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eugeniosigno100Por Eugenio Riganello
Desde que conozco el mensaje que difunde Giorgio Bongiovanni en todos los puntos del planeta y, sobre todo, desde que lo conocí personalmente, en cada instante de mi vida estoy sintonizado interiormente con él, siempre, ésta para mi es la única verdadera relación que me lleva a sentir la presencia viva y operante en este mundo del Amado Padre Celeste. 

En este año del Señor, 2014, según la voluntad de la Virgen, Giorgio ha ido a la encina de Fátima, el mismo lugar en el que hace 25 años recibió los estigmas y en el que en 1917 los tres pastorcillos vieron a la “Blanca Señora”. Me concentro intimamente en meditación y en oración para acompañarlo en esta fase de su delicada misión. Físicamente estábamos lejos pero me daba cuenta de que espiritualmente entraba en una profunda sintonía con él, en una frecuencia que no pertenece a este plano físico denso, sino a una profunda esencia vibratoria interior; en mi cuerpo sentía un poderoso fuego que me impedía moverme y que se focalizaba en la visión de una única imagen: Jesús Cristo y Giorgio. El mundo entero, con sus sonidos y colores, desaparecía instantáneamente y me sentía feliz por esta visión de paz. En los días siguientes llegó un comunicado desde Fátima en el que se nos avisaba que a Giorgio, durante la sangración de las Sagradas heridas se le había manifestado el estigma en forma de cruz en la frente.

Así es, es visible a todos, se manifiesta nuevamente la apertura del ojo crístico a un amado hijo de Dios, un elegido del Padre Santísimo: Giorgio Bongiovanni. La Cruz en la frente, el ojo de Dios que todo lo ve, el centro de la concentración y sede de la intuición del Espíritu, una esfera de cristal en la que el ser elegido puede difundir los conocimientos del universo. Una señal evidente y comprensible para todos, desde los más cultos hasta los más pequeños, una señal que viene del Padre y que parece decir: “¡Este es aquel al que Yo guío: escuchad el mensaje que Os doy!”, AQUEL QUE ES GUIADO POR DIOS, PORTADOR DEL MENSAJE DEL PADRE. Un fuerte llamado de atención para esa parte de la humanidad que se siente perdida y desesperada, sola y sin salida; un signo para los creyentes que indica que Cristo está vivo y es visible incluso a través de su elegido. ¡Una señal de Justicia para todo el mundo que nos dice que la Potencia del Padre que logra poner cada cosa en su lugar, que elimina toda injusticia, está cerca!
Un signo que representa la Frecuencia, la Vibración del OM, el VERBO, la Fuerza Creadora y Regeneradora que inunda el universo de Omnipotencia y Omnisciencia y el alma de aquel que recibe de Él la señal es un alma evolucionada, consciente, capaz de comprender la realidad de DIOS, que ha despertado a la plena comprensión del SUPREMO... Un signo crístico se manifiesta ante nuestros ojos y nos indica el camino, el sendero que tenemos que recorrer. Giorgio eres un GRAN FARO EN MEDIO DEL OCÉANO DE LA ILUSIÓN DE LA VIDA, QUE DA LUZ, ILUMINANDO EL CAMINO HACIA LA META QUE CON SERVICIO DE AMOR NOS ESTÁS INDICANDO...
Todo lo que Giorgio ha comprendido del Cielo, gracias a sus constantes obras de consagración al Señor y todo lo que le ha sido regalado por el Padre Celeste, nos lo ha transmitido siempre con paciencia y entusiasmo, a través de sus numerosos talentos y de sus acciones llenas de sacrificio y amor nos transmite aún hoy el ejemplo y los mensajes que Jesús y la Virgen le revelan desde 1989.

Giorgio, gracias a la misión que has emprendido, gracias a tu amor constante por todos nosotros, has dado un sentido a mi vida y a la de mi familia, te estaremos eternamente agradecidos.
Siempre unidos para recibir con los brazos abiertos el próximo Retorno de Cristo, Rey de reyes...

Con amor
Eugenio Riganello

Crotone (Italia)
8 de Septiembre de 2014