CRONICA DE MI VIAJE AL FUNIMA DAY DE PORDENONE DEL 05\12\2009
El día 4 de diciembre fui hasta la casa de María Clelia, en Nápoles, a quien había conocido a través de Facebook y le había hablado de Giorgio Bongiovanni y de su obra, que se concreta en la ayuda a los niños de los Andes, en el hacer conocer al mundo entero la existencia de los seres extraterrestres y lo más importante el anuncio de la SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Clelia había quedado muy fascinada y me había dicho que algún día le gustaría conocerlo personalmente. Es así que éste día llegó; la encontré junto con su marido Franco y su hijo Marco, que con su disponibilidad nos acompañó gentilmente a la estación de Nápoles, para tomar el tren que nos llevaría a Pordenone, donde se desarrollaría el Funima Day. Al llegar a la estación nos estaban esperando otras personas, con quienes nos presentamos, eran: Anna, Bárbara y Luigi. Instantáneamente sentí una vibración positiva que después fue revelada por la alegría de hacer éste largo viaje para encontrar a Giorgio. Durante todo el viaje respondí a sus preguntas sobre la experiencia mística de Giorgio y su misión y mientras hablaba notaba sus ojos muy emocionados y deseosos de saber y espero que por mi pequeña parte haya podido contribuir a dar las respuestas justas a sus preguntas.
Al llegar a Pordenone nos vino a buscar Antonio Caldarelli, de quien no recordaba su rostro, a pesar de que había participado en la manifestación de Borsellino que tuvo lugar en Palermo, el pasado julio. Cuando vi a una persona con chaqueta y al ver a esa persona un poco panzona sentí una vibración positiva y le pregunté a María Clelia si quizás él fuese Antonio, Clelia me lo confirmó, entonces me presenté de inmediato, estaba junto a su mujer Lores quien nos invitó a su casa para tomar un café. Lores sirvió también unas sfogliatelas (típica masa de la repostería napolitana), que habían traído los amigos napolitanos. Mientras tanto bajaron Raúl y Mara, que estaban hospedados en casa de Antonio y luego se agregaron Pupi y Gaby y al ver a mis amigos tímidos pero deseosos de hacerle preguntas a Raúl, los alenté para que se las hicieran. Luego Antonio nos acompañó al hotel para volver a buscarnos alrededor de las 12:30. Al llegar a su casa sentía los perfumes provenientes de la cocina y nos sentamos en la mesa para compartir las comidas típicas hechas amorosamente por Lores, mientras continuamos haciéndole preguntas a Raúl.
Después de almorzar, antes de ir a la conferencia Antonio nos llevó a dar un paseo por la ciudad, al llegar al teatro nos reencontramos con los hermanos de Sant’Elpidio, Elisabetta, Anna, Matias, Pier Giorgio y otros queridos hermanos. En ese momento llegó Giulietto Chiesa, un periodista de quien tomar ejemplo ya que es muy objetivo y no acepta compromisos políticos. Mientras él hablaba con Anna Petrozzi le pregunté a Mara si me podía presentar como Carabiniere fuera de rango. Giulietto quedó impactado por éstas palabras y yo fui muy feliz de haber conocido a otro hombre JUSTO. Finalmente también llegó GIORGIO BONGIOVANNI, MI COMANDANTE, EN EL SENTIDO DE QUE YO ME CREO UN SOLDADO SUYO. Al abrazarlo percibí un sufrimiento muy fuerte dentro de él. Mis amigos se habían ubicado en las butacas de la segunda fila y miraban a GIORGIO deseosos de saludarlo, entonces se los presenté.
La conferencia comenzó con la intervención de Raúl Bagatello, quien habló de los niños de los Andes, que necesitan nuestra ayuda para poder tener una comida diaria. Luego la palabra de Giulietto Chiesa, quien ha ilustrado la situación mundial, económica y ambiental, explicando que los poderosos no hacen nada para mejorarla. Emocionante la conexión vía skype di Gioacchino Genchi, quien habló de nuestra situación política y de cómo un Presidente del Consejo extremadamente indagado puede gobernar Italia.
Al finalizar la conferencia nos dirigimos al restaurant para cenar e intercambiar algunas palabras con los hermanos, luego regresamos al hotel, esperando que la noche pase rápido para estar otro día junto a GIORGIO Y TODOS LOS HERMANOS.
La mañana siguiente vino a buscarnos Antonio para hacernos dar un paseo por el centro para respirar aire puro como el de Pordenone, no como el de Palermo que apenas lo respiras estás en riesgo de desmayarte.
Luego nos acompañó a la casa de nuestra hermana Loretta de Pordenone, quien nos hizo sentir inmediatamente como en casa, ofreciéndonos un café y unos dulces. En ese momento vi salir de una habitación a Mara, Lorella, Sonia y Sonietta, ahí entendí que también estaba GIORGIO. Fue una gran sorpresa para mí, sobre todo cuando llegó Sonia para avisarnos que GIORGIO estaba sangrando de los estigmas. Con respeto nos dirigimos a la habitación donde ÉL estaba y lo vi sufrir mucho. Mis amigos se acercaron a la cama para tocarle los pies y las manos, mientras yo inexplicablemente me quedé de pie petrificado, como si algo me retuviese y no lograba acercarme a GIORGIO. Salí 3 veces de la habitación para ir a llorar, porque no quería que GIORGIO SUFRIESE, pero luego entré nuevamente, tomé fuerzas y me puse a SU lado tocándole la mano que sangraba, ÉL se dirigió a mí estrechándome la mano y me dijo: “TU ERES MI AMIGO”, entonces estallé en llanto nuevamente… después de un rato GIORGIO nos pidió que lo esperásemos en la sala, porque tenía que levantarse y vestirse. En la sala miré los ojos a mis amigos de Nápoles que estaban muy emocionados y luego llegó GIORGIO y se sentó a mi lado para desayunar y le pregunté ¿qué cosa podía ser que algo me retuviera y no me permitiera acercarme mientras sangraba? Entonces me dijo que no me preocupara, que era solo la emoción.
No olvidaré por el resto de mi vida esta experiencia, me dio mucha alegría haberla compartido además con mis amigos, para quienes era su primer encuentro con GIORGIO.
Para mí es la señal de que con mi obstinación y amor trató de hacer despertar a la mayor cantidad de almas posibles y que GIORGIO me ha premiado de ésta forma.
Fuimos todos juntos a comer a un restaurant, donde después del almuerzo GIORGIO le pidió a Pupi que contara su experiencia astral con nuestros hermanos extraterrestres y mientras lo hacía noté que GIORGIO estaba sufriendo y la querida SONIA le esparcía una crema sobre la frente, en ese momento vi que se le estaba formando una cruz. Me levanté de inmediato para ver si podía hacer algo, pero me sentí mal y tuve que salir del restaurant, al regresar vi que ya se había tranquilizado y eso me puso contento por él.
Después de comer llegó el momento de saludarnos, con el deseo de volver a vernos todos juntos, lo más pronto posible. Al llegar a la estación, cuando ya estábamos sentados en nuestro compartimento empezamos a reflexionar sobre todo lo que nos había sucedido en éstos dos días maravillosos y sobre la hermosísima experiencia de haber asistido a la sanguinación de los estigmas, que como nos dijo GIORGIO, es como si hubiésemos puesto una firma en el cielo.
Cuando llegamos a Nápoles nos saludamos con la esperanza de encontrarnos nuevamente.
Casimiro
Palermo (Italia)
12 de diciembre de 2009
