Por Fabio Maccari
Mi querido Giorgio:
Qué la Inmaculada Concepción de María purifique tu corazón para unirlo a la descendencia del Salvador y regocijarse entusiasta por la cercanía de Dios Soberano.
Qué la Inmaculada Concepción de María purifique tu corazón para unirlo a la descendencia del Salvador y regocijarse entusiasta por la cercanía de Dios Soberano.
De hecho Jesús ofreció Su preciosísima sangre para cancelar nuestros pecados y en el Huerto del Getsemaní lloró para sustraernos de las insidias del demonio.
Además Él, con su insondable misericordia, nos encomendó a Su Madre a los pies de la cruz, donde junto a Su adorable discípulo Juan, nos convertimos en su preciada herencia.
En fin, María Santísima, habiendo recibido dicho ofrecimiento del Buen Pastor después de Su calvario, transmitió el poder de Su fe a la nueva Iglesia en el día de Pentecostés, donde sus hijos adoptivos estaban reunidos acon el fin de recibir los dones del Espíritu Santo Paráclito y elevarse así hacia la cumbre de la Jerusalén celeste, donde los profetas del Antiguo Testamento esperaban el ascenso del Salvador y se preparaban para recibir a los nuevos profetas y mártires de la Nueva Alianza.
En Cristo, María y José te saludo cordialmente
Fabio Maccari
Terni 16/04/14