Como un enjambre que es quitado de su camino habitual, y que por inercia comienza a sentir un encantamiento indescriptible, acercándonos y juntándonos por el aroma de la flor más bella, así nosotros nos fuimos acercando a nuestro hermano y guía Giorgio.

Sin pretexto aparente, solo por la motivación interna que sale directo del corazón, así vamos llegando henchidos de alegría esperando la hora exacta del encuentro, añorando verlo para que lea en nuestras miradas aquello que no podemos ocultarle y que nos identifica de otros hermanos.

El puede ver nuestro fuego interno, nuestra DISPONIBILIDAD y LEALTAD.

Dejando de lado particularidades, ¿Quién puede perderse esta oportunidad? ¿Qué podría ser más importante para desplazar este encuentro? ¿Cómo desairar a aquel que camina silenciosamente y que conoce todo de nosotros, y que ha pedido a Su Padre por nosotros?

Ese, que está entre nosotros y solo espera la orden del Padre para manifestarse con Gran Poder y Gloria.

No imagino, qué puede ser más importante que escuchar al Verbo que siempre nos está tirando una nueva cuerda para que intentemos atarnos cada vez más al cielo.

Aprecio que nuestra responsabilidad crece y por eso Giorgio viene a advertirnos sobre una prueba que deberemos superar, Su calidez y firmeza nos da fuerza para superarla y así no desviarnos del camino que nos llevará a nuestra meta, ser verdaderos servidores del Cristo, ANUNCIADORES.

En su infinito amor hacia nosotros, sus hermanos, también nos apercibe si no estamos atentos a Sus palabras, si nos dispersamos... y entonces, el cielo interviene y nos "amontona" bajo el mismo techo y nos IMPONE estar juntos. Un mensaje sutil para aquel que entienda, o tal vez solo un deseo personal plasmado en una situación.

Fue muy grato y esperado el encuentro con todos los hermanos que iban llegando, el campo de Juan y Ale  eleva nuestra vibración. Fue muy gratificante notar cuántos hermanos me saludaban por mi nombre, y a cuántos yo reconocía por el suyo, eso me hizo muy feliz por que sentí en lo más profundo que se está armando el ejercito, por que ese conocimiento entre nosotros, es el resultado de saltar cualquier obstáculo y estar disponible para el servicio. Es poner en acción las palabras del Maestro, ...“Entonces Pedro le dijo: «Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.» Y Jesús contestó: «En verdad les digo: Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna."

Mc. 10, 17-30

La hospitalidad de Carmen, tan lejos, y tan cerca, tan presente cobijándonos como a hijos en su casa, colmada de ella, llena de su generosidad y confianza.

Otra casa que nos acogió, pequeña y a la vez inmensamente grande fue la de Horacio que hizo de los almuerzos un banquete imposible de resistir no solo por lo que comimos y bebimos si no, por todo aquello que compartimos y por sus inigualables bendiciones a la hora sentarnos al rededor de la mesa para compartir los alimentos.

La disponibilidad de los hermanos poniendo a disposición de aquellos que lo necesitamos sus vehículos, tejiendo maniobras para que todo hermano que quisiera participar de la fiesta pudiera llegar.

Qué más podría agregar a esta crónica que intenta poner en palabras mis emociones a modo de agradecer a aquel que ha venido a reunirnos, aquel que no nos abandona a pesar de nuestras distracciones, de nuestras debilidades. Ese que ya está ungido y bendito pero sin embargo imitando a Cristo, corre desde donde sea para que no nos perdamos. Ese que ya no es El que era, y en silencio, nos sigue amando, a pesar de todo.

Con amor fraterno

Silvana

Arca El Dorado-Buenos Aires-Argentina

21 de Enero 2015