Una persona que no conoce personalmente a Giorgio Bongiovanni le ha escrito esta carta:
Querido Giorgio Bongiovanni, no tengo la gracia de poder conocerte físicamente, pero siento en mi corazón la sabiduría y el amor de tu mensaje espiritual.
Por muy dura que sea la batalla del despertar, tus palabras son como agua pura que reanima las células mas profundas de mis ser, cómo no quedar impregnado del aroma de las rosas de tus estigmas.
La cruz dorada y el ser glorioso que reside en ti, es la llamada del cielo a esta humanidad que perdió su horizonte.
Amadísimo Giorgio no estás solo en el camino, los llamados a él resguardan tus pasos.
Por muy duros que sean, por más peligros que haya, por más espinas que laceren nuestros pasos estaremos firmes con la ayuda del cielo.
Y sí, es cierto que necesitamos la ayuda del cielo porque nuestra naturaleza humana es frágil en algunos momentos, frágil que a veces si no estamos atentos podemos caer abatidos, pero la gracia del señor está siempre presente, para levantarnos de nuestras caídas.
Amadísimo Giorgio siempre presente en nuestro camino de salvación.
He aprendido que de las adversidades puedo sacar provecho, de los momentos tristes puedo sacar fuerzas renovadas en Cristo con la sabiduría que emanas de tu verbo solar.
Y más ellos los ángeles del cielo prestos a mostrar sus señales en el cielo, como diciendo seguid adelante que no estáis solos.
Esas son mi fuerza, tus palabras llenas de sabiduría y los ángeles del cielo que con su presencia animan mi corazón.
Difundimos el mensaje primordial del Cristo por su retorno glorioso.
Amadísimo Giorgio solo pido que eleves una oración al cielo para poder seguir en este duro camino del despertar, fuerza, fuerza y amor por mis hermanos.
Muy agradecido,
Carlos
Cuzco, Perú
23 de agosto 2009
Querido Giorgio Bongiovanni, no tengo la gracia de poder conocerte físicamente, pero siento en mi corazón la sabiduría y el amor de tu mensaje espiritual.
Por muy dura que sea la batalla del despertar, tus palabras son como agua pura que reanima las células mas profundas de mis ser, cómo no quedar impregnado del aroma de las rosas de tus estigmas.
La cruz dorada y el ser glorioso que reside en ti, es la llamada del cielo a esta humanidad que perdió su horizonte.
Amadísimo Giorgio no estás solo en el camino, los llamados a él resguardan tus pasos.
Por muy duros que sean, por más peligros que haya, por más espinas que laceren nuestros pasos estaremos firmes con la ayuda del cielo.
Y sí, es cierto que necesitamos la ayuda del cielo porque nuestra naturaleza humana es frágil en algunos momentos, frágil que a veces si no estamos atentos podemos caer abatidos, pero la gracia del señor está siempre presente, para levantarnos de nuestras caídas.
Amadísimo Giorgio siempre presente en nuestro camino de salvación.
He aprendido que de las adversidades puedo sacar provecho, de los momentos tristes puedo sacar fuerzas renovadas en Cristo con la sabiduría que emanas de tu verbo solar.
Y más ellos los ángeles del cielo prestos a mostrar sus señales en el cielo, como diciendo seguid adelante que no estáis solos.
Esas son mi fuerza, tus palabras llenas de sabiduría y los ángeles del cielo que con su presencia animan mi corazón.
Difundimos el mensaje primordial del Cristo por su retorno glorioso.
Amadísimo Giorgio solo pido que eleves una oración al cielo para poder seguir en este duro camino del despertar, fuerza, fuerza y amor por mis hermanos.
Muy agradecido,
Carlos
Cuzco, Perú
23 de agosto 2009