GIORGIO Y EUGENIO
Desde el 27 de agosto de este año se percibe casi de manera tangible un nuevo impulso espiritual de quien legendariamente anuncia la llegada del Maestro. Se lo ve radiante, con espíritu renovado y lleno de energía. Da la sensación de que Eugenio Siragusa, acompaña desde ese momento al amado Giorgio, con quien junto a Nibiru Arat Ra, parecen formar una nueva “TRINIDAD”, de una misma esencia y con un mismo objetivo. Llamarnos, despertarnos, acompañarnos, protegernos, y prepararnos para ese gran día, es la consiga, ese día donde habrá un cambio radical, en el cual su condición de testigo pasará a ser casi protagonista, formando parte de uno de los hechos más trascendentes, grandes y esperados de este planeta: ¡El regreso de Jesús! A pesar del agotamiento físico, muchas veces notorio de Giorgio, hoy gracias a que Eugenio, liberado de la materia que lo tenía cautivo, desplegó toda su luz, y comenzó a manifestarse en él y en sus hermanos, como aquel día, el águila circundando el área del Etna, hoy de manera multidimensional acompaña a este hijo suyo. Juntos forman algo tan grande que hasta en la sonrisa de Giorgio se puede ver la de Eugenio. Esta fusión pone de manifiesto la causa de la misión, que vivifica y vivificará el efecto, ya que a cada evento, suceso, y resultado de hoy, desde los más hermosos hasta los más trágicos, lleven el sello de la anticipación del embajador de los hermanos mayores. Todo lo había dicho, todo lo sabía; el pasado de miles de años, y el futuro donde la desolación, las ansias de poder y la falta de Fe, impactaría en el descarrilamiento de la humanidad, si esta no se arrepentía y no se redimía. Fuera de época tal vez, con desazón por no haber sido escuchado por la mayoría, pero perfectamente necesario para que hoy entiendan los incrédulos, que hablaba con conocimiento de causa. Sin embargo con inquebrantable fe y convicción, la fuerza y la acción puesta por ellos en esta misión, donde más que profecías en esta etapa son advertencias, los hará protagonistas del regreso de Jesús, que con gran potencia y gloria pronto vendrá con la espada de la justicia, ¡…como tantas veces nos han explicado! A la espera de ese gran día seguirá incansablemente gritando en el desierto esta verdad, ya no tan solo...