RECORRIENDO SUS PASOS...
Por Valeria De Blasi 9/9/2011
El 30 de Agosto regresé a Palermo. Sinceramente estaba un poco preocupada porque nunca había conducido sola en la autopista. Pero salió todo bien, el viaje fue placentero y tranquilo. Uno de mis miedos había sido afrontado y superado.
Era muy grande el deseo de volver a ver a Giorgio Bongiovanni, a Sonietta y a los demás esa noche. Hay ciertas imágenes que no puedo borrar de mi mente... Lorenzo y yo esperábamos en el aeropuerto. Las puertas se abrían y cerraban continuamente, pero parecía que ellos no llegaban más. En determinado momento ¡allí están! Sabíamos que Giorgio no se encontraba muy bien porque durante el período transcurrido en Sudamérica estuvo bastante mal, pero al verlo con su habitual sonrisa que irradiaba luz parecía todo lo contrario.
Radiantes como rayos de sol atravesaron el hall e inmediatamente nos encontramos abrazados unos con otros. Es hermoso sentir la alegría de Giorgio al estar feliz de volver a vernos.
Esa misma noche lo acompañamos a comer algo a un restaurante que Giovanni creía conocer, hasta el momento en el que llegamos y se dio cuenta de que había cambiado de concesión.
Un hombre gentil y de modales típicamente sicilianos nos atendió. De repente mirando a Giorgio le dice: “Disculpe, si me permite, pero tengo que decírselo. No se porqué, quizás porque cuando era joven quería convertirme en cura, pero luego el llamado fue diferente... ¿pero usted es una persona religiosa?”
Giorgio asiente y responde al camarero que ha adivinado, usted es una persona muy religiosa.
Entonces el camarero se aleja para luego regresar a servirnos, pero no se rinde y comienza a hablar del Apocalipsis de Juan y del Retorno de Cristo. Todos lo escuchamos un poco atónitos, luego se dirige a Giorgio diciendo: “Lei ‘nda facci avi u Signori” (de su rostro es como si trasluciera el Señor). “¿Pero quiere darnos un poco de serenidad a nosotros también?”
En ese momento Giorgio le agradece y lo abraza mientras todos nosotros quedamos mirando la escena.
Al pensar en lo ocurrido lo primero que me viene a la mente son algunas escenas descriptas en el Evengelio, cuando la gente reconoce a Jesús por la calle y trata por todos los medios de acercarse a Él.
Giorgio siempre dice que no es Cristo. Pero las señales que lleva en su cuerpo son las de Su crucifixión y nada puede poner en dudas que el Señor lo acompaña siempre.
Domingo 4 de Septiembre, junto a los hermanos que desde todas partes de Italia y otros países, han venido para participar de la conferencia de Floridia (Sicilia), nos dirigimos al Santuario de la Virgen de las Lágrimas. Yo miraba fijamente los pies de Giorgio, se movían lentamente, pasos cansados pero decididos. Lo veía pasar entre la gente, algunos lo observaban... Y una vez más me puse a pensar en los pasajes del Evangelio, en Jesús que recorre Tierra Santa a lo largo y a lo ancho para llevar la palabra de Dios.
Poco después de la caravana que sigue a Giorgio, se desplaza hacia la calle “Via degli Orti di San Giorgio”, en Siracusa, donde en la habitación de una pequeña casa, el 29 de Agosto de 1953, un cuadro con una imagen de la Virgen, ubicado en la cabecera de la cama, lloró lágrimas. Dicha habitación ha permanecido intacta, cerrada con un vidrio que permite ver hacia adentro pero no entrar en ella. El cuadro se encuentra en la sala contigua que se ha modificado como una pequeña capilla para rezar.
De repente Giorgio alza la voz, habla con una mujer que probablemente se ocupa de la estructura. Al final del pasillo se encuentra una placa con la siguiente inscripción: “El presidente de la región Sicilia Salvatore Cuffaro, intérprete auténtico de la devoción del pueblo siciliano a la Virgen de las Lágrimas, ha promovido la recuperación de este lugar sagrado donde María con la señal de las lágrimas ha manifestado al mundo entero su amor de Madre. Siracusa 8 de diciembre de 2007”.
Por este motivo Giorgio se altera y le pide a la señora que esa placa sea removida.
“Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que estaban vendiendo y comprando; volcó las mesas de los que cambiaban dinero a la gente, y los puestos de los que vendían palomas; y les dijo: 'Mi casa será declarada casa de oración, pero ustedes están haciendo de ella una cueva de ladrones'.”
Más tarde, durante la conferencia, se habla de la Segunda Venida de Cristo. Reflexiono acerca de esas palabras. Me parecen tan inmensas: “La Segunda Venida de Cristo”. Mi mente y mi corazón no logran contenerlas, mucho menos comprender completamente su significado. De lo único que estoy segura es de la grandiosidad del concepto.
Creo que sólo en el momento en que todo ocurra, seremos realmente conscientes.
En determinados momentos, al abrazar a Giorgio, sus brazos son más acogedores, más dulces que otras veces. Estoy segura de que el Señor nos abraza a través suyo.
Con cariño
Valeria
Catania, 9 de Septiembre de 2011