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adriosito3DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 31 DE MAYO DE 2014:

UN HIMNO A LA VIDA DE UNA SERVIDORA DE CRISTO Y DE LOS NIÑOS CARENCIADOS.
QUE DIOS TE BENDIGA ADRIANA.

G. B.
Sant’Elpidio a Mare (Italia)
31 de Mayo de 2014

¿QUÉ ES LA VIDA?

Por Adriana Gnani
¿Qué es la vida? Es un gran río nacido en la gran fuente que se llama Dios, todos nosotros formamos parte de este gran río que lenta e inexorablemente corre entre montañas y valles hasta llegar a la inmensidad del mar. En su camino encuentra obstáculos, en algunas ocasiones incluso cambia su recorrido, casi deteniéndose creando pequeños estanques, pero luego es cuando en ayuda a este pequeño río llega la gran lluvia y le da las fuerzas como para continuar y regresar hasta donde su recorrido se había desviado, retomando su camino hacia el gran río. Si no existiera la fuerza del amor la vida no existiría. Esta es la gran fuerza que nos hace crecer.
El sol, en él siento ese amor incondicional que ofrece a la tierra, dando vida y energía a todo ser vivo albergado en este planeta, desde el más pequeño e insignificante ser hasta el más pequeño filamento de césped, cada cosa en la Tierra tiene derecho a vivir, a existir si ha sido creada por el amor del Creador. Yo pienso ¿qué es la vida? ¿Yo persigo a la vida o es la vida la que me persigue? Es una pregunta que me hago a menudo, y recorro mi camino en los recuerdos lejanos, tratando de entender lo que me ha hecho crecer, y al recordar determinados momentos de mi vida, todos mis recuerdos confluyen solo a un objetivo por el cual he luchado todos estos años.
Siempre he luchado por crecer aferrándome a las cosas en las que más creía, con amor y máxima dedicación he trabajado siempre para ayudar al prójimo, para dar alegría y una sonrisa a todos los que me rodeaban. Nunca pensé en mí, en acumular riquezas para luego hacer de mi vida un parque de diversiones, siempre me he entregado para hacer sonreír a la vida. Pero todo esto no me era suficiente, siempre sentí dentro de mí un aire de tristeza, como si me faltara algo. A pesar de todo lo que hacía no me era suficiente para calmar lo que tenía dentro de mi corazón. Algo me faltaba ¿pero qué? y siempre estaba en busca. Y mientras tanto crecía. He conocido a muchas personas que me han amado y que hasta el día de hoy me quieren mucho, y le agradezco a Dios por lo que ellas me han dado y por lo que han contribuido a mi crecimiento. Pero ese vacío seguía estando siempre dentro de mí.
La búsqueda de ese “algo” era inexorable. Pero así fue como cuando un día me encontré con un ser, en un lugar común a todos, al mirarlo me sentí invadida por un amor más grande que yo, comprendiendo, y pensando que mi búsqueda había terminado, pensando que había encontrado todas mis respuestas, y en cambio me tomó de la mano y me hizo conocer lo que si, era el final de un camino, pero era el comienzo de algo más grande y que nuestra búsqueda jamás tendría un final, hasta que lleguemos a formar parte de esta vida. Nosotros formamos parte de esta gran energía. El amor puro que llevamos dentro nuestro le da esperanza a esta humanidad, le da fuerza al sol que da la vida por nosotros. El amor es un sentimiento maravilloso que hay que entregar continuamente, cuanto más se entrega éste más se recarga.
Al soltarme la mano comprendí que también formaba parte de Él. No digo que haya terminado mi búsqueda, porque hay muchas cosas que sigo sin comprender. Pero lo que tengo claro es que todo lo que hago es para mi prójimo, y si llegáis a hurgar en mis bolsillos no encontraréis nada, porque mi riqueza está en lo que hago en nombre de quien me ha dado la vida. Un día una persona me preguntó si estaba triste. ¿Cómo responder a esa pregunta? Por mi mente pasaban un montón de pensamientos. Decir que estaba triste era como renegar de mi vida, que con respecto a los demás no me falta nada, pero ese nada no me era suficiente. ¿Cómo responder si dentro de mi está este amor tan grande que no logro contener? ¿Cómo responder cuando no te sientes parte de esta sociedad tan cruel? Le respondí: Si, estoy triste, pero esto no me hace débil, es más, me da la fuerza para luchar y seguir adelante en mi camino, en el que creo. Espero que algún día pueda llegar a formar parte de ese gran mar.
Adriana Gnani
31 de Mayo de 2014