Por Cinzia Nardon

Me encuentro en una gran habitación que tiene un techo muy alto y ventanas amplias y altas; todavía no es de noche y por la luz que entra por las ventanas me doy cuenta de que estamos en el atardecer. Hay unas mesas bajas ubicadas en forma de cuadrado y el centro está libre.

Hay hombres y mujeres sentadas en el suelo que están comiendo en silencio; la escena me recuerda mucho a los cuadros de la última cena. Estamos vestidos con túnicas que recuerdan los colores cálidos de la tierra. En el lado principal del cuadrado, ubicados de manera tal que todos los demás comensales lo vean, está Jesús junto a sus apóstoles. Todos comen en silencio, yo no puedo comer porque tengo un gran dolor a nivel del corazón y miro insistentemente a Jesús que está comiendo en silencio. En determinado momento Jesús levanta su mirada y me mira fijo, se levanta y viene hacia mí. Y pienso: “Pero ¿está viniendo hacia mi?”. Él se acerca, me toma de las manos, me hace levantar y me dice: “NIÑA, HIJA MÍA, HE DERRAMADO MI SANGRE POR LOS PECADOS DE MUCHOS, INCLUSO POR LOS TUYOS. LA MISMA HA PENETRADO EN EL VIENTRE DE LA TIERRA Y LA HA FECUNDADO, LA HA CONVERTIDO EN SAGRADA. ¡LA MADRE TIERRA! SIENTO TU AMOR. NO TE PREOCUPES POR MI, NO SUFRAS POR MI”.

Toma mi mano derecha y la pone en la mano derecha de un hombre. Siento mucha fuerza en esa mano. Él habla nuevamente y me dice: “AMADA HIJA MÍA, A PARTIR DE AHORA JUAN NO VOLVERÁ A BAUTIZAR CON EL AGUA, SINO QUE LO HARÁ CON EL FUEGO. ¡TE DEJO CON ÈL, CUIDAOS, AYUDAOS Y ESPERADME PORQUE PRONTO ESTARÉ EN MEDIO DE VOSOTROS!”

Aquí termina esta maravillosa experiencia y despierto con una emoción muy fuerte en el corazón pero también con mucha serenidad.

Cinzia Nardon

20 de Octubre de 2014

 

Las siguientes son las palabras de Giorgio Bongiovanni en relación a la significativa experiencia de Cinzia:

 

QUERIDA CINZIA, HAS RECIBIDO LA VISITA DE CRISTO, NUESTRO SEÑOR. QUE DIOS TE BENDIGA ASÍ COMO TAMBIÉN A TU HIJO Y A TU ESPOSO, MI AMIGO Y HERMANO. SI ME LO PERMITES QUERRÍA DIVULGAR ESTA MARAVILLOSA EXPERIENCIA QUE HAS TENIDO A NUESTROS HERMANOS.

UN BESO EN EL ESPÍRITU PARA TI, PARA MICHELE Y PARA EL PEQUEÑO MARCO.

VUESTRO GIORGIO.