De Elizabetta Montevidoni
Una doble jornada intensa y apasionante fuera del tiempo terrenal llenó nuestros corazones de dicha celestial.
Vi al Padre indicar los nuevos puntos de referencia de la Iglesia Juanina, los nuevos líderes que nos conducirán hacia el amanecer de la nueva Era. Nuestro miedo de quedarnos sin nuestro Santo en cualquier momento fue calmado por este día lleno de Signos. Vi la Mano de la Santa Madre dar fuerza y apoyo al Cáliz Viviente.
Vi la máxima expresión de Juan en el tiempo de su madurez espiritual asumiendo esa confiada identidad solar de Él mismo que os acoge, os abraza con ternura y os envuelve con alas de águila, infundiendo en cada uno de nosotros la certeza de un futuro mejor.
Vi a su lado el símbolo resplandeciente de la Mujer renovada e inconformista que trastornó el pensamiento ortodoxo de la Iglesia Juanina, permitiendo que el Amor fluya en cada persona sin distinción, haciéndolas dignas de ser amadas y defendidas más allá de la diversidad.
Rezo para que finalmente cese el sacrificio de sangría de los signos sagrados de Aquel que, casi llegando al final de su mandato, se siente cada vez más probado físicamente pero no vencido. Sin embargo, esto depende sólo de la unión espontánea y consciente de todos nosotros, en el deseo de alcanzar la comunión cristiana compartiendo el sacrificio entre todos y dejando atrás los viejos patrones para abrirnos a lo nuevo, adaptándonos una y otra vez a los deseos del Padre de hacer sólo su voluntad a través de nuevas metodologías cada vez más adecuadas a los tiempos futuros que abrirán las puertas a la supercivilización terrestre.
El Papa de los antimafia y de los últimos nos dejó en este día sagrado que nos marca la necesidad de un cambio repentino si aún no lo hemos implementado, ya que la unión, la revolución y el apoyo a los Justos y mártires del Planeta es el único camino que nos hará dignos testigos activos de los acontecimientos finales para la Gloria de Cristo en la Tierra.
PD
Me gustaría mucho que la presencia de Bell en la Sagrada Comunión fuera un presagio para la elección de un Papa africano, actualmente el Arzobispo de Kinshasa está en la lista de candidatos... sería un gran signo de reconciliación para todos los hombres del planeta por haber explotado y esclavizado a este maravilloso continente.
Elizabetta Montevidoni
25 de abril del 2025