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jesus4LA ENSEÑANZA DE CRISTO ES SENCILLA: AMA A TU PROJIMO COMO A TI MISMO
Está cansado Giorgio. Sangra durante la hora de descanso después de regresar de Marsala, donde hemos participado en el Festival de Periodismo de Investigación. Está pálido, pero como siempre, sube al coche acompañado por Sonia Alea, la niña, Vanesa y yo.
Tenemos cita en el Arca de Palermo, la ciudad que el Cielo ha indicado a Giorgio como el lugar del que partirá la fase final de su misión.
Tiene poco más que una habitación en una calle apartada de la ciudad, donde lo bonito de los chalets y lo deformado por la suciedad y las ruinas hiere los ojos. La recién nacida Arca de Palermo es pequeña pero cuidada en los mínimos detalles. Las paredes azules, alguna imagen, el material de la obra ordenado en las estanterías, algún mueble regalado o prestado y restaurado… bonita, sencilla, esencial, refleja la precisión de Giovanni Micale, el responsable que la ha deseado junto a los hermanos que forman parte de ella y que han arreglado y preparado para recibir a Giorgio.
No se si se han dado cuenta de que ayer, con su presencia allí, a pesar de la furia de las dificultades que el Maligno les ha desencadenado en su contra, Giorgio ha bendecido este precioso lugar y a todos los presentes y que ha ofrecido otra preciosa ocasión a través de los estigmas descubiertos con los que ha rezado el Padre Nuestro.
La oportunidad de volvernos Seres libres e inteligentes gracias al Servicio por el prójimo. Dar la propia vida por los demás, para que prevalezca la Justicia y la Verdad, y transformarse en la voz de quien sufre pero que no puede defenderse, ni rebelarse, ni protestar. En pocas palabras, hacer que la enseñanza de Cristo sea vida cotidiana y no un banal chisme de buenas intenciones traicionadas un segundo después por nuestras debilidades, arrogancias, egoísmos y miserias.
El camino que ha indicado este mensajero no es fácil. Está plagado de dificultades y llama al sacrificio y a la completa disponibilidad. No hay espacio para los chismes, para la sospecha, para la envidia y para la estupidez. Por intermedio de la Amistad los hermanos y las hermanas son llamados a sostenerse los unos a los otros, a ofrecerse una espalda, a aclararse entre ellos, quizás con fuerza, quizás incluso riñendo, pero dispuestos a entenderse y a perdonarse. Y cuando no es el momento de la comprensión tomar un poco de tiempo. Tiempo que hay que dedicar primero que todo a la Obra, al servicio, al trabajo en la viña del Señor.
Giorgio ha elegido un responsable para esta pequeña Arca, Giovanni Micale. Es “latoso”, como dice él mismo, pero tiene el corazón grande y el espíritu pronto. Es llamado a una gran, gran responsabilidad: escuchar su Yo interior y decidir. Decidir no es fácil, tiene sus riesgos y se puede caer en errores, exceder en autoridad, a veces, aunque sea en buena fe.
Pero Giovanni no lo puede lograr sin el apoyo y el amor de los demás hermanos que deben volverse amigos suyos, de su esposa Meri y de su pequeño ángel con esa mirada lista y profunda.
No creo que sea una casualidad que el pequeño Lorenzo les haya elegido a ellos, y de seguro no es una casualidad que Giorgio haya depositado su confianza en Giovanni. Hermano del corazón, amigo sincero, estoy segura de que tendrá la fuerza de llevar adelante este cometido.
Observo a todos los demás, uno a uno, posan sus manos sobre las palmas de Giorgio aún humedecidas de sangre. Están emocionados, son sinceros, son llamados.
Giorgio repite, es incalculable la cantidad de veces que lo ha hecho, que la única fuerza que tenemos es la unión, ser una cosa sola, incluso más allá de él mismo. Que el mensaje y la enseñanza de Cristo sea el único faro, el único camino y está claro, no hay enigmas, ningun equívoco: Amaos como yo os he amado.
Frente a la presencia de la Palabra del Maestro todo se desvanece, ¡tiene que desvanecerse! Por este motivo Giorgio sugiere a todos que tengan a mano el Evangelio, no solo en los momentos tristes, sino también y sobretodo en los de Alegría.
Ser felices, buscar lo mejor en el amigo, Santificar la Vida con la batalla primero contra nosotros mismos y después contra quien odia, quien violenta, quien ofende, quien miente, quien esconde, son las bases de nuestro vivir. No hay tiempo que perder.
El Señor viene pronto, ha dicho, a nosotros este pronto parece que no llega nunca. Esta humanidad tiene culpas terribles y cada cosa se tiene que cumplir. Nosotros esperamos trabajando, rezando, suplicando que el fin de este Tiempo se aproxime.
A nuestros Hermanos de Palermo, al precioso grupo de Catania y de Agrigento puedo decirles solamente apretémonos los unos a los otros, unidos por la Obra, en el compromiso, en los objetivos, en la entrega a los demás, sin prejuicios, sin problemas inútiles. Y preparémonos.

Anna

P.D. Si quereis mi parecer, debeis quedaros con esta pequeña preciosa Arca. ¡Yo ya me he encariñado!

25 de mayo 2010