falcone que fue asesinada por Cosa Nostra en el atentado de Capaci: Francesca Morvillo; de una niña víctima de los ataques nucleares de Hiroshima; de una joven ucraniana víctima de abusos; de una mujer de las favelas brasileras víctima de la violencia de los narcos; de un joven lleno de esperanzas tragado por el “mare nostrum” junto a la dignidad de su pueblo y al corazón de quienes amaba; de un joven pacifista asesinado simplemente porque traducía en acciones aquello en lo que creía: “Sigamos siendo humanos”. Vittorio Arrigoni, Vik para los suyos.
Se dio la casualidad que precisamente en ese momento entre los manifestantes se encontraba una mujer distinguida, llamada Egidia. Ella es la persona que decidió, hace 42 años, llamar Vittorio a su hijo. Uno al que le arrancaron la vida en Gaza, en el año 2011. Pero cuando uno tiene un fuerte ideal éste jamás muere. Dios mío es tan real… es vida en estado puro y sigue pulsando, en el presente. Ese latido de Vik entró en la vibración del joven Karim, y late en él porque encendió su ser en la Marcha #PerugiAssisi, arriba de ese escenario, y todos los días le indica la dirección, lo hace emocionar, le hace comprender que no todo está perdido y que hay que arriesgar todo, para dejar una herencia que podrá “caminar con sus piernas” en aquellos que vendrán después de nosotros. Egidia sabe que su hijo vive en el latido de estos jóvenes, su dolor permanece cincelado en su cuerpo, hasta sangrar, pero igualmente marchó con nosotros el 9 de Octubre. Egidia, a quien le fue arrancada lo que era carne de su carne, estaba allí. Gritando: basta de guerras. Diciendo: levantémonos y sigamos adelante.
El dolor estaba allí, en todas sus manifestaciones más atroces.
Había grupos de jóvenes que acababan de llegar a Italia, refugiados políticos con sombreros del equipo “Roma” y con sweaters usados, de esos que ya le quedan chicos a nuestros hijos, muy jóvenes... No estában aquí para buscar nuestra conmiseración, sino para luchar por sus derechos y para expresar su grito por la Paz para que sus tierras sean liberadas de la sangre, de las bombas, del terrorismo... estaban todos juntos y marchaban, llevando pancartas coloridas y sonriendo.
Había niños de las escuelas de la ciudad de Amatrice, las cuales ahora no son más que ruinas después del reciente terremoto y que algunos han perdido a sus amigos, a sus padres e incluso su casa... no son indiferentes, ellos también estaban marchando, juntos. Según nuestra óptica eran chicos, pero marchaban con conciencia y decían su opinión a través de los micrófonos de la #PerugiAssisi.
Había muchos jóvenes palestinos, futuros hombres y mujeres llevando orgullosos los estandartes de su tierra, enarbolando su bandera y bailando su baile popular que los une en un círculo amplio, de camaradería, solar. Ese momento no era más que una bofetada violenta a la historia y a los prejuicios. Me senté en el suelo para observarlos, ellos sabían perfectamente por qué estaban allí para bailar y caminar.
Quienes caminan son portadores, conscientemente, de un mensaje anárquico de libertad. Discretamente se dice que hay una alternativa increíblemente simple ante la pasividad y la atrofia.
Vi un gran número de vidas encontrándose a lo largo de este antiguo peregrinaje, que llevaban sobre sí mismos experiencias diferentes, y caminaban de diferentes formas, con zapatillas, sandalias, mocasines, usando bastones, descalzos, sobre ruedas, en bicicleta... Diferentes formas de caminar, pero se puede hacer todos juntos. Queda claro que había quienes habían ido solo por placer pero al empezar a caminar pudieron observar lentamente una nueva percepcion de esta jornada, alcanzando una nueva concepción del mundo, haciéndose preguntas fundamentales, partiendo en una nueva dirección. La energía de ese latido no puede pasar sin dejar una huella, plantea las bases y la voluntad de construir una identidad fuerte, es un ejercicio de resistencia física y moral, es una comunión que tiene que seguir día tras día.
Barbara Drago13 de Octubre de 2016
Galleria fotográfica Marcha de la Paz 2016: https://www.facebook.com/FUNIMAInternational/photos/?tab=album&album_id=10153964412825980