De Horacio Muñoz
Todo comenzó con la llama encendida de los rumores del viaje de nuestro Maestro y Guía, y por sobre todo después de años largos de no poder estar con Giorgio, Sonia y los hermanos. Pero aún a sabiendas de lo que marca el cielo, se nos volvió cuesta arriba, ante la imposibilidad de la Comitiva a venir a la Argentina. Nuestra economía realmente se ha puesto muy dura para poder ir a Montevideo, donde sería el encuentro Pascual.
Pero el corazón internamente nos marcaba de luchar, de no entregarnos, de poner lo máximo de nuestros esfuerzos para llegar a ese alimento espiritual y ese contacto con Hermanos y con Giorgio y Sonieta, el nuevo Cáliz de la Comunión Crística. Y el cielo nos respondió abriendo puertas que hicieron posible lo que era imposible, y partimos con Gerardo Silvi, Stella Bosich, Sebastián Reyes y Cecilia Trelini, con la alegría de compartir ese viaje en unión y solidaridad y ya con una alegría interna, y quizás la consciencia de que íbamos a un encuentro quizás diferente a los anteriores, y así fue, sin dudas.
Ya el sábado llegamos directamente al lugar marcado por Giorgio para ese saludo y primer encuentro, donde recibimos saludo y mensajes preparatorios para lo que iba a suceder al día siguiente, en la Comunión Pascual, donde afloraron pensamientos en función del recorrido de la Obra, un segundo traspaso, una bisagra espiritual, con similitudes a lo sucedido en Septiembre, del 1993 en el Hotel Gemmelaro, (Nicolossi) donde Eugenio Siragusa confió la continuidad de su obra, (Del Cielo a La Tierra).a Giorgio Bongiovanni, y en el Centro Cultural de Montevideo, donde opera Our Voice, ese ser luminoso que conocimos de niña, cariñosamente llamada PUPA, por Su Padre, hacía años que había dejado de ser tal, para cumplir Su Misión, para recibir el bastón de mando a nivel tal de transformarse en el Nuevo Cáliz de la Comunión Crística, y que conociendo a Giorgio, nos recreó el momento del bautismo de Cristo, con las palabras de Juan el Bautista, reconociendo a quien llegaba a bautizarse, y que cuando se marchaba dijo a Sus seguidores, “AHORA ES A AQUEL A QUIEN DEBEN SERVIR, YO DEBO HACERME CADA VEZ MÁS PEQUEÑO, PARA QUE ÉL CREZCA”, porque Juan era el símbolo de un profeta genuino. Quizás sea errático el comparativo, pero no trabaja la cabeza sino que el corazón dicta.
También es cierto la profundidad que implica el anuncio de avisar con delicadeza, algo que no es delicado y para lo que no sé si estamos preparados, que es la proximidad del Getsemaní para nuestro Conductor y Guía, un dolor que cala muy hondo en las fibras de todos y cada uno de quienes escuchamos con atención los mensajes recibidos.
Iniciada la Comunión, se sentía un ambiente con una irradiación en la que fue casi inevitable, dimensionar el amor, la emoción y el aprendizaje al recibir con responsabilidad esa Comunión, por nuestro Cáliz, secundado por Giorgio y por Juan Alberto, en una trilogía de delicia espiritual, que por unas 7 horas nos hizo sentir una dimensión diferente, con el corazón a flor de piel, con un racconto sintetizado de la hoja de ruta transitada hasta ese día de la Obra de Juan, y la proyección del recorrido final clarificando nuestra sapiencia, y poniendo incandescente nuestros corazones. Un día diferente, donde muchos dolores quedaron al margen, y donde queríamos lentificar el tiempo para la continuidad de cada palabra de los conductores y de los hermanos que expresaron su pensamiento. Toda transferencia de conocimiento y de puertas próximas que debemos abrir y otras que se deben cerrar, con la responsabilidad de poner lo mejor de cada uno en este tiempo final que vamos transitando con un mundo y humanidad a contramano de los objetivos de la Sabiduría Suprema.
El viaje de vuelta fue como a la ida, con la melancolía del HASTA LUEGO con nuestros líderes y Guías, pero desbordados por el amor, la enseñanza y todo lo vivido, pero por si esto fuese poco, hoy a 7 días de ese domingo de Pascua distinto, tuvimos el regalo el día sábado de esa guerrera Joven, ya a miles de kilómetros de Montevideo, convocada con OV por la esposa de Julian Assange, con la palabra inmensa de Jamil y de Sonieta, donde nuestra líder una vez más mostró sus colmillos al mal, y sin tibieza, marcando con hechos lo conversado 7 días antes, a la manera de sello de origen.
Y si pensábamos que eso era todos, creo que hoy domingo poder ver y escuchar a Giorgio con Matías, respondiendo a tantas preguntas que quizás nos preguntamos muchos, otra caricia al alma y otro segmento de Gnosis, nos volvió a desbordad y a preparar.
Hemos tenido por suerte la chance de muchos encuentros, pero sigue flotando en nuestro interior, que este no fue un encuentro más, no fue una Comunión más, y esa llama encendida, deseo pedir al cielo, que nos ayude a mantener vigente esta intensidad de desborde de amor y espiritualidad y que podamos acompañar pese a nuestras limitaciones, siendo cada día más unidos, como dijo Giorgio en 2015 “PARA ENTRAR AL CIELO, DEBEN SENTIR ENTRE UDS. A TODOS Y CADA UNO, EL MISMO AMOR QUE SIENTEN POR MÍ…”, más claro que el agua. Ojalá lo logremos en el día a día, con cada acción, con cada difusión, con cada publicación, con cada cosa que el cielo espera de cada uno de nosotros, que somos una unidad, un solo cuerpo, pero que amén de Tribu, debemos dar respuestas individuales al Cristo, al Padre, a la Virgen y a nuestros Hermanos Mayores.
Gracias por tallar lo vivido en nuestros corazones, gracias por tanto, ojalá podamos llegar unidos de la mano a la batalla final, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE
Horacio Muñoz de Toro
Arca del Sol
Las Parejas, Argentina
24 de abril, 22:30 hs
