Por Cristina Collino

La ciudad de Paraná, acariciada por el rio de igual nombre y surcada por varios arroyos,  alberga a muchos movimientos ecologistas en los que participa gente de todas las edades y  fundamentalmente muchos jóvenes son activos integrantes de estas ideologías. Los hay en defensa del borde costero, otros en pos de la regulación de  los emprendimientos termales, para el cuidado de los  arroyos, los No al Fracking, solo por nombrar algunos.

En nombre de la Asociación Del Cielo a la Tierra y de Argentina No Nuclear, hemos estado acompañando a distintas actividades que se fueron desarrollando en la ciudad, como asambleas,  marchas, acampe y la entrega de petitorios de Más Ríos Menos Termas donde se trataba de abrir conciencia sobre la utilización de un espacio público para un emprendimiento privado y los peligros que trae aparejado el verter al rio las aguas termales luego de su uso con fines   recreativos. Aguas que poseen elevada temperatura y alta concentración de sales y minerales por lo que al mezclarse con el agua del rio se modificaría el ecosistema con consecuencias negativas para la flora y fauna ictícola, además que el desmonte de bosque nativo para el emprendimiento trae también aparejado secuelas en la flora y fauna local.

  

     

Hemos compartido con  los chicos de La Tribu en la  limpieza y clasificación de la basura que se tira en el arroyo La Santiagueña, curso que pasa a pocas cuadras del centro de la ciudad de Paraná y que alberga a su alrededor a familias humildes que han hecho su vivienda a la vera de un curso de agua otrora lleno de verdor pero que ahora, por desidia de autoridades y de los mismos vecinos, se encuentra lleno de desperdicios domiciliarios y es vertedero de aguas cloacales. Con el proyecto “aula verde” que presentan en cada escuela que así lo quiera, tanto de la ciudad  de Paraná como de otras localidades, pretenden concientizar a los niños sobre el cuidado de la Madre Tierra.

También hemos asistido a la charla titulada Peligros de la Explotación No Convencional del Petróleoy porque llegamos a ella  del Ingeniero Eduardo D´Elia de la Asamblea Ambiental Ciudadana de Rio Gallegos donde explicaba a los paranaenses sobre los inconvenientes que podría traer a nuestra provincia de Entre Ríos el realizar exploraciones de tipo fracking, por la contaminación de las aguas que este tipo de emprendimientos provoca pero además  por los movimientos sísmicos que trae aparejado, teniendo en cuenta que se está en el radio de la represa Salto Grande por el norte y la central nuclear de Atucha por el sur. Por lo que la rotura de la represa  inundaría grandes zonas de Entre Ríos y Santa Fe, llegando incluso a áreas de la provincia de Buenos Aires, y una fisura en la central nuclear haría que nuestra región  sea una de las primeras en  ser contaminadas.  

A través de la agrupación El Río es de todos nos hemos interiorizado en los variados incumplimientos a la legislación vigente que desde hace años se viene realizando  por parte de particulares  que se apropian de los terrenos públicos que se encuentran en el borde costero, no respetando la línea de ribera e impidiendo el paso hacia la zona de playas naturales que se contaba en la zona, creando emprendimientos particulares, vallando los accesos,  y realizando  desmonte y loteo privados, donde unos pocos  se benefician  con bienes que corresponden al  uso público.

Siempre que se ha participado de estas actividades se han repartido folletos con nuestras páginas y se ha hecho conocer a los organizadores de nuestro apoyo.

En esta oportunidad, y en forma conjunta con el arca de Santa Fe,  decidimos organizar un evento sobre un tema problemático y de actualidad que incumbe a ambas ciudades, unidas por el mismo río Paraná:  los agrotóxicos y su implicancia en la alimentación y la salud. Y fue así que el trabajo conjunto fortaleció los lazos de unión entre los integrantes de ambas arcas ya que las reuniones de trabajo y de camaradería se entrelazaron, y entre mates y facturas  fueron surgiendo las ideas y los compromisos.

Gerardo conectó a Nico con el disertante santafecino, el  periodista, escritor y docente Ricardo Serruya, de amplia y conocida  trayectoria en ambas ciudades. Luci confeccionó  el  afiche, Nico consiguió la sala y armó la gacetilla de prensa, fuimos a la tele y  a radios, Gisela y Marisa pegaron afiches y repartieron volantes y todos colaboraron con la difusión. Una hermosa labor en equipo.

La cita era el 11 de junio a las 20:30 en la  sala La Hendija de esta ciudad de Paraná. Unas cincuenta personas acudieron a la convocatoria,  muchos de ellos  jóvenes y otros no tanto, que escucharon atentamente e hicieron muchas preguntas.

Para quienes  no nos conocen  nos presentamos diciendo que “DEL CIELO A LA TIERRA” es una asociación espiritual, no religiosa, que es presidida por el estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni, quien desde hace casi 25 años lleva en su cuerpo las señales  de Nuestro Señor. Y para algunos les parecerá extraño que una asociación espiritual como Del Cielo a la Tierra se junte con otra asociación ecológica como Argentina No Nuclear para promover este tipo de charlas,  pero verán que no tiene nada de extraño, es más, es lógico que así sea, y les contaremos  el motivo. Desde la asociación Del Cielo a la Tierra  realizamos variadas actividades: espirituales, sociales, ufológicas, todas las cuales se encuadran dentro las palabras del Maestro Jesús “la verdad os hará libres, pero libres de verdad”. Y  esta Verdad es la que proclamaron los enviados del Cielo en las distintas etapas de la historia, enviados como Buda, Krishna, Mahoma y el Maestro Jesús Cristo y que trasmitieron maestros como Yogananda. También son las verdades que vienen diciendo los pueblos originarios, tanto los Mayas que fueron tan nombrados en el  2012 pero que hay gente que los viene estudiando desde hace mucho y que analizan su cosmovisión. Cosmovisión  que es también compartida por nuestros pueblos originarios, los de nuestra zona. Cosmovisión que si nos ponemos a analizar veremos que es similar a la que nos enseñaban estos enviados del Cielo que nombrábamos en primer lugar, o sea que alguna relación entre ellos debe haber, y también son similares a las verdades que  nuestros Hermanos Mayores del Cosmos nos hicieron llegar por medio de contactados como Adamsky, Meier y Siragusa, este último que fuera además padre espiritual del presidente de nuestra asociación, el estigmatizado Giorgio Bongiovanni .

Entre las actividades que hacemos en búsqueda de la Verdad está la de apoyar todas aquellas acciones  en defensa de la vida. La vida en todas sus formas, tanto niños que están pasando hambre o frio, ancianos desprotegidos o aquellas que defienden la vida de nuestra tierra, de nuestra Pachamama, de nuestra Gaia, o como la llamemos según nuestra creencia. Porque creemos que la Tierra es un ser vivo y que como tal está reaccionando contra esta enzima – hombre que la está violando, que le está envenenado sus aguas, contaminado su aire. Y como lógica consecuencia, como lo hace todo ser vivo, se va a defender de aquello que la está atacando. Y como se va a defender la Madre Tierra? A través de sus medios que son el agua, el aire, la tierra y el fuego. Si  buscamos por internet mirando aquellas noticas que nos ofrecen los medios de información alternativos veremos que en el planeta hay muchos más huracanes, terremotos, islas que desaparecen y otras que se forman, socavones. Evidentemente la tierra no  es inerte, sino que está viva y está reaccionando.

Nosotros también creemos como ciertas las palabras de la Biblia en donde se dice que el Cristo va a retornar, y también en la Biblia nos dice cuando va a ser este retorno: cuando Jerusalén este rodeada de enemigos, cuando hubiese guerra y rumores de guerra,  hambre y pestilencias, el hermano luchando contra el hermano. Por lo tanto la segunda Venida de Cristo va a ser en este tiempo; hoy, mañana, dentro de 5 o 10 años, no sabemos, pero si estamos convencidos que  esta generación va a ser testigo de Su Retorno y cuando esto ocurra no será para ser crucificado nuevamente sino para impartir Su Justicia. Por lo tanto si queremos salvar nuestro espíritu tenemos que trabajar para Su obra. Y trabajar para Su obra es defender a todos aquellos indefensos, y a todos los que están sufriendo por causa del hombre. Por lo que todo cierra, surge claramente que  defender la naturaleza, la vida de nuestra Pachamama,  es una causa espiritual.

Y es así que nuestro grupo espiritual se pone de acuerdo con aquellos grupos ecologistas que  trabajan en causas justas de defensa del medio ambiente, pero no como causas detrás de las cuales solo embanderarse, sino para comprometerse. Lo que pretendemos es que se haga una revolución de conciencias. Nos gustaría que cuando salgamos de acá esta noche  lo hagamos con la mirada de la toma de conciencia de que las situaciones no son algo que pasan por culpa de otros, de los políticos, o lo que es peor, por culpa de Dios. Sino que son consecuencia de nuestras acciones. Por lo tanto si queremos que el mundo sea distinto primero tenemos  que tomar conciencia y luego tomar una actitud positiva que nos lleve a hacer los cambios necesarios en nosotros y en nuestro entorno  que nos permita modificar  la realidad, para que cuando el Cristo retorne nos encuentre trabajando a favor de la vida, y así nos premie dándonos una Tierra  digna de ser vivida.

La idea es hacer una serie de charlas, todas de temática de  actualidad, y para aquellos que sigan el curso de todas ellas verán que  van a tener un hilo conductor, y que es que a nivel mundial hay un grupo de personas que cada vez tienen más en detrimento de otros que cada vez tienen menos. Otros  que bajamos la cabeza y nos conformamos. Y justamente la realidad es así porque muchos miramos para otro lado. Si empezamos a individualizar los problemas y los empezamos a trabajar, no desde una revolución armada, sino desde una revolución de conciencias es muy probable que podamos ir cambiando las realidades.

Hoy tenemos con nosotros al Sr. Ricardo Serruya, periodista, escritor y docente, oriundo de la ciudad de Santa Fe que nos va a hablar de una temática que va mas allá de una u otra orilla del rio que  nos une, su investigación abarca las dos provincias, y creo que va a ser una buena manera de iniciar esta búsqueda, hacia adentro y hacia afuera, de opciones para provocar cambios.”

El disertante comienza “agradeciendo a Del  Cielo a la Tierra  y a Argentina no Nuclear por esta convocatoria a participar en la búsqueda de la verdad”, de la cual él pretende aportar  una parte de ella compartiendo con nosotros una investigación que le llevó tres años de trabajo. Comienza con una edición de un documental que se llama Hambre de Soja en donde se explica los orígenes del cultivo transgénico en Argentina, donde se ve  que la revolución de la biotecnología comenzó a transformar  la agricultura a mediados de la década de 1990 y  fue Felipe Solá, cuando era Ministro de Agricultura, quien hace 14 años  da la autorización para iniciar con los transgénicos.

 

     

Se consigue disminuir costos y aumentar la producción, así se amplía la exportación  y entran mayores ingresos al país. Pero el monocultivo de soja al mismo tiempo produce pérdidas millonarias  por la pérdida de fertilidad  del suelo y un aumento de la contaminación.  Además a medida  que aumentan  las áreas sembradas con soja disminuyen  también  las fuentes de trabajo, aumentando así la desocupación, el hambre y la miseria. En 1996 se liberó la soja modificada genéticamente que vino desde EEUU. Las modificaciones genéticas de la soja transgénica le ha dado resistencia a un herbicida llamado glifosato cuya marca comercial más conocida es Round up de Monsanto. El glifosato es un veneno para plantas que mata  a la mayor cantidad de especias incluyendo a la soja no transgénica, existiendo unas pocas especies   que tienen resistencia natural al glifosato. Aislado  este gen que da resistencia a las plantas  los científicos lo introdujeron en la soja mediante ingeniería genética creando la soja  transgénica resistente al herbicida, de esta manera cuando se aplica glifosato mueren todas las plantas menos la soja transgénica, simplificando así el control de las malezas en el cultivo.

Nos cuenta además que el sistema de siembra directa   fue una revolución entre los agricultores y fue fundamental en la expansión de la soja. Mediante este sistema de siembra directa se realiza una pequeña rotura  del suelo donde se introduce la semilla sobre los restos secos del cultivo anterior y sin remover previamente la tierra. Todo el trabajo se realiza con una sola pasada de la sembradora y las labores agrícolas se simplifican: no se necesita nada más que una sembradora y un fumigador, ahorrando tiempo y personal. Esto trae aparejado que los agricultores que tienen campos pequeños no ganan lo suficiente para producir soja a gran escala  por lo que no les queda otra alternativa  que vender o  arrendar sus campos a los grandes productores de soja, lo que provoca una expulsión de los pequeños productores y una desertificación del agro ya que con muy pocos operadores se maneja toda la producción. Con el cierre de estos pequeños establecimientos también se cierran huertas y granjas y se  dejan de producir otros alimentos básicos como legumbres, hortalizas, cereales  y alimentos de origen animal. Este modelo rural  atenta contra la seguridad social de la población y contra su propio futuro porque los suelos están perdiendo rápidamente su fertilidad ya que para que la tierra se mantenga fértil se debe realizar  la rotación de cultivos  de distintas especies e intercalar con producción de ganado. La repetición del mismo cultivo agota los suelos. Los problemas del monocultivo de soja ya se están visibilizando. Luego de 5 años de producción se desertifican los suelos, con el agravante de la deforestación a la que fueron expuestos.  Se dice que el glifosato es muy poco tóxico pero la  información sobre el glifosato es dada por la misma empresa que lo produce. Además lo que se aplica sobre los cultivos es una mezcla con otras sustancias  tóxicas de por sí y que aumentan  la toxicidad del glifosato; una de las sustancias que se mezcla es  el agente naranja  que se utilizaba como arma química en la guerra de Vietnam. Además el uso masivo a lo largo de los años provoca que algunas malezas se hagan resistentes.

Presenta además la opinión de pediatras y nutricionistas que indican que el uso de la soja como alimento en niños está contraindicado y si a ello se le agrega que lo que están consumiendo es soja tratada genéticamente y con pesticidas, estamos llenándoles la panza pero no solucionado la desnutrición de nuestros niños, y además atentando contra su salud, especialmente de los más desprotegidos.

Monsanto y las demás compañías semilleras desarrollan nuevos transgénicos, fabrican los agroquímicos necesarios y manejan también el grueso de las exportaciones de granos teniendo así el control total del negocio, que lo completan dando una parte de la producción en “donación” para comedores, y así al tener a niños mal nutridos no serán en un futuro adultos pensantes que puedan resistir a este nuevo tipo de colonialismo.

Este negocio beneficia cada vez más a menos personas atentando contra el suelo, el medio ambiente y las fuentes de trabajo. El afán de lucro de las compañías y la indiferencia de quienes tiene que tomar las decisiones  parecen estar por encima de las consideraciones científicas, ambientales y sociales.

Cuenta como los productores utilizan los “chicos banderas”, que son adolescentes de 13 a 15 años que por pocas monedas por cada una de las muchas horas de trabajo agitan trapos en los límites de los campos a fumigar marcando el lugar donde los aviones empiezan y terminan de tirar los agro tóxicos sobre el campo, y por supuesto encima de estos mismos chicos, lo que empieza por  ocasionarles dolores de cabeza, malestares estomacales y terminan con cáncer y muerte. Da nombres de adolescentes que fueran  entrevistados, los cuales la mayoría ya fallecieron.

Indica que además de la soja hoy tenemos  otras semillas transgénicas como el tomate, frutilla, trigo, algodón, lino, arroz.

Según el disertante más de la mitad de la tierra productiva  de nuestro país esta cultivada con soja transgénica que se exporta fundamentalmente a China y Europa, quienes la utilizan principalmente para darle de comer a sus animales de corral, por lo que un cambio de política de importación  de estos países puede ocasionar un gran problema a nuestra economía. Los cultivos de soja  han reemplazado nuestros cultivos de cítricos, del algodón en el Chaco, del azúcar de Tucumán, del arroz, maíz, girasol. Hemos cambiado la diversidad productiva del país. Además que si hoy dejáramos el monocultivo y volveríamos a la rotación nos demandaría entre 10 a 15 años para tener la calidad de tierra que poseíamos tiempo atrás.

Este modelo productivo trajo riqueza para algunos pero suma pobreza para otros, un ejemplo es la provincia de Chaco donde el 70 % de la población es pobre, y donde los pueblos originarios fueron desalojados, mucha veces con violencia, para  poder ocupar sus tierras para el cultivo de soja transgénica.  Si bien con el dinero que deja al país la exportación de soja se pagan planes sociales muchas de esas personas están sin trabajo debido a la implementación de este tipo de modelo perverso. En el país  se redujo en 5 veces la mano de obra ocupada en los campos, además que trajo la escandalosa concentración de tierra en muy pocas manos ya que, según datos del censo agropecuario nacional, el 7% de los propietarios concentran el 70 % de tierra cultivable y el 80 % de la producción se encuentra en manos del 20 % de los productores.

Además  los médicos entrevistados por el disertante en localidades chaqueñas  le contaron que en la población que atienden desde hace años, y que conocen, observan un aumento de enfermedades de piel, respiratorias, leucemias, cáncer, malformaciones congénitas, abortos espontáneos. Enfermedades que antes de este desarrollo agropecuario eran muy poco frecuentes.

Para sembrar soja se realizan desmontes, lo que ocasiona entre otras cosas inundaciones como en Misiones, deslizamiento de cerros con en Salta. Se está talando a razón de 32 hectáreas  por hora, o sea que cada hora están desapareciendo el equivalente de 32 canchas de futbol.

Se usan 300 millones de litros de glifosato por año.  Es arrastrado por el viento por lo que no solo afecta la zona rural sino que llega hasta las ciudades como lo confirma los análisis de sangre realizados a niños internados en el hospital de niños de Santa Fe y a sus madres. Se encontró partículas de glifosato en la Antártida”.

Empobrecimiento de la tierra, desocupación, riqueza en manos de pocos, desforestación enfermedades …  los participantes preguntaron: que hacer? Por dónde empezar? Y las respuestas fueron surgiendo: tramitar ordenanzas que prohíban o por lo menos limiten las fumigaciones, buscar y llevar a la práctica opciones al modelo en nuestro entorno, y fundamentalmente  tomar conciencia, resistencia, alternativas.

El libro que presentó el disertante tiene un nombre emblemático “la venganza del amaranto”. En la foto vemos mientras firma los ejemplares bajo la atenta mirada del Consolador. El amaranto es una planta, conocida y consumida por nuestros pueblos originarios, que  resiste a los venenos con los que fumigan a nuestros alimentos, es una alternativa alimenticia y le puede ganar terreno a la soja. Tal vez esta casi olvidada semilla sea un emblema de cómo debemos comportarnos: resistir y  astutamente ganar terreno.

Como se ve una charla ecológica organizada por un grupo espiritual tuvo un lógico discurso antimafia. Los distintos pilares que nos enseñó primero Eugenio y ahora, más que nunca, Giorgio, están presentes para marcarnos el camino.