Por Nicko Pereiro

Padre tengo miedo, tengo angustia, tengo bronca, tengo dolor, quizás estoy falto de fe, quizás no tengo ganas.

Tengo miedo, angustia y dolor de no sentir lo que sucede, el hombre mata en cada paso que da y ya no me importa, nosotros matamos en cada paso que damos y ya no me importa. ¿Somos simples? ¿sin mucho que dar? No damos mucho, ni tampoco poco, solo damos lo que no alcanza sin esforzarnos ¿a dónde vamos a llegar? ¿A quién queremos enfrentar? No podemos si quiera pensar en hacerlo, todo es un juego para nosotros, todo es un rato de estar bien con alguien más, o demostrar que sabemos lo que hacemos ¿demostrar a quién? nada es una responsabilidad, ni intenciones profundas más que nuestra mente… Me pregunto ¿cuántos de nosotros, si nos pidieran dar todo, lo haríamos? siendo conscientes digo… porque de la boca para afuera todos daríamos, “si doy todo” y todos haríamos todo… imaginemos cuántos ibuprofenos hemos tomado por un simple dolor de cabeza o de espalda, o una buscapina por el dolor de estómago, yo lo hago, y siempre pienso en estas cosas simples porque me imagino si la Virgen se presentara y me pidiera cargar con el 10% del dolor de Giorgio y YO que creo que todo lo puedo y soy el mejor soldado diría “si lo acepto”… pero ¿realmente estoy preparado?  ¿entiendo lo que significa? ¿lo voy a soportar?... Somos falsos, somos débiles y no tenemos responsabilidad, mansos somos todos, pero lo de “astuto como serpiente” ¿dónde quedó? ¿Qué misión estamos cumpliendo, qué apoyo le estamos dando a nuestro comandante? ¿Cuánto hemos dejado realmente en el campo de batalla?… ¿hemos abandonado realmente la trinchera para salir a luchar o simplemente corremos 10 metros y volvemos para ver si todo está en orden en nuestra guarida?… la batalla está lejos, de nosotros, porque nosotros no queremos ir a la batalla realmente, pero no porque seamos malas personas o no lo sintamos, simplemente por que no la vemos… Estamos cegados por el resplandor de nuestra hermosa espada… esa espada que nos dieron, que es la espada del conocimiento, del amor, de la justicia, es tan hermosa que no podemos dejar de verla y la adoramos y hablamos de ella con nuestros compañeros, pero no la usamos, porque la batalla está lejos… Es momento de dejar de adorarla, de dejar de admirarla y clavarla en el corazón de la gente, de los muertos vivos, pero primero debemos clavárnosla nosotros, para poder morir y renacer en su sabiduría… el camino hacia Dios es uno, a través del Cristo, y el camino  del Cristo es simple y complejo a la vez, simple porque solo es dejar todo y seguirlo, y complejo porque dejar todo significa incluso dejar de adorar esa espada… Pablo Medina murió porque no hicimos daño al anticristo, Di Matteo puede ser asesinado por que no hacemos daño al anticristo. Debemos luchar con toda nuestra fuerza para dañarlo… Falcone, Borsellino, Medina, Di Matteo, Chiesa, y todos los que están en lucha contra el anticristo, dejaron de admirar la espada y la están utilizando. Son y fueron mis hermanos, mis padres, mis hijos, mi familia no solo de sangre si no también de espíritu, de alma, de lucha, son compañeros en batalla y LOS ESTÁN MATANDO… NO LO PUEDO PERMITIR, NO LO PODEMOS PERMITIR… vayamos a la batalla, luchemos con pasión, con decisión, dejemos las cosas personales, nuestros sentimientos, nuestros apegos, nuestras miserias y también nuestras fortunas y nuestros dones… de nada sirven si solo estamos mirando nuestra espada… porque la batalla está lejos y nuestra espada limpia…

Padre perdóname…   Nicko

31 de Enero de 2015